Talleres le ganó a Huracán y da pelea: con un golazo y una actuación de alto vuelo, le mandó un mensaje a Vélez

El zurdazo de Navarro, que resolvió el triunfo de Talleres sobre Huracán
El zurdazo de Navarro, que resolvió el triunfo de Talleres sobre Huracán

Talleres jugó el partido como una final, Huracán como una suerte de partenaire. Talleres va a seguir peleando por el título hasta el final, Huracán seguramente ya dio lo mejor en el campeonato, no tiene fuerza para más. La T se impuso por 1 a 0, con un gol de Navarro, que incluyó un taco, un pase atrás, amagos, destrezas y una definición junto a un palo. La celebración fue a lo grande, todos juntos, que hasta incluyó la presencia del entrenador, Cacique Medina, que se tiró sobre sus propios jugadores. Una auténtica locura.

El equipo cordobés, ahora, está a tres puntos de Vélez, el líder. En la próxima fecha, el equipo de Liniers jugará con Unión, en Santa Fe, mientras que la T chocará con Gimnasia, en el Bosque.

El partido prácticamente empezó con un jugador envuelto en lágrimas. Guillermo Benítez, sorpresivo lateral izquierdo de Huracán, sufrió una seria molestia física, que hasta le impidió caminar con normalidad hasta el banco de suplentes. Hernán de la Fuente, que había salido por una decisión táctica, ocupó su lugar.

El golazo de la “T” y lo mejor del partido

El Globo, de todos modos, no solo tuvo problemas técnicos en la última línea: también exhibió imprecisiones en la zona media y ciertas inconsistencias en el ataque, demasiado dependiente de lo que podía generar Walter Mazzantti: el equipo de Parque de los Patricios solo avanzó en el final. Talleres, mientras tanto, dominó el juego estratégicamente y también desde la posesión, con el 66% de la tenencia . Rubén Botta, como siempre, era el actor principal. El distinto, en la tarde cordobesa, entre dos espejos que replicaron el 4-2-3-1.

El clima fue de una final. Unas 50.000 personas le pusieron música y color al encuentro y hasta le regalaron una cálida ovación al entrenador del equipo rival. Es que con Frank Kudelka, la T volvió a ser, a sentirse de primera. Un gesto que seguramente el veterano DT no se olvidará.

Talleres celebra a lo grande
Talleres celebra a lo grande - Créditos: @X @CATalleresdecba

El entrenador del Globo dirigió en el Barrio Jardín desde 2015 hasta 2018; logró dos ascensos consecutivos y hasta clasificó al equipo para disputar la Copa Libertadores 2019. Kudelka se reencontró con Alexander Medina, con quien protagonizaron un recordado choque de palabras en la Copa de la Liga 2020, cuando dirigía a Newell’s. En aquella jornada en el Coloso, minutos después del empate 1 a 1, los entrenadores se trenzaron en una tensa discusión; se dijeron de todo e incluso se invitaron a pelear.

Kudelka recordó algunos años después ese incidente. “Lo que pasó en ese cruce con el Cacique fue una vergüenza. Eran esos tiempos que no había gente y los DT no parábamos de gritar. Fui a saludar a Gandolfi y Alexander dijo algo, después de ahí tuvimos una caminata impulsiva...”. Esta vez, el reencuentro fue con un abrazo y frases de mutuo respeto.

Casi siempre, el equipo local fue superior. Galíndez, el arquero del Globo, voló de arco a arco, pero nunca fue tan decisivo como en un remate que sacó con los pies de Benavídez. Y el rebote, con el arco desnudo, tampoco pudo ser aprovechado por el eficiente lateral derecho. Más tarde, sacó un bombazo de Galarza, desde lejos.

No es fácil aceptarlo: el merecimiento no siempre está a tono con el resultado. La T, al menos hasta el final del primer capítulo, debió estar dos goles arriba. Un 73 por ciento de posesión parcial, 9 disparos (contra apenas uno), 4 tiros de esquina…

Siguió así durante la parte final: un equipo quería seguir peleando por el título, el otro se conformaba con continuar participando. Una jugada de salón de Martínez, entre amagos, finalizó con un zurdazo que pegó en el palo más lejano del arquero Galíndez, figura indispensable del espectáculo.

Botta, el creativo de Talleres
Botta, el creativo de Talleres - Créditos: @X @CATalleresdecba

Hasta que, en una serie de destrezas con amagos, distracciones y la jugada más antigua del mundo (el centro atrás), la T se puso arriba. El gol (el golazo, por la construcción, por el taco inicial) fue de Navarro, pero participaron varios. Martínez, Benavídez y hasta el entrenador, que se tiró a festejar con los jugadores. Todos juntos.

Inmediatamente, con la convicción de que se le escapaba la ilusión, el Globo cambió la postura. Un rato antes había ingresado el Rayo Fértoli. Luego del gol, entró Wanchope Ábila. La pelota voló por los aires en los instantes finales, entre la desesperación del Globo (fue un espejismo la reacción) y la sólida defensa aérea de la “T”. Talleres jugó como para pelear el título hasta la última gota de sudor.