Otro dolor de cabeza para el golf: la cancelación del British Open se suma a los números en rojo del tour

Solo por la habitual prudencia del golf en su manera de comunicar -autoridades, organizadores, golfistas- se atenúa un poco la dimensión del desastre. Pero el coronavirus ya hizo verdaderos estragos en la temporada, sin importar los circuitos que haya en marcha en todo el planeta. Es más: como consecuencia de los torneos cancelados, todavía no hay una cifra definitiva de las pérdidas expresadas en dólares y euros, aunque los diferentes tours, sus sponsors y los clubes anfitriones saben que están condenados a balances con números en rojo en 2020.

Basta con observar los certámenes dados de baja para medir los perjuicios: ocho en el PGA Tour, cuatro en el Tour Europeo, seis en el Korn Ferry y cinco en el Champions Tour, por nombrar solo a las giras con mayor visibilidad. El último cimbronazo por el efecto arrasador de la pandemia fue la cancelación del Abierto Británico, que se iba a disputar del 16 al 19 de julio en Royal St George's Golf Club, Inglaterra. Se trataba de la 149ª versión del certamen más antiguo de este deporte, que desde 1860 solo se había suspendido en 1871 y durante las dos grandes guerras mundiales (1915-1919 y 1940-1945).

De esta forma, la cita pasará a jugarse en la misma sede del 15 al 18 de julio de 2021, mientras que la realización 150º se disputará en St Andrews del 14 al 17 de julio de 2022. "Puedo asegurarles a todos que hemos explorado todas las opciones para jugar el Open este año, pero no será posible", mencionó el inglés Martin Slumbers, responsable máximo de R&A. El aviso para los espectadores es que los tickets para este año podrán ser utilizados el año próximo o, en su defecto, se devolverá el precio de las entradas.

Una de la razones por las que el Open se canceló en lugar de posponerse, como sucedió con los otros tres majors, se sustenta en que la R&A se aferró a una política que la protege contra una pandemia global. "Es uno de los torneos más resguardados que existen: tiene seguro de cancelación completa", reveló a Golf Digest una fuente cercana a la organización. El mercado de seguros en el mundo se basa actualmente en cuatro riesgos grandes que atemorizan a las compañías: los ciberataques, las revueltas sociales, el cambio climático y las pandemias. Y el Open, al igual que Wimbledon -su paralelo en el tenis-, recurre ahora a esta coraza contractual que firmó con anterioridad.

Más allá del gran dolor de cabeza y fiel a su tradición, en la R&A procuraron que St. Andrews se mantuviera como sede del campeonato Nº 150 -un número redondo- y la legendaria cancha esperará un año más. Así, con el Open dado de baja, el calendario de los Majors quedó así: el Masters, previsto para la segunda semana de abril, anunció su postergación en 2020 y ayer determinó su nueva fecha: del 12 al 15 de noviembre. El US Open, originalmente previsto del 18 al 21 de junio en Winged Foot, de Mamoroneck (Nueva York), se jugará del 17 al 20 de septiembre. En tanto, el PGA Championship, estipulado para efectuarse en San Francisco del 14 al 17 de mayo, fue pospuesto para que se haga realidad del 6 al 9 de agosto.

Ya desde hace unas semanas, la R&A había advertido respecto de su torneo insignia: "Estamos monitoreando de cerca la situación en constante movimiento de la pandemia de COVID-19 y siguiendo cuidadosamente los consejos que nos emitió el Gobierno del Reino Unido, las autoridades sanitarias pertinentes y nuestros consultores médicos".

De hecho, la organización ya había decidido cancelar dos de sus eventos internacionales de aficionados: la final de la serie R&A Student Tour en St Andrews y Carnoustie y el Campeonato Amateur U16 de R&A Girls en Fulford, que se iban a celebrar en mayo. Slumbers comentaba al respecto: "Nuestra prioridad absoluta es garantizar la seguridad de los jugadores, fanáticos, oficiales, personal y todos los involucrados en nuestros campeonatos. Y eso estará a la vanguardia de nuestro pensamiento mientras monitoreamos los desarrollos".

La baja del Abierto Británico toca de cerca a la Argentina, ya que estaba clasificado para este certamen el joven aficionado Abel Gallegos, cuyo pasaje lo había conseguido en enero pasado en el Latin America Amateur Championship (LAAC), disputado en Playa del Carmen, México. Quedará a criterio de los organizadores si se respeta su lugar y tiene la chance de jugar el Open del año próximo. El tema no fue abordado aun por la R&A, pero es imaginable pensar que habrá una doble presencia; es decir: Gallegos más el aficionado que se consagre campeón en el LAAC 2021 en Lima, Perú.

Tiger Woods gana tiempo

Entre torneos cancelados y pospuestos, este tremendo desbarajuste en el calendario tiene al menos un ganador: Tiger Woods. El 6 de marzo pasado, cuando el coronavirus todavía no era el tema central en los Estados Unidos, el astro californiano anunciaba su ausencia para la semana siguiente en The Players, el certamen con el mejor field de jugadores y la mayor bolsa de premios bolsa de premios (2.250.000 dólares). "Mi espalda no está lista para jugar la próxima semana, estoy triste por perderme uno de los mejores torneos de la temporada, nuestro torneo", había escrito Tiger, para excusarse de su presencia en el TPC Sawgrass de Ponte Vedra Beach, en Florida.

Al final, The Players se suspendió en plena disputa y se desconsideraron los scores. Pero aquel anuncio de Tiger sobre su estado de salud había sido el anticipo de que, probablemente, no iba a llegar en buenas condiciones al Masters. El dolor seguía retrasando su regreso al PGA Tour; seguramente un correlato de sus continuas visitas al quirófano en los últimos años. La última cirugía en la espalda, una exitosa fusión de vértebras practicada en abril del 2017, lo había restablecido hasta tal punto que ganó el Masters 2019, pero últimamente los achaques físicos habían reaparecido como viejos fantasmas. Nada garantiza que el campeón de 15º majors esté perfecto para cuando se normalice el calendario de torneos, pero al menos ya está ganando tiempo para ponerse a punto a sus 44 años y con una ambición de gloria intacta.