Terra Felix convierte tierras expropiadas a la camorra en cultivos de esperanza e inclusión
Esto es el corazón de Terra dei Fuochi, Tierra de Fuegos, entre Nápoles y Caserta. Aquí, donde la Camorra gestionaba los vertederos y quemaba residuos de forma indiscriminada al aire libre, se levanta ahora un bastión de libertad y colaboración.
Terra Felix, Tierra Fértil, es una cooperativa puesta en marcha hace más de diez años. Hace cuatro, el Estado italiano se quedó con algunas propiedades. Entre ellas doce hectáreas de terreno, que habían sido confiscadas al clan de los Casalesi, que entregó a esta asociación.
Nueva vida para la tierra
El terreno antes abandonado tiene ahora una nueva vida gracias al cultivo del cardo, que ayuda a crecer a las setas a través de la producción de biomasa.
Personas con discapacidad también están involucradas en el proyecto.
"Somos una cooperativa social", comenta Francesco Pascale. "Por tanto, tenemos un deber moral real y lo tenemos escrito en nuestros estatutos: debemos trabajar para crear oportunidades para las personas con discapacidad. Cuando planificamos un nuevo proyecto, primero pensamos en la participación de estas personas en él y luego pensamos en el resto".
Un incendio provocado
Hace poco más de un mes, el pasado quince de agosto, la tierra de Terra Felix fue quemada.
"Este es el resultado del incendio provocado que destruyó siete hectáreas de Terra Felix. Evidentemente, alguien no quiere que esta tierra vuelva a ser fértil, pero las personas honradas que viven aquí seguirán trabajando su propia tierra", dice el corresponsal de Euronews Luca Palamara.
Y lo hacen con visión de futuro, en invernaderos 4.0, donde los medidores de humedad y temperatura activan automáticamente la toma del agua necesaria para la producción de una tonelada de setas al mes a su máxima capacidad. Se ha recorrido ya un largo camino, y hay por delante mucho más.
"Con nuestro trabajo, imaginamos que podremos cubrir un buen tramo de esta carretera, para dejar que aflore la belleza y lo que esta terra felix nuestra puede ofrecernos", cuenta Francesco Pascale.
Ya se ha cavado el surco, y este no se puede quemar.