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Diez lecturas en español para sobrevivir a una pandemia

Getty Images
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LAS BUENAS LECTURAS HAN SIDO UN ARMA DECISIVA CONTRA EL MONOPOLIO MENTAL DE ESTE AÑO: LA CRISIS DE SALUD GLOBAL.

BARCELONA — Durante este año el virus ha vampirizado la mayor parte de nuestras conciencias: nos ha chupado la atención, la energía, la sangre. La cultura ha sido un arma decisiva contra ese intento vírico de monopolizar nuestras mentes. La variedad de los libros que se publican en español ha sido un contrapeso del gran tema de conversación —pública e íntima— de 2020. Somos muchísimos los que hemos encontrado apoyo, consuelo, evasión o ideas en nuestras bibliotecas personales y en las librerías de nuestros barrios. Espectros estéticos y temáticos de una amplitud necesaria.

Esta selección posible de diez títulos importantes, de autores y sellos procedentes de diversos países de la lengua, celebra precisamente esa riqueza, esa bibliodiversidad iberoamericana. La del año en que el coronavirus todavía no estuvo presente en la inmensa mayoría de las novedades editoriales.

Solamente en dos de los libros seleccionados aparece una pandemia. En uno, de ficción, a causa de los peores augurios de la literatura especulativa. En el otro, la epidemia real que todos conocemos, a modo de prólogo de los relatos y los miedos que irán invadiendo los libros durante los próximos meses y años. Porque la ficción, la crónica, el ensayo y la poesía van a ir incorporando a sus relatos la pandemia que cambió nuestras vidas.

Panza de burro

Andrea Abreu

La primera novela que más he disfrutado —emocional e intelectualmente— durante 2020 ha sido este relato hermoso y visceral, poético y escatológico, sobre la educación queer de las dos niñas protagonistas en un pueblo remoto de las Islas Canarias. El libro está escrito según los códigos de la oralidad autóctona (muy latinoamericana: “arepas”, “trompadas”), la preadolescencia globalizada (“bitch”, “pokémon”) y los chats (“papa m dijo k no llore x mujers y x ti eso s lo k ago”). De modo que Panza de burro es un puente doble. Transatlántico, por un lado, porque en la realidad lingüística y vital de sus personajes son más importantes Venezuela o Cuba que Madrid. Y multidimensional, por el otro, entre la vida rural e internet, entre el lenguaje de la tradición y el del siglo XXI, entre lo clásico y lo viral.

Poeta chileno

Alejandro Zambra

El autor de Bonsái y otras reconocidas ficciones breves ha sorprendido a sus lectores con esta inteligente y conmovedora novela de más de cuatrocientas páginas sobre la familia no canónica y los mecanismos de la poesía chilena. La relación entre Gonzalo y el hijo de una de sus parejas, Vicente, le permite a Zambra diseccionar la condición masculina, la figura del padrastro y la vocación literaria, en un tono desenfadado e irónico, pero no exento de ternura. El capítulo de la fiesta de poetas es divertidísimo. Y el encuentro con un Nicanor Parra casi centenario es climático y —por supuesto— antipoético.

Autobiografía del algodón

Cristina Rivera Garza

Si en su libro anterior exploró a contraluz la figura de Juan Rulfo, como fotógrafo y como viajero, en el que ha publicado este año Rivera Garza enfoca un viaje que hizo en los años treinta del siglo pasado otro escritor mexicano clásico, José Revueltas, para apoyar las huelgas de los trabajadores norteños de los campos de algodón. Pero la autora viaja a esos escenarios, que ahora sufren la violencia del narco, no solo por motivos históricos y literarios, sino también para investigar las vidas de sus abuelos. El viaje la lleva a descubrir y reivindicar su propia ascendencia indígena. “Migrar también es borrar”, leemos en este extraordinario ejercicio de investigación, reescritura y restitución.

Centroeuropa

Vicente Luis Mora

A un pequeño pueblo de la frontera entre Prusia y Polonia llega un viajero que reclama su derecho a unas tierras que —en cuanto comienza a cultivarlas— revelan su naturaleza de fosa común. Un cementerio fantástico y metafórico, que multiplica exponencialmente sus cadáveres. Aunque esté ambientado con rigor a principios del siglo XIX y no haya en él ninguna palabra que no sea de aquella época, el mejor libro del escritor español habla sobre todo del siglo XXI. De nuestros géneros fluidos, de nuestra visión arqueológica de lo real, de la memoria histórica y de esa disolución de las jerarquías aristocráticas que ha supuesto internet.

Las voladoras

Mónica Ojeda

Tras Nefando y Mandíbula, dos novelas que le han valido el respeto de la crítica y del público iberoamericano, la escritora ecuatoriana publica ahora el poemario Historia de la leche y su primer libro de cuentos, Las voladoras, acentuando la coherencia de un proyecto de aliento poético y obsesiones estremecedoras. Los relatos insisten en figuras paternas terribles, la violencia sexual y adolescente y el pantone entero del terror; pero añaden al imaginario de Ojeda un subtexto ancestral, mitológico, entre andino y europeo, de seres alados y brujería.

