Sir Andy Murray: el caballero británico que logró quebrar un hechizo y desafió al poderoso Big 3

Un momento histórico: Andy Murray, campeón de Wimbledon, cuando venció a Novak Djokovic y rompió una sequía de 77 años sin ganadores birtánicos en el All England Club
Un momento histórico: Andy Murray, campeón de Wimbledon, cuando venció a Novak Djokovic y rompió una sequía de 77 años sin ganadores birtánicos en el All England Club - Créditos: @ANJA NIEDRINGHAUS

PARIS (AFP) - De carácter un tanto hosco, infatigable físicamente, y blindado en lo mental, Andy Murray supo forjarse un brillante palmarés hasta su retirada del tenis en los Juegos Olímpicos de París 2024. Con su talento se hizo con un lugar de privilegio en la historia del tenis en la era de los tres gigantes: Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic, hasta el punto de ser investido como caballero y recibir la Orden del Imperio Británico (OBE) por el entonces príncipe Carlos.

Mientras que Federer, Nadal y Djokovic dominaban hegemónicamente el circuito, ganando 43 de los 47 torneos del Grand Slam disputados desde el debut de Murray en 2005 hasta su último gran título a finales de 2016, el británico logró transformar temporariamente el Big 3 en Big 4. Durante sus años más gloriosos, Murray conquistó tres ‘Grandes’ (US Open 2012, Wimbledon 2013 y 2016), un Masters de fin de año (2016), y 14 torneos con el sello de Masters 1000. Con la guinda de terminar el año 2016 como número 1 del mundo.

La última imagen de Andy Murray en una cancha: ovacionado en Roland Garros, tras la derrota en el dobles junto a Daniel Evans en los Juegos Olímpicos de París
La última imagen de Andy Murray en una cancha: ovacionado en Roland Garros, tras la derrota en el dobles junto a Daniel Evans en los Juegos Olímpicos de París - Créditos: @Andy Wong

Además, conquistó la Copa Davis (2015), y dos medallas de oro olímpicas en singles (Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, esta última al vencer en la final a Juan Martín del Potro), mientras que Nadal fue campeón olímpico sólo una vez (2008), Federer nunca, y Djokovic busca desesperadamente el oro en estos Juegos.

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El 16 de mayo de 2019 en Buckingham, el príncipe Carlos lo invistió como Sir, un honor que sólo había sido concedido a otro tenista, Norman Brooks, en 1939.

Andy Murray posa con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 (AP Foto/Charles Krupa, archivo)
Andy Murray posa con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 (AP Foto/Charles Krupa, archivo)

Y eso que, en sus comienzos, Murray era etiquetado como un jugador ‘loser’ (perdedor). Una acusación que tuvo su punto cúlmine cuando perdió la final de Wimbledon 2012 contra Federer y parecía que nunca podría ganar algo trascendente. Pero a continuación se liberó de ese fardo que le impedía sacar a relucir su talento: entre agosto de 2012 y julio de 2013, encadenó títulos en los Juegos de Londres, el US Open y Wimbledon.

Aunque pudo poner fin a una interminable espera de 77 años de parte de los británicos de un sucesor a Fred Perry, último campeón nacional de Wimbledon en 1936 y de Grand Slam en el US Open de 1936, no logró mantener la inercia.

Una postal histórica: Andy Murray empieza la celebración tras ganar Wimbledon en 2013, ante la admiración de miles de compatriotas
Una postal histórica: Andy Murray empieza la celebración tras ganar Wimbledon en 2013, ante la admiración de miles de compatriotas - Créditos: @Julian Finney

Nacido el 15 de mayo de 1987 en Glasgow, Andrew Barron Murray creció en la pequeña localidad de Dunblane en el seno de una familia de deportistas. Su madre Judy, antigua tenista, le guió en sus primeros pasos como jugador, “sin forzarlo nunca” según su hermano Jamie, jugador de dobles. Ya adolescente, Andy prosiguió su formación en Barcelona.

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Su infancia estuvo marcada por una terrible tragedia. En 1996, un desequilibrado acabó con la vida de 16 niños y un profesor en la escuela primaria de Dunblane. Murray, en aquel entonces de ocho años, se hallaba en las instalaciones del centro en el momento de la masacre y quedó traumatizado. Hasta 2013 no habló públicamente del asunto, en un documental sobre su vida difundido por la BBC. “No se pueden imaginar hasta qué punto ese tipo de cosas son duras. Estoy contento de hacer algo de lo que Dunblane pueda estar orgulloso”, dijo el campeón, sin poder ocultar su emoción.

Tímido ante la prensa, el rostro siempre serio, el joven tenista no dio portadas por sus declaraciones fuera de tono... salvo alguna excepción. Como cuando en 2006, antes del Mundial de fútbol, lanzó que apoyaría a “todos los rivales de Inglaterra”.

“Odiamos a Murray”, atacó entonces un tabloide, poniendo en duda su patriotismo británico. Fue mucho antes de que Murray se mostrase favorable a la independencia de Escocia en el referéndum de 2014 en un mensaje en las redes sociales que hizo correr ríos de tinta. Tquedó en el olvido un año después con la victoria en la Copa Davis, la primera de Gran Bretaña desde 1936, que casi ganó él solo.

Víctima de incesantes dolores de cadera, anunció en enero de 2019, luego de una penosa participación en el Abierto de Australia, que jugaría presumiblemente su última temporada. Pero una segunda intervención quirúrgica, realizada unos días después para implantarle una prótesis metálica, relanzó su andar en el tenis.

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En el puesto 503º del ranking mundial en septiembre, fue su voluntad de hierro lo que le permitió remontar al Top 50 en junio de 2022 y de alzarse al puesto 36° en agosto de 2023. Aunque ya no regresaría a los primeros planos. Lejos del nivel que lo encumbró y en dupla con su compatriota Dan Evans, Murray cayó este jueves cayó ante los estadounidenses Taylor Fritz y Tommy Paul en los Juegos por 6-2 y 6-4.

Con la derrota en París, el británico puso punto final a una carrera que premió, como él mismo definió, su “tremendo” corazón.