"Es una traición": marroquí que perdió a sus padres en terremoto, furioso por respuesta del Gobierno
Por Alexander Cornwell
YAAQOUB, MARRUECOS, 12 sep (Reuters) - Un hombre que perdió a su padre y madre en el terremoto de Marruecos dijo sentirse traicionado por la respuesta del Gobierno después de que la maquinaria de excavación tardara cuatro días en llegar al remoto pueblo donde sus progenitores quedaron sepultados bajo su casa derrumbada de cuatro plantas.
Con la esperanza de que aún estuvieran vivos, Jamal Rbaki buscó desesperadamente entre los escombros con sus propias manos junto a su hermano, un tío y vecinos, mientras helicópteros militares sobrevolaban Talat N'Yaaqoub, en las montañas del Alto Atlas.
"Esperábamos ayuda", dijo a Reuters en el lugar de los hechos. "Había gente muerta bajo los escombros, pero no había ayuda". Rbaki afirmó no entender por qué el apoyo gubernamental tardó tanto en llegar a la ciudad ni por qué no se habían aceptado aún algunas ofertas de ayuda extranjera.
"Esto es una traición. Traición pura y dura", remarcó. En algunas zonas aún hay personas atrapadas bajo edificios derrumbados, añadió. El martes, los muertos por el sismo de magnitud 6,8 que sacudió el Alto Atlas el viernes por la noche se elevó a 2.901 y el de heridos a más del doble, 5.530, según informó la televisión estatal.
Los habitantes de las zonas montañosas devastadas expresaron a menudo su frustración por no recibido ayuda del Estado. El Ejército, que encabeza las labores de rescate, ha declarado que estaba reforzando los equipos de rescate, suministrando agua potable y alimentos, tiendas de campaña y mantas.
En Talat N'Yaaqoub hay personal militar y de emergencias desde hace días, pero la zona afectada por el terremoto es extensa, accidentada y aislada. Algunas carreteras han quedado bloqueadas por corrimientos de tierra y a algunos de los territorios más afectados sólo se puede llegar en helicóptero.
Los habitantes de los pueblos cercanos contaban historias similares a la de Rbaki. Han buscado a sus seres queridos por su cuenta y han sacado a supervivientes y enterrado a sus muertos sin ayuda del Gobierno.
Muchos habitantes de las localidades de los alrededores afirman que sobreviven gracias a las donaciones de organizaciones benéficas locales y que han recibido poca o nula ayuda de las autoridades estatales centrales. "Los que deberían haber ayudado a la gente no se preocupan", dijo Rbaki.
La mayoría de los habitantes de Talat N'Yaaqoub tienen la sensación de que las autoridades los rechazan. "Esto te clava un cuchillo en el corazón enseguida. Amamos Marruecos. Este es nuestro país. Este es nuestro suelo", lamentó.
Cuando se produjo el terremoto, Rbaki estaba en Marrakech, la ciudad histórica ubicada a 72 km del epicentro del temblor. Tardó 12 horas en recorrer unos 100 km desde allí hasta Talat N'Yaaqoub, por los escombros en la carretera, mientras intentaba en vano ponerse en contacto con sus padres por teléfono, relató.
(Reporte de Alexander Cornwell; Editado en español por Raúl Cortés Fernández)