Divina comida: la noche de Fede Bal en Las Vegas con una chica que conoció en Tinder

Última noche de la semana en Divina Comida, esta vez con Georgina Barbarossa como anfitriona. Luego de cuatro encuentros, el grupo se encuentra mucho más afianzado que al principio, pero también cansado. "Como nos vemos todos los días, ya casi que no nos saludamos", delizó Sol Pérez; mientras que Lizy Tagliani apeló a su habitual honestidad brutal: "Hoy es la última cena, y la verdad es que. me da igual. No espero nada, ya estoy harta".

En honor a sus ancestros españoles, la actriz recibió al grupo con una serie de recetas de su familia. Una entrada agridulce de palmeritas, ananá y salsa golf (que no le gustó a casi nadie), un pan de carne y natillas. Los nervios le jugaron una mala pasada y el menú no estuvo a la altura de sus predecesores. A la hora de las sorpresas, Georgina eligió un juego menos picante que el de Sol Pérez, y después la presencia de dos bailaoras de Flamenco que cerraron con broche de oro la noche.

Este primer grupo que participó del reality se caracterizó por alternar los comentarios frívolos y divertidos con anécdotas personales. Algo que, tratándose de un grupo de famosos, siempre es de agradecer.

La entrada llegó acompañada de una charla sobre celulares, WhatsApp y levante virtual. Así pudo saberse que Lizy comparte un grupo muy picante con Elizabeth Vernaci, Humberto Tortonese y Marley: "Los memes son 'Heidi' para nosotros". También que Sol Pérez y los celulares no se llevan nada bien: "Casi no lo uso. No sé contestar en WhatsApp, no le doy bola, nunca sé dónde está, lo pierdo, soy muy despistada. Ahora, el Instagram siempre, me mandás por ahí y te contesto". También que hay un muy famoso jugador de fútbol que está en el exterior y que ya no soporta: "Es muy pesado, me manda videos, fotos, me llama, él sabe que me tiene harta". Y también contó que le escriben jugadores casados y con hijos.

Fede Bal se quedó con la anécdota de la noche, una historia hasta ahora desconocida: "Me encontré con una chica en Las Vegas, gracias a Tinder. Había viajado con mi vieja, veníamos de Nueva York y un día estaba aburrido y me metí a la aplicación. En Buenos Aires no lo hago porque no se puede".

No es que la app más famosa de citas tenga restricciones en nuestro país, sino que para una figura como el hijo de Carmen Barbieri, la fama es un arma de doble filo. "La chica estaba a cinco calles de donde estaba yo -continuó-. Nos encontramos, y la verdad una divina. Una marplatense que vivía en Las Vegas y trabajaba en un Rental de autos. Fue la mejor noche que pasé en mucho tiempo".

La pasión de aquella noche tuvo su revival en nuestro país, pero con muy diferente resultado: "Después ella se vino para acá, pero no fue igual. Viste cómo es cuando cambia el lugar, lo que pasa en Las Vegas, queda en Las Vegas".

El programa terminó con Guillermo Coppola llevándose el premio al mejor anfitrión de la semana, la creación de un grupo de WhatsApp y la promesa de un nuevo encuentro del grupo, pero esta vez, sin cámaras.