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Diseñan nuevos condones capaces de autolubricarse en pleno uso

Algo les sucede a los jóvenes con el condón. Al margen de los posicionamientos religiosos o conservadores, lo cierto es que casi la mitad de los jóvenes menores de 25 años reconoce que nunca los ha usado con una pareja sexual. ¿Cómo es posible que un anticonceptivo seguro, barato y fácilmente accesible, deje indiferente a la mitad de nuestros chicos? Las razones probablemente haya que buscarlas en la falta de confort y el miedo a la rotura (y por consiguiente al embarazo o al contagio de ETS).

En cuanto a esto último, comentar por cierto, que un estudio reciente publicado en Nature advierte que es indiferente usarlos baratos (latex) o caros (poliuretano) a la hora de prevenir roturas.

Condones. (Imagen Creative Commons vista en Pixabay).
Condones. (Imagen Creative Commons vista en Pixabay).

¿Pero qué sucede con la alegada “incomodidad” que muchos muchachos emplean como excusa para no usar condones? Sin duda todo lo relacionado con la lubricación tiene mucho que ver, y es que sin un nivel suficiente de lubricación el sexo puede resultar doloroso con un condón, que además puede resbalarse o romperse.

Pero tranquilos, los expertos en el tema se han puesto manos a la obra gracias a la financiación del dueño de Microsoft, quien desde su fundación Bill & Belinda Gates ha respaldado a un equipo dirigido por el profesor Mark Grinstaff, de la Universidad de Boston, para que diseñasen un condón capaz de auto-lubricarse en el momento en que entra en contacto con los fluidos corporales.

Para poner a prueba su novedoso preservativo, el equipo de Grinstaff empleó un simulador de coito (véase imagen) con el que se pudo medir su resistencia mientras se contaban los pulsos, o inserciones.

Imagen empleada en el trabajo publicado en the Royal Society Open Science
Imagen empleada en el trabajo publicado en the Royal Society Open Science

Lo que observaron fue que el condón auto-lubricante era capaz de resistir 1,000 pulsos antes de romperse. Los desarrolladores creen que es más que suficiente pues según comentan, un coito normalmente dura la mitad.

En comparación, los preservativos tradicionales recubiertos con un lubricante líquido acuoso, como los que se pueden adquirir en las tiendas, se volvían menos resbaladizos después de los 600 pulsos, a pesar de que inicialmente funcionaban más fluidamente.

En las primeras pruebas de tacto, realizadas con una muestra muy pequeña (33 personas entre hombres y mujeres), la mayoría los encontró más resbaladizos. En palabras del profesor Grinstaff: “si los tocas en seco los encuentras un poco viscosos, pero en presencia de agua o fluidos naturales se vuelven realmente resbaladizos”.

Obviamente, habrá que realizar más pruebas, y esta vez a ser posible con humanos en lugar de máquinas, pero la idea parece bastante buena. Por lo que puedo leer, ya existen catéteres y sondas urinarias recubiertas de esta sustancia para facilitar su inserción, y los pacientes parecen encontrarlos menos molestos.

El trabajo del equipo de Grinstaff se publicó en Royal Society Open Science.

Me enteré leyendo BBC News.