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Por qué los distritos escolares han decidido recibir de nuevo solo a los niños más pequeños

El alcalde Bill de Blasio saluda a un alumno que llega para el primer día de clases presenciales en el barrio Elmhurst de Queens, el 21 de septiembre de 2020. (Todd Heisler/The New York Times).
El alcalde Bill de Blasio saluda a un alumno que llega para el primer día de clases presenciales en el barrio Elmhurst de Queens, el 21 de septiembre de 2020. (Todd Heisler/The New York Times).

NUEVA YORK — Después de un verano de incertidumbre y temor respecto a la manera en que las escuelas de todo el mundo funcionarían en una pandemia, se ha llegado a un consenso en cada vez más distritos: la enseñanza presencial con niños pequeños es más segura que con los mayores y tiene una importancia especial para su desarrollo.

El domingo, la ciudad de Nueva York, que alberga el sistema escolar más grande de Estados Unidos, se convirtió en el ejemplo más destacado de esa tendencia, cuando el alcalde Bill de Blasio anunció que solo los centros de educación preescolar, las primarias y algunas escuelas para niños con discapacidades complejas volverían a abrir la semana próxima después de que todas las aulas de la ciudad se cerraron brevemente en noviembre. En este momento no hay ningún plan para que los estudiantes de secundaria y bachillerato vuelvan a los centros escolares de la ciudad.

Los padres de Nueva York le han suplicado al gobernador Andrew Cuomo que relegue al alcalde y mantenga las escuelas abiertas. (Anna Watts/The New York Times) (Anna Watts/The New York Times).
Los padres de Nueva York le han suplicado al gobernador Andrew Cuomo que relegue al alcalde y mantenga las escuelas abiertas. (Anna Watts/The New York Times) (Anna Watts/The New York Times).

Fue un cambio brusco para el alcalde, quien durante meses había prometido dar la bienvenida a los 1,1 millones de niños de la ciudad (desde los 3 años hasta los estudiantes de último año de bachillerato) de regreso a las aulas este otoño.

No obstante, la decisión puso a Nueva York a la par de otras ciudades de Estados Unidos y de todo el mundo que han sido de las primeras en regresar a las aulas (con frecuencia, exclusivamente, los niños pequeños) y en algunos casos las han mantenido abiertas incluso cuando esas ciudades se han enfrentado a las segundas olas del virus.

Los expertos en educación afirman que el aprendizaje presencial es básico para los niños pequeños, que a menudo necesitan una supervisión paterna intensiva solo para conectarse a las clases del día. Cada vez hay más pruebas que demuestran que es poco probable que las escuelas primarias aumenten los contagios si los distritos adoptan medidas de seguridad estrictas. La evidencia es más contradictoria en lo que respecta a las secundarias y bachilleratos.

“Con los niños más pequeños, vemos esta agradable confluencia de dos hechos: la ciencia señala que los niños más pequeños son menos propensos a contraer el virus y, al parecer, menos propensos a transmitirlo”, afirmó Elliot Haspel, autor de “Crawling Behind: America’s Child Care Crisis and How to Fix It” (Avanzando a gatas: La crisis del cuidado infantil en Estados Unidos y cómo solucionarla).

Haspel añadió: “Y los niños más pequeños son los que más necesitan la escolarización presencial y las interacciones en persona”.

Distritos como Chicago, Filadelfia y Los Ángeles planean que los niños pequeños regresen a clases primero cuando reabran las aulas más adelante.

En Rhode Island, la gobernadora Gina Raimondo, una firme defensora de mantener las escuelas abiertas, en días recientes pidió a las universidades que cambiaran a un modelo de aprendizaje completamente a distancia después del Día de Acción de Gracias y les dio a los distritos la opción de reducir la cantidad de estudiantes de bachillerato que asisten en persona. Aseguró que “no había ni una pizca de datos que sugiriera que las escuelas son grandes propagadoras del virus”, pero dijo que los bachilleratos habían demostrado ser más problemáticos que las primarias y secundarias porque los estudiantes presentan mayor movilidad.

