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Deuda. El acuerdo apareció donde siempre estuvo

BlackRock, uno de los principales actores que se sentó a negociar con Martín Guzmán, había anticipado a fines de mayo que veía posible un acuerdo que estuviera entre 50 y 55 dólares

WASHINGTON.- Al final, el acuerdo apareció donde siempre estuvo. Desde el arranque de las negociaciones del Gobierno con los principales fondos para reestructurar más de US$68.000 millones en bonos de la Argentina, el número para cerrar un arreglo, evitar un default duro y prevenir una avalancha de juicios en Nueva York apareció siempre arriba de los 50 dólares, pero tampoco mucho más allá.

Lo habían anticipado en los últimos casi todos: economistas, analistas, operadores y traders de Wall Street y el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), luego de que el gobierno nacional mejoró la oferta inicial. BlackRock, uno de los principales actores de la negociación con el ministro de Economía, Martín Guzmán, y al que muchos señalaron como "el duro" del proceso, había anticipado a fines de mayo, unas semanas después de que Guzmán presentó su primera oferta, que veía posible un acuerdo entre 50 y 55 dólares. El acuerdo terminó ahí: el valor presente neto (VPN), según fuentes cercanas a los acreedores, quedó en 54,8 dólares.

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"Podríamos haber estado hablando de esto en Semana Santa", resumió una fuente involucrada en las negociaciones.

El Gobierno tuvo que estirarse. De presentar una primera oferta unilateral, que tuvo un respaldo ínfimo, pasó a negociar. Ya sentado a la mesa a discutir con los fondos -vía Zoom, forzado por la pandemia-, Guzmán dijo que la Argentina no podía pagar más cada vez que presentó una oferta. Fueron cuatro. Al final, sí, pagó más. Pero el país pagará mucho menos de lo que dejó Mauricio Macri. La última oferta sí fue la definitiva: el retoque al que accedió el Gobierno fue adelantar las fechas de pagos, correrlas para que el número final de la operación se acercara a lo que querían los fondos, sin tocar lo que paga la Argentina. La diferencia es que el país pagará antes, y eso, para los fondos, es mejor.

"Nos pareció que había que llegar a un punto medio sin alterar los pagos. Entonces lo único que quedaba hacer era moverlos", fue la explicación.

Los acreedores también se estiraron. La oferta que puso sobre la mesa el Grupo Ad Hoc, integrado por BlackRock, Ashmore, Fidelity y otros grandes fondos en mayo estaba valuada muy cerca de los 60 dólares de valor presente neto. La primera oferta del Gobierno había quedado apenas debajo de 40 dólares. Una primera mirada podría concluir que el Gobierno se estiró más que los bonistas, de 40 al techo de 55. Pero los grandes fondos también habían arrancado pidiendo aún más con una primera propuesta, en abril, que Guzmán rechazó porque era "no sostenible".

Cualquiera sea el lente a través del que se la mire, el resultado unívoco es que la Argentina obtuvo un fuerte alivio en los pagos de la deuda externa. El gobierno de Alberto Fernández terminará pagando una tasa de interés promedio por la deuda que será alrededor de la mitad de la que pagaba Macri. Como resultado, el país se ahorrará miles de millones de dólares: US$36.280 millones, en concreto, hasta 2028, según cálculos de los acreedores.

Los fondos tuvieron que ceder ese alivio, pero seguirán cobrando, y además evitarán tener que ir a los tribunales, algo que nunca quisieron hacer. Y podrán poner punto final a una negociación que dejó a todos extenuados, pero también conformes.

"Es un buen acuerdo", dijo una de las personas que participó en la negociación.

El presidente Alberto Fernández también celebró el fin de la saga.

"Muy contento por el país", dijo al newsletter Off The Record de Cenital, al ser consultado acerca de cómo había recibido la noticia. "Resolvimos una deuda imposible en la mayor crisis económica que se recuerde y en el medio de una pandemia. En estos siete meses nos dijeron que no entendíamos nada y que estábamos camino al fracaso porque no aceptábamos las ofertas de los acreedores. Resulta que finalmente cerramos un acuerdo que le permite a la Argentina ahorrarse 33 mil millones de dólares de la deuda asumida en los próximos diez años", continuó. "Ahora tenemos despejado el horizonte a donde queremos llegar", cerró.