Depredador de 4 pies abatido por excursionista resulta ser primer avistamiento de su tipo en Bolivia
En una densa selva del noreste de Bolivia vive una criatura “críptica” que se encuentra con muy poca frecuencia. Es una serpiente de unos cuatro pies de largo que había pasado mucho tiempo sin detectar debido al remoto lugar donde vive y a su extraordinario camuflaje.
Pero eso pasó a la historia.
En el 2015, un equipo de investigadores participó en una expedición en montañas alrededor de La Paz, de acuerdo con un estudio publicado el 10 de julio en la revista especializada Herpetozoa. Estaban buscando unos reptiles muy difíciles de encontrar llamados serpientes bejuquillas y serpientes de hocico largo.
Durante la búsqueda, un guía “cortó en pedazos” a una serpiente de cuatro pies cuando limpiaba un sendero a machetazos, cerca del campamento, dijo el estudio.
Los expertos examinaron cuidadosamente a la serpiente muerta y la identificaron como una nueva especie en el país: Oxybelis inkaterra, también conocida como culebra bejuquilla Inkaterra.
En una foto puede verse a la serpiente de cuatro pies subida a una rama. Tiene una mezcla de colores grises, cremas y marrones claros. La cabeza es bastante puntiaguda.
La serpiente posiblemente se sintió “amenazada” por el grupo de hombres y “permaneció inmóvil, imitando el aspecto y el color de la rama del arbusto donde estaba enroscada”, dijeron los científicos. “Desafortunadamente, el comportamiento de la serpiente provocó que pasara inadvertida por el guía, y entonces tuvo lugar el poco feliz accidente”.
Las culebras bejuquilla Inkaterra también se han encontrado en Perú y en Ecuador, dijo el estudio. En archivos de museos, los especialistas también han hallados dos serpientes bejuquilla, una que se capturó en Bolivia en el 2005 y otra de la que no hay información sobre la fecha ni sobre el lugar.
La Paz, la región donde los expertos encontraron la culebra bejuquilla Inkaterra, está en el noroeste de Bolivia, cerca de la frontera con Perú.
las culebras bejuquilla Inkaterra por lo general son “muy crípticas, debido a su coloración, alargada cabeza, cuerpos sumamente largos y delgados y larga cola”, dijeron los científicos. Se alimentan de una “gran diversidad de pequeños vertebrados, como lagartijas, pájaros, anfibios y mamíferos”.
Debido a su gran capacidad de camuflaje, las culebras bejuquilla Inkaterra son “muy difíciles de observar y capturar”.
El equipo de investigadores estuvo integrado por Luis Rivas, Gustavo Rey Ortíz, Cord Eversole, Randy Powell, Gonzalo Navarro Cornejo, Edson Cortez, Mauricio Ocampo, Gabriel Callapa y Arturo Muñoz.
El equipo documentó también otras especies de serpientes poco conocidas.
Traducción de Jorge Posada