La telepatía nacional

Roque Larraquy

La ciencia, la historia y lo sobrenatural son vasos comunicantes en la obra de Larraquy, una de las más excéntricas de la literatura latinoamericana de la última década. En su nueva propuesta especula sobre la creación de un Parque Etnográfico en la Argentina de hace un siglo y sobre la llegada, con ese fin, de aborígenes peruanos que se quedan atrapados en un limbo legal. Después: sobrevienen el absurdo y el delirio. Con cierto aire de familia con otras ficciones históricas y extrañadas (como Zama, de Antonio Di Benedetto), esta historia rota, contada mediante el zapping textual, con personajes humanos muy inquietantes (llamados ajenistas o susurradoras) y otros animales que no lo son menos (como el perezoso telépata) resulta profundamente perturbadora.

Obra completa

Manuel Chaves Nogales

“Andar y contar es mi oficio”, dijo el gran cronista español de la primera mitad del siglo XX. Los cinco volúmenes de sus obras completas dan cuenta de sus múltiples andanzas, vuelos y reportajes, desde 1915 hasta 1944. Además de un referente de la semblanza de personajes periféricos, Chaves Nogales fue un gran periodista europeo, que cubrió el nacimiento de la Unión Soviética, el ascenso del nazismo o la caída de Francia. En las crónicas de A sangre y fuego y de Los secretos de la defensa de Madrid supo leer y retratar tanto el horror nacional como el rojo durante de la guerra civil española. Como Josep Pla, Rodolfo Walsh, Gabriel García Márquez o Elena Poniatowska, es uno de los grandes cronistas iberoamericanos del siglo XX. Al fin tiene reunida toda su obra.

Primeras voluntades

José María Micó

Con cuatro ediciones en dos años, la traducción de la Comedia de Micó le ha dado a Dante una nueva vida en español. No es de extrañar que la misma editorial, Acantilado, haya publicado su obra poética reunida. Con solidez clásica, entre Luis de Góngora, Jorge Luis Borges, Juan Ramón Jiménez y Jaime Gil de Biedma, la poesía de Micó se mueve entre la vida y las lecturas, entre lo cotidiano y la historia de la literatura. Mi poema favorito es “Ver a Marta nadar”. Uno de los versos que cierran el volumen podría ser el lema de este año: “Seguiré escribiendo hasta que las cosas mejoren”.

Mugre rosa

Fernanda Trías

“Las playas amanecieron cubiertas de peces plateados, como una alfombra hecha de tapitas de botellas o de fragmentos de vidrio”, se lee en las primeras páginas de esta novela de ciencia-ficción angustiante y emocional, que narra cómo una peste inexplicable destruye una ciudad muy parecida a Montevideo. Mientras ahorra para emigrar a Brasil, la protagonista triangula entre su madre imposible, su amor perdido —y ahora hospitalizado— y el niño al que cuida, enfermo de gula sin límites. El colapso de la alimentación, de los cuerpos, de los sentimientos y del sistema es narrado con una desgarradora belleza. La escritora uruguaya disfrutó en 2018 del premio SEGIB-Eñe-Casa de Velázquez para escribir esta novela, de modo que cualquier parecido con la realidad de este año es una clarividente coincidencia. Pero el hecho de que Mugre rosa se haya publicado en octubre, permite intuir que algunas frases sobre la soledad o el encierro sean contagios de la atmósfera de la cuarentena.

Diario de la pandemia

VV. AA.

El proyecto literario más ambicioso que se ha publicado hasta el momento en nuestro idioma sobre los estragos de la COVID-19 lo han coordinado Paulina Collado Lobatón, Guadalupe Nettel y Yael Weiss para la Revista de la Universidad de México. Desde el 28 de marzo hasta el 30 junio se suceden cerca de cien textos que narran otros tantos días. Autores emergentes —como Liliana Colanzi, Jazmina Barrera o María Fernanda Ampuero— y consagrados —como Mayra Santos-Febres, Javier Cercas, Sergio Chejfec, Marta Sanz, Margo Glantz, Alberto Manguel, Annie Ernaux o Mario Bellatin— conviven para dar testimonio de lo particular que se vuelve universal. Aunque se narre sobre todo el territorio iberoamericano en cuarentena, el libro dibuja un mapamundi, con entradas escritas en Milán, Seúl, Nueva York o Estocolmo. Un documento histórico.

Y, al mismo tiempo, un probable punto de inflexión. Porque todos los escritores han llevado durante estos meses diarios de la enfermedad, explícitos o mentales. De modo que en estos momentos gran parte de esa reflexión, de esas historias y de esos fantasmas se están convirtiendo en prosa y en verso, es decir, en los libros que se publicarán y que leeremos durante el inminente futuro.

This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company