La difícil defensa que plantean los ataques con drones armados

PARÍS.- Los daños infligidos el sábado por los rebeldes yemeníes hutíes a parte de la infraestructura petrolera saudita ilustran la casi imposibilidad de un país, por muchos medios de que disponga, para proteger su infraestructura vital de una amenaza tan asimétrica, subrayan expertos y oficiales.

This image provided on Sunday, Sept. 15, 2019, by the U.S. government and DigitalGlobe and annotated by the source, shows damage to the infrastructure at Saudi Aramco's Abaqaiq oil processing facility in Buqyaq, Saudi Arabia. The drone attack Saturday on Saudi Arabia's Abqaiq plant and its Khurais oil field led to the interruption of an estimated 5.7 million barrels of the kingdom's crude oil production per day, equivalent to more than 5% of the world's daily supply. (U.S. government/Digital Globe via AP)
Imagen cedida por el gobierno de EEUU y DigitalGlobe muestra el daño a la refinería Aramco, una de las más grandes del mundo. (U.S. government/Digital Globe via AP)

Los graves desperfectos sufridos por la fábrica de Abqaiq y el yacimiento de Jurais, en el este de Arabia Saudita, fueron resultado de un ataque llevado a cabo con diez drones, indicó ayer el organismo de análisis estadounidense Soufan Center.

Es posible que también se utilizaran misiles de tipo crucero, agregó el gabinete, que cita a responsables del gobierno estadounidense.

Son armas a disposición de los hutíes chiitas, apoyados por Irán desde que comenzaron a enfrentarse en Yemen a una coalición dirigida por Riad, hace cinco años. Han demostrado en varias ocasiones que esas armas son capaces de eludir los sistemas de defensa sauditas.

Lo que se necesita

Frente a una amenaza así, "hace falta un sistema de defensa ultraperfeccionado, como solo lo tiene, creo, un grupo aeronaval estadounidense" organizado en torno a uno de los portaaviones, explicó el exjefe de un servicio de inteligencia francés, que no quiso ser identificado.

"Un ataque coordinado como el del sábado no está al alcance de cualquiera, como tampoco está al alcance de todo el mundo poder defenderse ante un ataque así", añadió.

A principios de julio, los hutíes presentaron, durante una ceremonia celebrada en un lugar secreto, un dron bombardero llamado Sammad 3 y un misil crucero denominado Al Qods. También cuentan con un dron armado de explosivos llamado Qasef 2.

Columnas de humo salen de la instalación procesadora de petróleo Abqaiq en Buqyaq, Arabia Saudí, tras un ataque con drones al lugar, el sábado 14 de septiembre de 2019, según las autoridades. La imagen fue tomada de un video del canal noticioso saudí Al-Arabiya. (Al-Arabiya vía AP)
Columnas de humo salen de la instalación procesadora de petróleo Abqaiq en Buqyaq, Arabia Saudí, tras un ataque con drones al lugar, el sábado 14 de septiembre de 2019, según las autoridades. La imagen fue tomada de un video del canal noticioso saudí Al-Arabiya. (Al-Arabiya vía AP)

"Es el poder nivelador de la tecnología, que permite a los mendigos poder amenazar a grandes potencias", declaró indignado no hace mucho un responsable de alto rango del Ejército francés, que pidió el anonimato. "Nos vemos derrotados por artefactos de 250 kilos, como nos vimos derrotados por minas en Malí", añadió.

Falla en el sistema de defensa

Arabia Saudita gastó una fortuna en dotarse de sistemas de defensa tierra-aire, como las baterías antimisiles estadounidenses Patriot, radares y una Fuerza Aérea ultramoderna. En 2018, dedicó más de 65.000 millones de dólares al armamento, según el Instituto de Investigación por la Paz de Estocolmo.

Becca Wasser, analista de Rand Corp., precisó que "para lo más esencial Arabia Saudita cuenta con sus sistemas Patriot para interceptar los proyectiles hutíes, pero los resultados son moderados, puesto que este sistema está diseñado para destruir misiles, más que drones".

"El empleo de drones indica que los hutíes dieron con la falla de sus sistemas de defensa", consideró.

Las dimensiones de las instalaciones petroleras sauditas, que en algunos casos son tan grandes como ciudades, y su dispersión por todo el reino hacen que sean difíciles de proteger de forma permanente frente a una amenaza en constante cambio.

Los drones de los hutíes, fabricados con piezas de origen iraní -según un informe de la ONU publicado en 2018-, son de dimensiones variables y pueden desplazarse a varias velocidades y altitudes, por lo que son difíciles de interceptar.

"No existe ningún sistema único para tratar todos los casos, y la amenaza del dron evoluciona sin cesar", comentó un ingeniero militar francés. "Hoy, los sitios sensibles están protegidos con radares y rifles antidrones, pero ahora existen drones autónomos, programables" e insensibles a las interferencias GPS, agregó. "Su velocidad también aumentará: hará falta detectarlos más rápidamente y desde más lejos".

El 19 de agosto, la Fuerza Aérea saudita publicó imágenes de uno de sus cazabombarderos F-15 destruyendo, en pleno vuelo, un dron Qasef-2 en Yemen, y aseguró haber neutralizado una veintena de estos aparatos el año anterior.

Según unos videos publicados en línea por los hutíes, su dron de ataque Sammad 3 tiene un radio de acción de 1500 km, con lo que casi todo el territorio de Arabia Saudita quedaría a su alcance, así como varias regiones de Emiratos Árabes Unidos, aliado de Riad en la guerra en Yemen.