Talleres levantó un poco el ánimo: con suplentes, lo dio vuelta en una ráfaga y ahora le apunta con todo a River, por la Libertadores

La alegría final de Talleres, por un triunfo inesperado
La alegría final de Talleres, por un triunfo inesperado

La derrota por 1 a 0 frente a River, sellada el miércoles pasado, en Córdoba, rompió los corazones de los hinchas cordobeses, que sentían que la posibilidad de alcanzar los cuartos de final de la Copa Libertadores parecía un imposible. Unos cuantos miles concurrieron al estadio Mario Kempes este sábado para seguir de cerca a sus colores, a la pasión de siempre, en una reanudación de la Liga Profesional esquiva para Talleres, de capa caída, verdaderamente.

Con suplentes, ya que el equipo de gala se prepara para el desquite del próximo miércoles, desde las 21.30, en el Monumental, perdía frente a Independiente Rivadavia por 1 a 0, un grito de Gonzalo Ríos en el final de la primera etapa. El equipo alternativo no es nada malo, por cierto: Lautaro Morales, en el arco, Alex Vigo, en el lateral derecho, Juan Portilla y Sebastián Palacios, en el mediocampo, Cristian Tarragona, en el ataque. Sin embargo, jugaba con pesimismo.

Talleres logró un triunfo imprescindible desde lo emocional
Talleres logró un triunfo imprescindible desde lo emocional

Hasta que en una ráfaga, en los últimos 20 minutos (el grito final, en realidad, fue en el minuto cinco adicionado), encontró la esperanza. No solo para ganar, por primera vez desde que volvió el fútbol argentino, luego del parate por la Copa América y los Juegos Olímpicos. Fundamentalmente, de cara a la revancha, con la ilusión otra vez en boca de todos. Quedó esa sensación: se puede. Claro que se puede. Más aún, si se toma en cuenta el pobre nivel del River de Marcelo Gallardo.

El “Movete Talleres, movete”, quedó a un costado. Bruno Barticciotto empató y Juan Rodríguez desniveló a los 50 minutos del segundo tiempo, también de cabeza. Ya estaban sobre el campo de juego Matías Galarza y Federico Girotti, dos titulares. Al final, se cantó alto y fuerte. La T está viva.

La fe se sustenta más allá de que perdió a su mejor valor, Ramón Sosa, que se despidió días atrás. “Gracias a Dios mi transferencia es la más importante en lo económico en la historia del club, y yo también doné la totalidad del porcentaje que me pertenecía por la transferencia, para que esa plata vaya a infraestructura y Talleres siga creciendo como club”, expresó Ramón Sosa en su mensaje en redes sociales. El jugador finalizó la nota con sus expectativas y metas para su futuro con el Nottingham Forest Football Club, en donde ya se presentó.

Luego del partido, Walter Ribonetto, el entrenador del equipo cordobés, mostró su convicción. “La serie está abierta, más allá del resultado. El esfuerzo que hacen los jugadores nos deja tranquilos y orgullosos de este grupo”, sintetiza el pensamiento general. “Prepararemos el partido del miércoles de la mejor manera porque la llave está abierta, insisto. Buscaremos la clasificación”, sostuvo, en un ambiente más relajado.

Y el entrenador, de buena campaña más allá de estos últimos pasos, fue más allá. “No se estaban dando los resultados de la manera en los que enfrentábamos los partidos. En algún momento tenía que cambiar esto, necesitábamos un triunfo. El desahogo es porque lo merecíamos, estamos todos unidos. Uno siempre quiere ganar. Necesitábamos una victoria para prendernos en el pelotón de arriba. La gente llenó la cancha de nuevo. Ellos necesitaban esto y pudimos hacerlo”, apuntó.

Y dos buenas noticias más: Matías Esquivel volvió a jugar (”El chino terminó bien”, aseguró el DT) y Rubén Botta ya se entrena al mismo ritmo que sus compañeros.