Descubren que un parásito transmitió células tumorales a un ser humano

Por Gene Emery NUEVA YORK (Reuters Health) - Un equipo médico que investigaba la muerte misteriosa de un paciente de 41 años portador del VIH descubrió que el cuerpo estaba plagado de células tumorales provenientes de un parásito. Es el primer caso reportado mundialmente. Resolver este misterio llevó casi tres años, según explicó el responsable del equipo, doctor Artis Mühlenbachs, del área de enfermedades infecciosas y patología de los CDC de Estados Unidos, Atlanta. Trabajó con científicos de Reino, Colombia y Japón. "Era difícil convencer a los demás y a nosotros mismos" de que una tenia podría causar tumores en los seres humanos, dijo. "Era difícil de creer", agregó. El equipo publica en New England Journal of Medicine que este caso no sería el único, que otras personas con el sistema inmunológico debilitado portadoras de tenia tendrían el mismo problema. El parásito culpable era Hymenolepis nana, una tenia enana, que es más común en las regiones cálidas con pocas instalaciones sanitarias. Es la tenia más común de las 3.000 que habitan en el ser humano. Hay unos 75 millones de personas infectadas en el mundo y es el único parásito que se reproduce sin abandonar el cuerpo humano. No causa síntomas y rara vez se escapa de los intestinos a otros órganos. En este caso, fueron las células tumorales de la tenia las que se diseminaron. Esto se descubrió luego de que el paciente de 41 años consultara por fiebre, fatiga, tos y descenso de peso en un hospital de Colombia en enero del 2013. El paciente no había utilizado antirretrovirales, de modo que su sistema inmunológico no estaba funcionando correctamente. Tenía nódulos en los pulmones, el hígado y la glándula suprarrenal. Se detectaron huevos del parásito en la materia fecal y los nódulos linfáticos aumentaban de tamaño. Una muestra de esos nódulos incluía células pequeñas e inusuales que se comportaban como células tumorales: se agrupaban de manera caótica, en pequeños espacios, crecían rápido e invadían otros tejidos, pero eran 10 veces más pequeñas que las células tumorales comunes y, a veces, se fusionaban, algo que rara vez hacen las células humanas. Surgió un gran indicio cuando el equipo intentaba determinar si esas células eran algún tipo de ameba. Los resultados indicaban que se trataba de ADN de una tenia. "Primero pensamos que era imposible", recordó Mühlenbachs. Pero las pruebas lo confirmaron. Aunque las células tumorales no mataron al paciente de manera directa, ya que sus riñones rechazaron el tratamiento de la infección por hongos, facilitaron su muerte al debilitarlo. Si aparecen otros casos, Mühlenbachs dijo que se desconoce cómo tratarlos. Los fármacos contra la tenia no servirían para las células tumorales. "Tampoco sabemos si la quimioterapia podría ser una opción", comentó el autor. FUENTE: http://bit.ly/1P6pOpq