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La destitución de fiscal estatal es el ejemplo más reciente del poder ejecutivo de DeSantis

El gobernador Ron DeSantis arremetió contra lo que describió como fiscales deshonestos, mientras Andrew Warren se quedó con cara de piedra.

En el momento del discurso de febrero, pronunciado ante un almuerzo en la Feria del Estado de la Florida en Tampa, los comentarios del gobernador eran simplemente temas de conversación reciclados dirigidos a funcionarios de otros estados. DeSantis hizo un contraste al decir que el “Estado Libre de Florida” tenía un mayor respeto por la ley y el orden. Warren, el fiscal estatal del Condado Hillsborough, junto con otros funcionarios de Tampa Bay, se sentaron en las mesas del banquete a ambos lados del atril de DeSantis.

Pero el discurso de DeSantis llevaba una advertencia.

“Mi opinión es muy simple: los fiscales tienen que seguir la ley. No pueden decir que no van a procesar casos porque la ley entra en conflicto con su ideología política”, dijo con Warren a pocos metros. “No toleraremos ese tipo de comportamiento en la Florida”.

DeSantis destituyó a Warren, acusándolo de ser el mismo tipo de fiscal sobre el que ha estado advirtiendo a los electores en los llamados estados azules, en gran parte porque Warren había firmado cartas en que afirmaba que no procesaría delitos relacionados con los límites al aborto o la atención de género a los niños transgénero. Pero la destitución de Warren representó algo más que el cumplimiento de una promesa: también fue una escalada del uso del poder ejecutivo de DeSantis.

DeSantis está ampliando los poderes ejecutivos

El gobernador, quien a menudo enfatiza su filosofía de un ejecutivo fuerte, ha ampliado continuamente su alcance en la Florida. Ha tomado medidas sin precedentes hacia ese objetivo, como rodear el liderazgo legislativo del Partido Republicano dibujando los nuevos mapas congresuales e influyendo en las primarias republicanas.

“Hay pocas dudas de que ha intentado, y prácticamente logrado, su objetivo de ampliar el poder ejecutivo”, dijo Darryl Paulson, ex profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Sur de Florida (USF).

Las tácticas de DeSantis también han incluido la penalización pública de aquellos que cree que han infringido lo que es aceptable, ya sea Disney, un bar de drags en Miami o, más recientemente, Warren.

Gobernadores de la Florida han suspendido a funcionarios electos locales a través del poder que les otorga la Constitución del estado. Sin embargo, una medida tan contundente se había reservado antes sobre todo para los funcionarios acusados de delitos, por lo que la destitución de Warren supone un gran paso más allá de esa norma.

“Esto es claramente un paso más allá de los límites”, dijo Paulson. “No quiere decir que DeSantis no tenga un punto legítimo”.

Warren puede impugnar su suspensión en los tribunales o a través del cada vez más conservador Senado de la Florida, que tiene la última palabra sobre si su destitución es definitiva, pero es poco probable que se desvíe de DeSantis.

En respuesta, sus críticos no han hecho más que subir el volumen de sus quejas de que DeSantis se está convirtiendo en un autoritario de mano dura.

Pat Kemp, comisionado demócrata del Condado Hillsborough, calificó en un tuit la destitución de Warren de el propio “momento del 6 de enero” en Hillsborough.

El alcalde de San Petersburgo, Ken Welch, quien por lo general adopta un tono más moderado cuando se adentra en temas políticos candentes, tuiteó una aguda condena, diciendo que la decisión de DeSantis “cambia el resultado de las elecciones, ignora el debido proceso y viola nuestra sagrada confianza en la democracia”.

El gobernador de la Florida Ron DeSantis en la Conferencia de Acción Política Conservadora el 24 de febrero de 2022, en Orlando.
El gobernador de la Florida Ron DeSantis en la Conferencia de Acción Política Conservadora el 24 de febrero de 2022, en Orlando.

Un enfoque más pesado

Cuando se trata de la suspensión de funcionarios electos locales, DeSantis ha sido intencionalmente más agresivo que sus predecesores, incluido el ex gobernador republicano Rick Scott, quien ahora está en el Senado federal.

Aunque Scott se resistió a la presión de otros republicanos, entre ellos el entonces presidente de la Cámara de Representantes, Richard Corcoran, para suspender al jefe de Policía de Broward, Scott Israel, después del tiroteo masivo de Parkland, DeSantis hizo de la destitución de Israel una promesa de campaña y la cumplió días después de su toma de posesión.

Mientras era gobernador, Scott se enfrentó a la fiscal estatal del área de Orlando, Aramís Ayala, después que ella dijera que no buscaría la pena de muerte. En lugar de destituirla, Scott optó por reasignar muchos de sus casos. Ayala es ahora candidata a procuradora general de la Florida.

El senador estatal Jeff Brandes, republicano de San Petersburg, dijo que la destitución de Warren plantea una cuestión legal: ¿bajo qué circunstancias puede DeSantis sacar preventivamente a alguien de su cargo?

