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Documental examina el triste mercado ilícito de peloteros cubanos a EEUU | Opinión

Pasamos ocho años explorando una parte del juego que Las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) no quieren que vea. Lejos de las luces brillantes, los jugadores cubanos prometedores se ven obligados a hacer tratos con contrabandistas para perseguir sus sueños de jugar en las Grandes Ligas. Ese es el núcleo de nuestro documental: “THE LAST OUT” (El Último Out), que se estrenará en los cines este viernes 19 de agosto de 2022.

Mientras millones se maravillan con el ascenso de la superestrella de los Astros de Houston, Yordan Álvarez, nuestro documental cuestiona la responsabilidad, legal y moral de las autoridades de la MLB, el gobierno de EEUU y el gobierno cubano sobre los casos de miles de exiliados del béisbol cubano que no tuvieron suerte. Estos jugadores que se han quedado atrapados entre países con sus sueños usados contra ellos.

En 2014, comenzamos a documentar los viajes de un grupo de talentosos exj ugadores de la Serie Nacional cubana que intentaban llegar a Estados Unidos. Pocos sabíamos que el proyecto arrojaría luz sobre el oscuro nexo entre los deportes profesionales y el rastro migrante donde los atletas jóvenes son explotados y traficados.

Hace más de una década, el autor de “Moneyball”, Michael Lewis, escribió que una de las nuevas ineficiencias del mercado beisbolero era la atracción de talentos cubanos baratos.

Los contratos firmados por Aroldis Chapman, Yasiel Puig, José Abreu y Yoenis Céspedes solo confirmaron la hipótesis de Lewis y alimentaron un exuberante período de cinco años en el que, los equipos en búsqueda de nuevos talentos, regalaron contratos temerarios. El resultado final fue una burbuja en el mercado y el éxodo de jugadores cubanos que diezmó la Serie Nacional.

Nuestros personajes principales: Happy Oliveros de Guantánamo, Carlos O. González de Holguín y Víctor Ernesto Baró de Ciego de Ávila, salieron de Cuba en esa época. Se entrenaron en Costa Rica bajo la dirección del cubanoamericano Gustavo Domínguez.

Michael Lewis escribió que Domínguez inventó el mercado de los peloteros cubanos en los años 90. Domínguez tuvo tanto éxito que Castro lo denunció en la Mesa Redonda. Pero Domínguez también llamó la atención del gobierno estadounidense y fue condenado por fraude fiscal y por cargos de contrabando, que parecen dudosos.

Domínguez es ciudadano cubanoamericano e incondicionalmente anticastrista, y así fue castigado por el gobierno estadounidense, por dirigir un negocio exitoso que operaba en el vacío, debido a la indiferencia de las Grandes Ligas.

Mientras nuestra película documenta los choques dramáticos de Domínguez con nuestros personajes peloteros, sobre el mejor camino a seguir, él simplemente se estaba aprovechando de un mundo en el que, durante demasiado tiempo, la MLB ha hecho la vista gorda ante la corrupción.

En vez de un mercado libre y abierto donde los jugadores pueden obtener ofertas competitivas por su trabajo, lo que se ha creado es un mercado negro en el que muchos jugadores terminan en relaciones depredadoras con agentes, contrabandistas y exploradores.

Recientemente, algunas jurisdicciones estadounidenses han estado tratando de poner orden en este caótico mercado estilo “Salvaje Oeste”. Además de la condena en 2017 del destacado agente de la MLB Bart Hernández por tráfico humano de cubanos, en 2019 se reveló que el Departamento de Justicia tiene una investigación activa sobre varios equipos de las Grandes Ligas y ha citado documentos extensos que pertenecen a esta tubería clandestina de talentos cubanos.

Este año marca el 60 Aniversario del Primer Campeonato de la Serie Nacional bajo el régimen de Castro, así como el 60 Aniversario de la crisis de los misiles en Cuba, dos eventos masivos que demuestran que el futuro del béisbol cubano está inexorablemente ligado a la geopolítica.

Esperamos que MLB no venda jugadores al gobierno cubano mientras toma medidas para cerrar las lagunas y mientras trabaja de manera proactiva para acabar con este mercado clandestino.

En una era de empoderamiento de los atletas, nos inspiran los esfuerzos de la Asociación de Beisbolistas Profesionales de Cuba, dirigida por Orlando Hernández y Brayan Peña, que buscan unificar al equipo cubano antes del Clásico Mundial de Béisbol (WBC) de 2023. Es posible que no se llegue a un acuerdo para cuando comience el WBC en febrero, pero al menos, están cambiando la conversación y obligándonos a considerar la perspectiva desde el lado de los atletas.

Los grandes cubanos Minnie Miñoso y Tony Oliva finalmente obtuvieron este verano su merecido lugar en el Salón de la Fama del Beisbol de EEUU. Debemos asegurarnos de que esto indique un cambio en el que los logros y las contribuciones de los cubanos al juego no puedan ser ignorados por más tiempo.

Poner fin al mercado ilícito de sus talentos y que MLB acepte una investigación independiente sobre la corrupción en el mercado internacional de agentes libres serían los siguientes pasos.

Michael Gassert y Sami Khan son los directores del documental “THE LAST OUT”, que se estrenará en los cines el viernes, 19 de agosto y se transmitirá en PBS el 3 de octubre.