Ese modelo en el que se da prioridad a los estudiantes más pequeños empezó en Europa, donde muchos países han mantenido abiertas las escuelas primarias incluso cuando la mayoría de los sectores de la vida pública se han cerrado durante la segunda ola de contagios del continente.

Italia ha mantenido abiertas sus escuelas primarias, pero ha dejado que las secundarias y bachilleratos tomen clases a distancia y, aunque todas las escuelas de Alemania están abiertas, los debates sobre posibles cierres se han centrado principalmente en los bachilleratos.

En Estados Unidos, cada vez más distritos han comenzado a dar prioridad a los estudiantes de escuelas primarias para el aprendizaje presencial.

En los distritos urbanos, que por lo general han tardado más en reabrir que los rurales y suburbanos, eso ha significado hacer planes para que vuelvan primero los estudiantes más pequeños. En zonas del Medio Oeste donde los distritos escolares fueron más agresivos en cuanto a la reapertura, y donde ha habido un enorme aumento de casos, los funcionarios de salud pública han hecho hincapié en mantener abiertas las escuelas primarias incluso a pesar de que han cerrado las preparatorias y, en algunos casos, las secundarias.

“La información respecto a que el contagio es muy limitado en las guarderías y las escuelas primarias es cada vez más convincente”, dijo Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota y miembro del grupo de trabajo para atender el coronavirus del presidente electo Joe Biden, en una entrevista reciente.

“Sigo diciéndole a la gente: ‘Dejen de hablar de niños, hablen de los menores de 10 años’”, agregó. “Estamos viendo una epidemiología muy diferente en ese grupo que la que vemos en los estudiantes de bachillerato, por ejemplo”.

Los datos están lejos de ser perfectos, pero varios estudios han sugerido que los niños menores de 10 años transmiten el virus con menos eficiencia que los niños mayores o los adultos.

Un estudio publicado en la revista Pediatrics encuestó a 57.000 proveedores de cuidado infantil en todo Estados Unidos y descubrió que aquellos que continuaron trabajando durante los primeros tres meses de la pandemia no fueron más propensos a enfermarse que aquellos cuyos programas cerraron.

Esa evidencia les ha permitido a los expertos centrarse en el tema urgente de cómo están aprendiendo realmente los niños pequeños durante la pandemia. Haspel y otros expertos han planteado inquietudes urgentes acerca de la capacidad de los niños para aprender a leer en un iPad o en la pantalla de una computadora portátil.

Cuando los maestros intentan enseñar a leer a distancia, “en realidad estás atando las piernas e intentando hacer que corran una carrera”, dijo, en parte porque los niños pequeños a menudo necesitan instrucción personal o en grupos pequeños.

Básicamente, la reapertura de las escuelas primarias (con secundarias y bachilleratos cerrados) se ha convertido en la opción preferida de los influyentes sindicatos de maestros, cuyos dirigentes han ejercido presión para retrasar los planes de reapertura en algunas ciudades debido a la falta de fondos federales, de medidas de seguridad y a la preocupación de los educadores de base por volver a las aulas.

No obstante, Randi Weingarten, presidente de la Federación Estadounidense de Maestros, el segundo sindicato de maestros más grande del país, dijo que el plan de Nueva York para hacer que regresen los estudiantes de escuela primaria con protocolos de seguridad estrictos podría ser un modelo nacional.

“Lo que hemos aprendido es que, a diferencia de los adultos, los alumnos de primaria en realidad siguen las reglas, y han demostrado ser muy buenos en el uso del cubrebocas y el apego a las normas de distanciamiento físico, además de que están verdaderamente agradecidos por ir la escuela”, señaló. “El hecho de que los niños pequeños sigan las reglas y necesiten una educación presencial por razones pedagógicas es una buena noticia”.

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This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company