Deuda. Avances hacia un acuerdo en las negociaciones entre el Gobierno y los bonistas

Luego de meses de negociaciones en medio de la pandemia del coronavirus, el Gobierno y los principales acreedores de la Argentina arrimaron un acuerdo que generará miles de millones de dólares de ahorro para el país y abrirá el camino para dejar atrás el noveno default de la historia.

A horas del deadline para el cierre de la última oferta de canje de la deuda de la Argentina, las negociaciones entre los fondos de inversión que poseen el grueso de la deuda externa de la Argentina y el Gobierno lograron marcar un avance y tejer un entendimiento preliminar para llegar a un acuerdo. Aunque aún faltan afilar los detalles, la expectativa de un arreglo tras meses de discusiones levantó el optimismo de los inversores y provocó un fuerte rally de los activos argentinos en los mercados.

Tras varias semanas de impasse y cruces mediáticos, el Gobierno y los tres grupos que reúnen a los principales fondos que poseen títulos públicos bajo legislación extranjera retomaron las negociaciones durante el fin de semana vía Zoom para llegar a un arreglo económico que cerrará la última brecha de tres dólares entre la última oferta oficial, valuada en US$ 53,5, y la de los fondos, que pedía US$ 55,7. Esa brecha -que el mercado consideraba mínima y muy salvable -equivalía a unos US$2000 millones repartidos durante las próximas dos décadas.

Tras la nueva ronda de discusiones, el Gobierno y los tres grupos, el Grupo Ad Hoc, liderado por BlackRock, el Grupo Exchange, comandado por Monarch y el Comité de Acreedores de la Argentina (ACC, según sus siglas en inglés) lograron darle forma a un "entendimiento preliminar", según dos fuentes al tanto de la negociación. Pero aún restaba poner el arreglo por escrito y pulir los detalles, y el acuerdo final aún puede zozobrar en el último tramo.

Ante la consulta de LA NACION, en el Ministerio de Economía evitaron hacer comentarios, pero no negaron los avances con los acreedores.

El inminente acuerdo entre la Argentina y sus principales acreedores despejaría la salida del default, y le permitiría al gobierno de Alberto Fernández avanzar con la reestructuración de la deuda local y el programa vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pasos cruciales para sacar a la economía del pozo en el que cayó a principios de 2018, que se profundizó con la pandemia del coronavirus.