De Drexler y Jaime Roos a Alejandro del Prado: cómo ver gratis los films sobre la música del Río de la Plata

Liberadas para el streaming en tiempos de cuarentena por el coronavirus, cinco películas sobre la música del Río del Plata ya están disponibles sin costo alguno. Desde los retratos de Hugo Fattoruso y Alejandro del Prado hasta Charco, pasando por la dupla de Ramón Ayala con Marcos López, el templadismo de los hermanos Drexler y un clásico fílmico del cancionero uruguayo.

Alejandro del Prado: el eslabón perdido (Mariano del Mazo y Marcelo Schapces, 2019)

He aquí un título que no miente. Como una auténtica rara avis, Alejandro del Prado es el by-pass cardíaco entre la tradición del primer rock argentino y la canción rioplatense. En una y otra dirección, indistintamente. En su niñez, entre las tiras gráficas de Calé y los carnavales de Villa Real, concibió una personalidad casi paradójica. Por un lado, deliberadamente popular. Por el otro, esquiva y elíptica. Estrenado en 2019, el documental de Mariano del Mazo y Marcelo Schapces hace equilibrio sobre esa cuerda.

Contenidos por el círculo más íntimo del cantor (su hermano, el periodista Horacio del Prado; su hija Malena; el poeta Jorge Boccanera), los realizadores se lanzan hacia su misión imposible con gran arrojo. Ahí está el hombre, sentado frente a un bombo o tirando centros con los chicos de la plaza, pero ¿quién es realmente Del Prado? ¿El niño pintado para la murga porteña? ¿El rocker setentista de Saloma? ¿El ladero de Zitarrosa en el exilio? ¿El autor idiosincrático de "Los locos de Buenos Aires"? ¿El vanguardista escondido en su departamento? La respuesta, como dice Bob Dylan, está flotando en el viento.

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La línea fría del horizonte (Luciano Coelho, 2012)

Una idea inquietante: mi casa está en la frontera. Una idea aún más inquietante: las fronteras se mueven. A fines del siglo pasado, Jorge Drexler escribió esa suerte de chamarrita que acaso sin saberlo redefinía el mapa de la triple frontera imaginaria que forman Buenos Aires, Montevideo y Porto Alegre. Ideado, dirigido y producido por Luciano Coelho, A linha fría do horizonte es prácticamente una tesis alrededor de esa idea. El retrato de aquello que Vitor Ramil rubricó con su conferencia titulada A estética del frío, los hermanos Drexler bautizaron Templadismo y Kevin Johansen, un poco en serio y un poco en broma, siempre llamó Subtropicalismo. La canción que, amonedada por los encuentros y desencuentros, comenzó a germinar en la tierra fértil de los 2000.

Guiada por el pulso de la milonga y la relación entre Ramil y los Drexler, la película desanda sus noventa y siete minutos sobre la cinta húmeda de esta llanura. En el contrabando que, montados en escenarios, autos, estudios o aviones, jalonaron artistas como Ana Prada, Seba Jantos y Dany López; Arthur De Faria, Richard Serraria y Zelito; Pablo Grinjot y Tomi Lebrero. Más acá en el tiempo, los representantes del sello urguayo Feel de Agua acuñaron una expresión que parece calzarle como un guante: música para viajes interdepartamentales. El soundtrack de un viaje en colectivo hacia el interior de esa identidad perdida y recuperada. Con el pullover como almohada y una radio -que pendula entre la AM y la FM- en los auriculares.

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Ramón Ayala (Marcos López, 2013)

Estaba adelante de todos, pero nadie la vio venir: la sociedad entre el icónico compositor misionero y el fotógrafo Marcos López. En busca de un tema para su primera película, López encontró la horma de su zapato y fue a tocarle un timbre al autor de "El cosechero" y "Mi pequeño amor". Ese hombre, de sombrero, guitarrón y rigurosa ropa de grafa, no vivía precisamente en la selva. Estaba a unas cuadras de su taller: en el barrio de San Telmo. El resultado es esta criatura inclasificable que, durante la edición 2013 del Bafici ganó el Premio del público a la Mejor película argentina.

Por aquí y por allá están las palabras acreditadas de Juan Falú, Liliana Herrero y Tata Cedrón. También las voces anónimas que cantan esos himnos rebeldes del Alto Paraná. Sobre todo, la película -decirle documental no sería exactamente fiel- se eleva en las tensiones entre la selva y la ciudad. Entre los mensús y los vendedores de CD truchos. Entre aquello que convenimos en llamar ficción y aquello que convenimos en llamar realidad. Hablar de contrastes, en ese sentido, sería desconocer la obra de ambos: músico y director. La voz sentenciosa de Ayala, refractada contra la naturaleza ordinaria de nuestra vida, produce auténtica emoción artística. Como el legendario ardid publicitario de las películas de Luis Sandrini: esto es "para reír y para llorar".

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Charco: canciones del Río de la Plata (Julián Chalde, 2017)

El propósito es como ponerle el cascabel al gato: ¿dónde está el núcleo indivisible de la canción del Río de la Plata? En Charco, el documental dirigido por Julián Chalde, el trovador Pablo Dacal sale detrás de la pista munido con guitarra y -atención- tiple. Ese desplazamiento sutil es útil para entender la naturaleza de la película: una deriva que, si bien no se desentiende de la musicología, tiene intención artística.

Candombe, tango, rock, cumbia, murga y el corazón de la milonga. Los géneros vuelcan su cauce sobre el gran río de la canción, que se desplaza desde el presente hacia la fuente inatrapable del pasado. Del centro a la periferia. Y viceversa. En ese sentido, la lista de artistas argentinos y uruguayos retratados por la película es apabullante y quiere unir, en el mismo plano, a emergentes y consagrados. Así aparecen jóvenes y veteranos. Desde Fito Páez a Franny Glass, pasando por Jorge Drexler, Sofía Viola, Mandrake Wolf, Palo Pandolfo, Ana Prada, Jorge Serrano, Fernando Cabrera, La Chicana, Hugo Fattoruso, Gustavo Santaolalla, Luciano Supervielle y muchos más.

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Hit (Claudia Abend y Adriana Loeff, 2008)

Jaime Roos toma un trago de su grappa y la apoya sobre la barra. Detrás de cámara se escucha la voz de Claudia Abend, una de las directoras. La voz hace una pregunta precisa: "¿Qué tiene que tener una canción para convertirse en un hit, para trascender y sobrevivir al paso del tiempo?". Silencio. Más silencio. Aparecen otras figuras como los hermanos Fattoruso, Emiliano Brancciari, Fernando Cabrera, Jorge Drexler, Mariana Ingold, Raúl Castro (Falta y Resto). Todos sonríen incómodos, piensan, tropiezan con sus pensamientos. Finalmente, el Negro Rada corona con humor: "estoy listo para la próxima pregunta".

Articulado por cinco canciones emblemáticas de la música uruguaya, Hit consigna casi involuntariamente medio siglo de historia social. De las fiestas, luchas y derrotas de varias generaciones. Así, la película sale en busca de Aníbal Sampayo, autor censurado y torturado de "Río de los pájaros". Recorre junto a Hugo y Osvaldo Fattoruso el periplo beatle que estalló con "Break it all". Viaja al Montevideo de los psicodélicos sesenta para rescatar "Príncipe azul", la viñeta que Eduardo Mateo compuso para El Kinto. Registra el envión anímico que significó "A redoblar", la canción insignia de la resistencia durante la dictadura. Finalmente pasa revista al Montevideo democrático que, a mediados de los ochenta, bailó y cantó con Roos y el Canario Luna en su "Brindis por Pierrot".

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