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Donación de hígados de personas con muerte cardíaca es una alternativa

Por David y Douglas 23 abr (Reuters) - Los trasplantes hepáticos de donantes con muerte cardiaca son viables, aunque con precaución, según asegura un equipo de Missouri. "El tejido de donante cardíaco cadavérico es una excelente fuente de donantes ante la falta de órganos suficientes para trasplantes hepáticos, pero ese tejido tiene que seleccionarse cuidadosamente", sostuvo la doctora Majella Doyle, de la Facultad de Medicina de Washington University, St. Louis. Por e-mail, dijo que el uso de esos tejidos eleva el riesgo de falla renal en el corto plazo y de colangiopatía isquémica en el largo plazo. A diferencia de lo que ocurre en la ablación después de la muerte cerebral, la ablación después de la muerte cardíaca genera un período de isquemia normotérmica del órgano antes de la perfusión con la solución fría conservante, según publica el equipo de Doyle en Journal of the American College of Surgeons. Pero el impacto del tiempo de isquemia normotérmica y el estrés fisiológico concomitantes aún se desconocen. Retrospectivamente, el equipo analizó información de 866 pacientes que habían recibido un trasplante hepático en el hospital entre el 2005 y el 2014; 49 pacientes habían recibido un hígado de donante con muerte cardíaca. Luego, el equipo comparó a todos los receptores de tejidos de donantes con muerte cerebral con una cohorte de donante-receptor de la misma edad y características fisicas. El tiempo de isquemia normotérmica e hipotérmica fue similar. En ambos grupos, el tiempo medio en la UTI era de dos días y la internación, de 7,5 días. El seguimiento duró unos 4 años en los receptores de donantes con muerte cardíaca y de 3,4 años en los receptores de donantes con muerte cerebral. Los resultados no variaron entre los grupos en cinco años. Pero la lesión renal y la necesidad de diálisis eran significativamente más comunes en los receptores de donantes con muerte cardíaca (16,3 versus 4,1 por ciento). El 8,5 por ciento de los pacientes desarrolló colangiopatía isquémica (tres pacientes necesitaron un nuevo trasplante, comparado con ninguno del grupo control). Las diferencias en las tasas de sobrevida no parecieron significativas tras controlar el score de propensión y el IMC de los donantes en un modelo de variables múltiples. Lo mismo ocurrió con el riesgo de muerte y/o falla del órgano trasplantado. FUENTE: http://bit.ly/1OenXzg