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Desabasto de gasolina: ¿golpe maestro de AMLO al crimen o pifia monumental?

EFE/Francisco Guasco
FOTO: EFE/Francisco Guasco

El problema del desabasto de gasolina afecta a casi un tercio de los estados en el país,:Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Nuevo León, Coahuila, Puebla y el Estado de México. No había sucedido antes, como tampoco había sucedido el robo de gasolina de los ductos por parte de bandas organizadas que, según se dice, operan desde altos niveles de Pemex y atraviesan por
diferentes niveles de la estructura del poder, lo que incluye por omisión, a algunos exdirectores generales de la empresa y a cuando menos los tres últimos expresidentes de México que, teniendo conocimiento del robo, no lo pararon.

El desabasto en las gasolineras afecta la vida cotidiana de familias y empresas. La determinación de cerrar los ductos que llevan el combustible fue del presidente Andrés Manuel López Obrador, sólo él la puede tomar.

Esta determinación, como otras que ha tomado en casi cuarenta días de gobierno, ha generado controversia a favor y en contra en las redes sociales. López Obrador tiene la capacidad de polarizar las posiciones de los participantes. Algunos lo aborrecen y han dejado de matizar sus expresiones, abandonaron el tono conciliador que se observaba después de los comicios, criticaban en tono
civilizado, ofrecían razones y defendían sus argumentos. Esa etapa pronto se acabó. Cambiaron el razonamiento por adjetivos. La crítica perdió sustento para dar paso a la descalificación.

El extremo contrario también se manifiesta en las redes sociales, está integrado por los incondicionales que a toda acción de su líder sigue una alabanza sin límites, cualquier crítica es rechazada con violencia verbal y justifican sus determinaciones con el argumento falaz de que hace lo que “el pueblo sabio le mandó”. Siempre cuentan con 30 millones de votos para que a nadie se le olvide.

FOTOS | México comienza el 2019 con desabasto de gasolina

En este contexto la polarización se volvió a manifestar. Algunos opinan que la determinación de López Obrador de cerrar los ductos que llevan la gasolina fue irreflexiva porque no midió las consecuencias que traerá la escasez de combustible, cuando la mayoría de las mercancías e individuos en el país se
mueven por medio de automotores, lo que deja en el horizonte inmediato las condiciones para el surgimiento de una crisis que podría afectar inicialmente, a la economía popular.

Hay indicadores en las determinaciones de López Obrador que apuntan a que decide solo, sin atender otros puntos de vista, como un solitario en el despacho presidencial. Hace lo que le parece pertinente, aunque no lo sea e impone su voluntad con su expresión “Me canso ganso”. La pregunta no es ociosa, provocar el desabasto de gasolina es un ¿golpe maestro de AMLO al crimen o un error de novato?

La respuesta podría admitir como acertada la primera parte de la cuestión pero la segunda parte solo se le puede reservar a un inexperto y de eso López Obrador no tiene nada, parece más bien el error de un necio y de eso está sobrado.

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La escasez ha provocado compras de pánico y ventas condicionadas, se forman largas filas en los expendios para comprar el combustible. Muchas de las gasolineras vendieron sus reservas. El problema tiene su origen en la determinación presidencial de combatir el robo de combustibles, práctica conocida como huachicoleo, que generó pérdidas del orden de 66 mil 300 millones de pesos en 2018.

El presidente López Obrador comentó que el problema del desabasto de gasolina tiene que ver con los cambios en las rutas de distribución para evitar el huachicoleo. “Cambiamos la ruta de la distribución, por eso el desabasto en algunos lugares. Puedo decir que tenemos gasolina suficiente, no hay problema de desabasto. Lo que estamos cuidando es la distribución, no abrir los ductos para
que no haya fugas”.

“Hubo cambios en el sistema de monitoreo de ductos, se cerraron válvulas que se abrían y que llevaban a que se ordeñaran los ductos y se robaran los combustibles, gasolinas y diésel. Esto está controlado. No deja de haber todavía robo, pero disminuyó mucho”. El robo de combustible ha bajado de mil pipas a la semana a 100. (Sin Embargo, 6 de enero de 2019)

La experiencia indica que lo que sigue es la especulación y el alza de precios de los productos que se trasladan a los mercados por medio de automotores, que es más del 90 por ciento. La pregunta sería ¿cuánto podría aumentar el precio de la gasolina y el diésel para las familias mexicanas por transportarlos en pipa, en lugar de hacerlo por ducto?