"No hay nada, solo devoluciones": Por el coronavirus habrá una inédita Semana Santa sin turistas

Hace décadas que para los argentinos Semana Santa funciona como el último oasis de descanso antes de ponerle primera al año laboral. Y en el sector del turismo lo saben bien: en 2019 -que fue un año flojo- se movieron 1.600.000 pasajeros; y un año antes, el fin de semana extralargo al que se le había sumado el 2 de abril, implicó un total de 2.500.000 personas desplazándose con sus valijas a lo largo y ancho del país.

Pero esta Semana Santa 2020 ni siquiera podrá calificarse de mediocre: por primera vez el movimiento caerá a cero en todo el territorio argentino debido a la cuarentena obligatoria por el nuevo coronavirus. Por lo pronto las imágenes que año a año dan cuenta del bullicio en los hot spots del cabotaje se ven ahora como arribadas desde el apocalipsis: el puerto de Mar del Plata, vacío; las orillas del lago San Roque, desiertas; el Centro Cívico de Bariloche, un páramo, el Monte Calvario de Tandil, completamente despejado.

"No hay vuelos. No hay micros de larga distancia. Nadie se puede mover de la casa. No hay ventas. No hay nada, solo devoluciones", revela Carolina Singerman, agente asociada en TTS Viajes, y explica que tanto paquetes como pasajes y alojamientos para Semana Santa arrancaron a venderse desde noviembre del año anterior.

"Para febrero y marzo ya está casi todo vendido -apunta-, y lo más complicado suele ser conseguir la vuelta el domingo, que la quieren todos. Lo que estamos haciendo ahora, cada cual con su política, es devolver. Es un momento absolutamente nuevo en la historia del sector".

"Todo está muerto"

"Para Mendoza Semana Santa es uno de los momentos más fuertes del año, en ocupación supera incluso la época de Vendimia. Y para el sector esto es clave, porque si nos va bien nos permite respirar durante mayo y junio, que son los meses más tranquilos. La provincia debería estar ahora explotando de gente, y sin embargo está paralizada. He salido poco y nada, pero tampoco hace falta: no hay nadie. Todo está muerto". Quien habla es Julia Zuccardi, responsable del área de hospitalidad de las dos bodegas que Zuccardi tiene en Mendoza con tres restaurantes, dos áreas de visita y un total de 50 empleados entre camareros, cocineros, guías turísticos y sommeliers.

También en Mendoza, más concretamente en el departamento de Luján de Cuyo, Potrerillos es una localidad netamente turística, rodeada de montañas y adornada por un dique cuyo turquesa encandila. Fernando Perera es desde hace poco el Presidente de la Asociación Turística de Potrerillos, y dueño además de un complejo de tres cabañas que atiende junto a su mujer.

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"Por suerte cerramos una buena temporada de verano -confiesa- pero a eso necesitábamos sumarle los dos fines de semana largos de marzo, que son fundamentales antes del receso. Ya teníamos todo vendido, y tuvimos que devolver la plata. El panorama es desolador, y no solo para nosotros. Esto es como sacar al ferrocarril de un pueblo: todo lo que el turismo salpica a su entorno va a ser implicado, desde el sector de la construcción que no va a hacer reparaciones hasta el personal que hace la limpieza, pasando por los que nos proveen la comida. Todo está parado".

Como nunca antes

En medio de una Tandil desierta, la Secretaría de Turismo prometió transmitir su tradicional ceremonia religiosa a través de las redes sociales, mientras que desde Mar del Plata el presidente del Colegio de Martilleros, Miguel Ángel Dorsini, sentenció ante medios locales que el sector turístico "se acabó".

"Debemos ponernos a pensar en la próxima temporada", marcó Dorsini. Por su parte,los marplatenses describen un panorama angustiante: dicen que los restaurantes están cerrados, que en las calles solo se ven policías y que el "chanchito" que lograron juntar gracias a la última y casi gloriosa temporada de verano va a tener ahora que romperse para soportar una cuarentena que ya se vive como eterna.