Si bien Warren había firmado cartas en las que declaraba su intención de no procesar ciertos casos, no ha habido evidencia de que haya rechazado casos específicos relacionados con el aborto o la atención médica a los trans, y este último no está prohibido por ninguna ley estatal actual.

Brandes señaló que los candidatos demócratas suelen firmar la plataforma del partido, que está en contra de los límites al aborto.

“¿Puede destituir a todos los fiscales demócratas del estado? ¿Puede destituir a un juez demócrata?”, dijo Brandes. “¿Hasta dónde llega ese poder?”

Legislador: la decisión de DeSantis fue la medida correcta

El representante Mike Beltran, republicano por Lithia, dijo que DeSantis estaba en su derecho; de hecho, habría sido irresponsable haber dejado a Warren en su lugar. Beltran alegó que Warren se negó a seguir casos importantes de seguridad pública, además de firmar los compromisos más hipotéticos.

En un mundo ideal, “el gobernador debería nombrar a los fiscales porque no debería ser algo político”, dijo Beltrán. “Creo que el ejecutivo debería elegir a quien sea más competente para cumplir esas funciones”.

Dave Aronberg, fiscal estatal del Condado Palm Beach y demócrata, dijo que, aunque personalmente no está de acuerdo con que el Tribunal Supremo anulara el fallo en el caso Roe contra Wade, se cuida de no firmar compromisos en cuanto a los tipos de casos que procesará.

“Todos juramos defender la Constitución y la ley, lo que significa que estamos obligados a revisar cada asunto caso por caso”, dijo.

Aronberg bromeó diciendo que, cuando la oficina de DeSantis anunció un evento en West Palm Beach el viernes, la gente comenzó a llamarlo para ver si él era el siguiente.

“Sobreviví otro día”, dijo, riendo.

“¿Qué puedo hacer [...] sin que nadie me controle?”.

Los asistentes animan mientras el gobernador de la Florida Ron DeSantis se dirige a la Cumbre de Acción Estudiantil de Turning Point USA, el viernes 22 de julio de 2022, en Tampa, la Florida.
Los asistentes animan mientras el gobernador de la Florida Ron DeSantis se dirige a la Cumbre de Acción Estudiantil de Turning Point USA, el viernes 22 de julio de 2022, en Tampa, la Florida.

DeSantis se centró en el poder ejecutivo desde el principio

DeSantis ha estado ampliando los poderes de su oficina en formas grandes y pequeñas.

En otro discurso de febrero, DeSantis le dijo a la multitud que, tan pronto como asumió el cargo, quería conocer sus poderes.

“Lo primero que le dije al abogado principal : ‘Quiero que me des una carpeta con todas las autoridades del gobernador. ¿Qué puedo hacer por derecho constitucional sin que nadie me controle?’”, dijo DeSantis en un evento en Naples organizado por Hillsdale College, una escuela cristiana privada y conservadora.

“Tenemos un componente estratégico en todo lo que hacemos”, dijo. “Todo lo que digo espero que se haga”.

A principios de su mandato, DeSantis despidió al juez principal de la División de Audiencias Administrativas, un oscuro pero poderoso grupo de jueces que pesan en las reglas de las agencias estatales y en las disputas de licitación, lo que los hace críticos para las empresas que financian las campañas políticas y hacen dinero del gobierno.

Ha presionado a la Legislatura para que le dé más poder sobre los nombramientos de las agencias, para que asigne $1,000 millones a un fondo de emergencia del gobernador y para que cree una fuerza de seguridad electoral, la primera de su clase, dotada de agentes de la policía estatal elegidos por el gobernador.

Se enfrentó a Disney por sus declaraciones en oposición al proyecto de ley oficialmente titulado “Derechos de los padres en la educación”, que los críticos apodaron el proyecto de ley “No digas gay”. Los expertos jurídicos se preguntaron si DeSantis había infringido el derecho de expresión política del gigante empresarial. Después que una agencia estatal presentó una queja contra un bar de Miami, diciendo que exponía a los menores a “espectáculos de drag sexualmente explícitos”, algunos otros negocios y artistas de la industria drag de Miami se preocuparon de que pudieran ser los siguientes.

Pero, al igual que en su lucha con Disney, los observadores políticos suelen decir que DeSantis acepta —y, a veces, busca— grandes luchas políticas porque puede hacerlo.

La suspensión de Warren se convirtió rápidamente en noticia nacional. Justo después de su conferencia de prensa del jueves, DeSantis habló con Fox News digital y se unió a Tucker Carlson más tarde esa noche.

“Porque él ha creado este historial de hacer lo correcto y construir popularidad [entre los votantes republicanos]. [...] Creo que tiene esa plataforma y la capacidad de ir a lugares que otros políticos no han podido y no podrían”, dijo Stephen Lawson, estratega político republicano en Georgia que trabajó en la campaña de DeSantis en 2018.

“Está dispuesto a hacer eso y a salir y creo que por eso sigue los siguen recompensado”.

La reportera de Herald/Times Tallahassee Ana Ceballos contribuyó a este informe.