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Desórdenes en conmemoración de asesinato de jóvenes chilenos

SANTIAGO DE CHILE (AP) — Tres heridos, locales saqueados, vehículos quemados y múltiples barricadas encendidas en la periferia de Santiago son las huellas que dejaron un nuevo aniversario del Día del Joven Combatiente, que recuerda el asesinato de dos hermanos a manos de una patrulla policial.

La general de Sanidad del hospital de la policía Magalí Chacaltana dijo el jueves que un policía fue herido en una mandíbula con una piedra lanzada por encapuchados y otro recibió al menos 16 perdigones en la cara y las extremidades en desórdenes en comunas periféricas de la capital chilena.

Un guardia de una automotora fue baleado en una mano cerca de Villa Francia, una barriada pobre de la ciudad donde el 29 de marzo de 1985 una patrulla policial asesinó a los hermanos Eduardo y Rafael Vergara Toledo, de 20 y 18 años respectivamente.

El crimen dio vida al Día del Joven Combatiente que anualmente es recordado en Villa Francia y que suele culminar con actos vandálicos. Este año jóvenes encapuchados levantaron barricadas, lanzaron bombas incendiarias y saquearon una escuela y una gasolinera entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves, informaron la policía y el alcalde de la comuna de Estación Central, Rodrigo Delgado.

El asesinato de los hermanos Vergara Toledo durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) fue presentado como un enfrentamiento, pero años después un juez estableció que habían sido perseguidos y asesinados por una patrulla policial. Eduardo cayó muerto en la calle y Rafael, herido, fue conducido a un furgón donde le dispararon en el cráneo.

Ambos militaban en el Movimiento de Izquierda Revolucionara que realizaba acciones violentas contra el régimen de facto que dejó más de 3.200 víctimas, entre asesinados y desaparecidos, y unos 37.000 presos políticos o torturados.

De los cuatro policías implicados en el crimen de los hermanos uno fue absuelto y los restantes cumplieron parte de sus condenas en un penal especial para violadores de los derechos humanos, aunque la Corte Suprema rebajó sus sentencias en varios años. Uno salió con libertad condicional en septiembre de 2016 y el otro en febrero.

Un tercer hermano, Pablo Vergara Toledo, de 25 años, murió en noviembre de 1988 cuando le explotó una bomba en las manos.