Solo en Bariloche (que ya preparaba para la fecha su clásica Fiesta Tradicional del Chocolate, incluida la "barra más larga del mundo") se calcula que hay estoqueadas unas 25 toneladas de chocolate, ya que para llegar a término con la mercadería la producción arranca unos tres meses antes.

"Nosotros tenemos el antecedente de la erupción del volcán Puyehue en 2011, cuando por las cenizas todo estuvo cerrado durante ocho meses", recuerda Lucas Bozzano, dueño de la posada Los Juncos, justo frente al Nahuel Huapi. "Y esto es como un volcán, pero en el mundo", advierte y cuenta que históricamente trabajó estas fechas al 100%. "Ahora también teníamos todo vendido, pero nos tocó devolver hasta el último peso", lamenta.

El dueño del restaurante Bahía Serena, en el kilómetro 12 de Bustillo, sostiene que ni el volcán, ni la gripe H1N1, ni el hantavirus obligaron a un parate como el que empuja esta pandemia. "En Semana Santa Bariloche se llena de gente -recuerda Manuel García Susini-. El tránsito es constante, las chocolaterías explotan. Es la última posibilidad de salvar la temporada alta. Y ahora no hay nadie".

Desde Ushuaia, Iván Cabrera marca en la misma línea que en Semana Santa la ciudad se ocupa entera. "Año a año fuimos rompiendo récords. La afluencia de gente jamás baja. Ni siquiera cuando la situación económica local es mala, porque trabajamos más que nada con el turismo internacional. De hecho el nuestro es el puerto que más cruceros recibe en todo el país", señala quien es dueño de una empresa que hace trasbordos hasta Puerto Williams y otra de turismo aventura, ambas totalmente paradas.

"Esto viene para largo, y lo peor es la incertidumbre", resume Cabrera. "No tenemos ningún indicio sobre lo que puede llegar a pasar".

El Titanic escorado

"Para el turismo de Córdoba la Semana Santa es clave, y lo que en Córdoba capital prevalece es la oferta religiosa, igual que en otros puntos del interior. La puesta en escena previa nos puede llevar hasta cuatro meses", relata Esteban Avilés, presidente de la agencia Córdoba Turismo, que a través de la web oficial ofrece una serie de tours virtuales para hacer desde casa. La provincia tiene 2700 hoteles, 500 agencias, 350 prestadores de turismo alternativo. "La situación es dura -sostiene Avilés-, pero si todos tenemos la responsabilidad de quedarnos en casa seguramente se van a acortar los plazos y vamos a poder recuperar más rápido el territorio".

Para Jorge Elías, presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Semana Santa es para el sector un hito crítico. "El fin de semana más importante del año es, por lejos, el de Carnaval. Y detrás viene Semana Santa", precisa, y asegura que el turístico es el más golpeado con esta pandemia.

"Y la peor situación no la tiene el hotelero, ni el agente de viajes ni el dueño de un restaurante, sino el personal", advierte. La Argentina tiene en total 17.000 hoteles y 5700 agencias de viajes. El sector emplea a 1.100.000 personas, y solo el año pasado permitió ingresar 6000 millones de dólares, cifra que lo convierte en el cuarto complejo exportador del país

"Mientras no haya un tratamiento para el coronavirus no se va a poder hablar de una solución para el turismo, porque el turismo es, justamente, el gran transmisor", advierte Elías.

"En este momento estamos con el Titanic escorado, pero también podemos ser positivos. Claro que va a tomar tiempo, pero el 'bichito' de conocer y vivir experiencias no se pierde con este virus. En un primer momento se potenciará el turismo interno, luego el regional y algún día volveremos a la normalidad", dice.

Y concluye: "La humanidad ha atravesado otros desastres y se ha repuesto. Ahora nos toca estar entre cuatro paredes, y es momento de repensar muchas cosas. Algo bueno vamos a sacar de todo esto".