Donald Trump en campaña otra vez, ahora para vender productos Trump (no hay devoluciones)
El presidente electo se ha volcado a las redes sociales para promover su más reciente línea de artículos marca Trump. Hay poca información sobre de qué están hechos o dónde se fabrican.
Donald Trump aprendió hace mucho tiempo que las oportunidades de foto podían atraer la atención hacia él y que ponerle su nombre a cualquier cosa, desde rascacielos hasta filetes, podía hacerle ganar dinero.
Como candidato a la presidencia por segunda vez y ahora presidente electo, está fusionando ambos conceptos más rápido que nunca, vinculando los elementos visuales de alto nivel de su vida política a perfumes, relojes, zapatos deportivos y tarjetas coleccionables digitales. Todo lo que rodea a Trump se ha convertido en algo que se puede monetizar, incluyendo un momento de cordialidad con Jill Biden, la primera dama, en la catedral de Notre Dame el fin de semana.
“¡He aquí mis nuevos Perfumes y Colonias Trump!” escribió el presidente electo en redes sociales el fin de semana, junto a una foto de su interacción con la primera dama, que esbozaba una tenue sonrisa. “Los llamo Pelea, Pelea, Pelea, porque nos representan a nosotros GANANDO. Excelentes regalos de Navidad para la familia”.
Bajo la foto había otro texto, una aparente indirecta a Jill Biden: “¡UNA FRAGANCIA QUE TUS ENEMIGOS NO PUEDEN RESISTIR!”.
En esencia, Trump utilizó un momento de cordialidad con la primera dama, frecuente crítica suya, para vender fragancias “concebidas para captar la esencia del éxito y la determinación”, según el sitio web del perfume.
Antes de que Trump tomara posesión de su cargo en su primer mandato, sus hijos tomaron las riendas del negocio familiar para crear al menos la percepción de que había una separación entre una empresa que genera dinero y el cargo más alto del país. (Trump seguía manteniendo más de 50 acuerdos de licencia a su nombre, según un análisis de The Washington Post).
Esta vez no existe tal presunción de distancia; solo el constante avanzar de una cinta transportadora que escupe un producto Trump tras otro. El lunes, funcionarios que trabajan para Trump no respondieron en un primer momento a una pregunta sobre si Trump seguiría promocionando productos después de su investidura.
A pocas semanas de su toma de posesión, Trump está aprovechando la atención que ha suscitado su victoria electoral para vender fragancias y calzado a sus partidarios que tengan ganas de celebrar. Se han ofrecido zapatos deportivos “Trump Crypto President” de 299 dólares, junto con la colonia “Victory” de 119 dólares y zapatos “First Lady” de 299. Hay poca información disponible sobre de qué materiales están hechos los productos o dónde se fabrican. Y de acuerdo con el sitio web de los productos, no hay devoluciones.
Cuando Trump se postuló en 2016, varios de los productos de su marca vendidos a través de la Organización Trump se fabricaban en el extranjero: había blazers hechos en India, trajes hechos en México y corbatas hechas en China, prácticas empresariales que no concordaban, y no concuerdan, con su actual propuesta de imponer aranceles contra competidores económicos como Pekín. La hija de Trump, Ivanka, también fue criticada por vender productos fabricados en el extranjero.
Trump no parece estar detrás de la manufactura de los perfumes, relojes, zapatos deportivos y demás artículos a los que ha prestado su nombre. La estrategia es la siguiente: Trump crea empresas que funcionan como cuentas bancarias, permitiendo que personas o empresas que fabrican los productos le paguen regalías por el uso de su nombre bajo licencia.
En su declaración financiera de 2023, por ejemplo, una empresa propiedad de Trump llamada “CIC Ventures LLC” declaró ingresos de 4,5 millones de dólares por un libro publicado por la editorial conservadora Winning Team, que es propiedad en parte de su hijo Donald Trump Jr. También, según la declaración, Trump ganó 300.000 dólares de un acuerdo de licencias con LMA Productions, una empresa que produjo una Biblia aprobada por Lee Greenwood, el cantante de “God Bless the USA”.
Sin embargo, a diferencia de algunos de los esfuerzos anteriores de Trump, las identidades de sus actuales socios comerciales que producen mercancías están protegidas mediante la creación de sociedades de responsabilidad limitada (LLC, por su sigla en inglés), que están estructuradas para permitir que esos socios permanezcan en el anonimato. Al menos dos de las empresas que venden productos Trump creados recientemente se constituyeron en Wyoming, un estado que cuenta con estrictas leyes de privacidad que protegen la identidad de los propietarios de las LLC.
45Footwear, la empresa que está detrás de las los zapatos deportivos “Trump Won” de 499 dólares y de las fragancias “Fight Fight Fight”, fue creada en enero por Cloud Peak, un bufete de abogados con sede en Sheridan, Wyoming, que ha creado más de 100.000 empresas de este tipo en todo el mundo. En julio, Cloud Peak también creó una LLC con sede en Sheridan llamada TheBestWatchesOnEarth, que vende relojes chapados en oro. Por 899 dólares, los simpatizantes pueden adquirir uno con un grabado del rostro del presidente electo.
Los periodistas que han visitado las direcciones de esas empresas en Sheridan han informado que encontraron centros comerciales rurales o edificios poblados por empresas no relacionadas.
Jordan Libowitz, vicepresidente de comunicaciones de Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington, afirmó que esta práctica planteaba varios problemas éticos.
“Es un poco como una caja negra, de dónde viene el dinero”, dijo, añadiendo que las personas que esperan influir en Trump podrían volcar dinero en alguno de sus productos.
“Nos preocupa mucho todo el tiempo que pasa en Mar-a-Lago, rodeado de gente que intenta influir en la política”, dijo Libowitz. “Si llegas y le dices: ‘Hey, me gasté 100.000 dólares en relojes Trump’. Eso llamará su atención”.
Otra preocupación es la rapidez y frecuencia con que Trump ha dado a conocer nuevos productos antes de asumir la presidencia dentro de poco más de un mes. Sin más información proveniente del presidente electo y su equipo, no hay forma de saber si Trump intentará monetizar los grandes momentos de su presidencia, ni de dónde saldrá el dinero para fabricar esos productos.
“Sean cuales sean las normas a las que respondía antes”, dijo Libowitz, “ahora no parece especialmente interesado en ellas”.
Katie Rogers
es corresponsal de la Casa Blanca. Durante buena parte de la década pasada se ha centrado en la presidencia, la familia del presidente y la vida en Washington, además de cubrir una variedad de temas, incluida la política interna y la política exterior. Es autora de un libro sobre las primeras damas de la Casa Blanca. Más de Katie Rogers
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