Detenido en el aeropuerto de Barcelona con medio kilo de cocaína bajo el peluquín

Aunque la foto distribuida por la Policía Nacional habla por sí sola, lo cierto es que, según han comentado fuentes policiales a La Vanguardia, lo que delató realmente a este hombre no fue lo abultado de su peluquín, que también, sino el “nerviosismo” que mostraba. Eso hizo sospechar a los agentes destinados en el Aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona-El Prat y darle el alto.

Lo que descubrieron en este puesto fronterizo en el que cada día se realizan decenas de inspecciones para detectar posibles casos de tráficos de sustancias ilegales fue que la peluca del ahora detenido contaba con un doble fondo en el que había escondido un fardo con 503 gramos de cocaína. Además, para intentar disimular se había colocado un gorro encima que aumentaba más el tamaño.

Ocurrió el pasado 18 de junio en uno de los controles a los que se somete a los conocidos como ‘vuelos calientes’. De uno procedente de Bogotá (Colombia) descendió un pasajero con una actitud un tanto sospechosa. Y es que parece ser que no fue solo “el desproporcionado tamaño del peluquín que lucía” lo que hizo que se fijasen en él, sino también el “notable estado de nerviosismo”.

Fuentes policiales han declarado a La Vanguardia que si bien “su peluquín era muy curioso” lo cierto es que “los agentes de allí son muy expertos y se fijan sobre todo en la actitud. Les llamó mucho la atención lo nervioso que estaba al pasar el control de seguridad”.

Y así fue cómo le pillaron intentando introducir de manera ilegal una cantidad de cocaína que de haber llegado al mercado podría haber tenido un valor de 30.000 euros. Ahora este ciudadano colombiano, detenido y puesto a disposición judicial, se enfrenta a un delito contra la salud pública.

Hace solo unas semanas, en Telecinco recopilaron para un reportaje algunos de los métodos o lugares más insospechados en los que los traficantes han intentado introducir drogas y han sido pillados. Entre ellos, por ejemplo, se encuentran piedras falsas, bananas, lechugas, cajas de Lego y bocadillos de chorizo. Pero lo cierto es que el peluquín con doble fondo podría encabezar el ranking al camuflaje más pintoresco de todos los mencionados.