Racing volvió a Avellaneda con el alivio del resultado y el entusiasmo de intentar meterse otra vez en las semifinales de la Copa Libertadores después de 26 años

Arias contiene un balón; el arquero de Racing fue clave en el 0 a 0 con Boca en la Bombonera
Arias contiene un balón; el arquero de Racing fue clave en el 0 a 0 con Boca en la Bombonera

Racing se llevó el arco propio en cero del partido de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores, en La Bombonera. Como visitante, hasta aquí sólo le había ocurrido diez veces en el año. La Academia viene de ser el segundo equipo más goleado del campeonato, con 36 goles en contra en 27 partidos. En ese contexto, salió aliviado del primer chico ante Boca, a la espera de entregar una imagen más fiel a sí mismo el próximo miércoles en el Cilindro.

La manta corta: aunque cumplió con el objetivo de no recibir tantos, el equipo de Fernando Gago apenas pudo asomar al área de Sergio Romero en los más de 90 minutos de juego. Agustín Almendra, con un tiro lejano, puso a prueba al exarquero académico cuando el partido ya se acercaba al final. Fue la única aproximación, además de otra mala resolución de Maximiliano Romero tras un centro de Jonathan Gómez. Tan sólo dos tiros de esquina a favor generó el visitante, mientras que los Xeneizes acumularon 11.

En el duelo táctico de ajedrez que realizaron en la previa Jorge Almirón y Fernando Gago, que ocultaron lo máximo posible sus formaciones, el DT de Racing apostó por un equipo más tradicional: casi la misma alineación que goleó a Atlético Nacional de Medellín, con la excepción del ingreso de Maximiliano Romero en lugar de Roger Martínez, lesionado. Si esa misma formación a pura enjundia en el Cilindro había sido clave para la remontada ante los colombianos, en este caso pareció un equipo cauteloso.

Una cosa es que el partido no salga como uno cree, pero a especular no vinimos. Hay un rival. Llegamos menos veces, pero no vinimos a especular”, fue la explicación de Gago en conferencia, con algo de molestia por la pregunta constante del por qué de un planteo que pareció defensivo. Para el próximo miércoles, se espera que pueda contar con Roger Martínez, la carta brava de este equipo, ausente en el partido de ida por lesión muscular. Ese solo retoque, como ya se vio ante Atlético Nacional, le puede dar otra fuerza en el ataque a la Academia, que también contará con el apoyo de su público en el Cilindro de Avellaneda.

El antecedente inmediato de Racing en La Bombonera marcaba que en la última visita, antes de los 6 minutos de juego, ya estaba dos goles en desventaja. Aquel recuerdo se puso en juego durante la previa de esta llave: sobrepasar los minutos iniciales estuvo dentro del plan de acción que pensó Gago para el partido de ida. Sin embargo, el primer tiempo fue cuando peor la pasó: “No lo vi como un problema de actitud, sino de posicionamiento. Ellos armaron un cuadrado al que nos costó acomodarnos, lo hicimos en el entretiempo. Cuando en el segundo tiempo empezaron a jugar como creíamos que lo iban a hacer, empezamos a tener más control de balón y tener el control del juego a través de los pases”. La salida de Valentín Barco ayudó a ese control.

La sensación en el vestuario visitante era de satisfacción tras el 0 a 0. “Me voy contento porque pude mantener el arco en cero”, dijo Gabriel Arias, una de las figuras de la noche. “Fue un partido cerrado, duro. En casa va a ser un partido similar”, indicó el capitán Leonardo Sigali, acaso el punto más alto de la Academia. “El resultado creo que fue justo, ahora tenemos la vuelta en casa. Debemos ser inteligentes y hacernos sentir en nuestro estadio”, fue el análisis de Juan Fernando Quintero, que pisará por primera vez el Cilindro en la vuelta de los cuartos de final.

En lo que va de esta Copa, el equipo de Gago suma tres victorias (Aucas, Ñublense, Atlético Nacional de Medellín) y un empate (Flamengo) en condición de local. De visitante llegaba con dos caídas consecutivas (Flamengo, en el Maracaná, y el duro 2-4 en el Atanasio Girardot). Son condimentos que le dan más valor al 0 a 0 del partido de ida. La satisfacción también tiene que ver con haber estado a la altura de un lema que propuso su entrenador desde que pisó la mitad celeste y blanca de Avellaneda: competir. En un estadio que tantas veces le resultó esquivo, en un instante crucial de un plano internacional en claudicó en reiteradas ocasiones, Racing estuvo a la altura.

“No hay que analizar el resultado. Por momentos me gustó el partido, en otros nos faltó lectura dentro del campo para interpretar los sistemas de juego de ellos. Podemos decir que fue bueno o que fue malo. Fue un empate. Es relativo. Queda otro partido. Ahora jugamos en casa, tenemos que poder aprovechar ese factor”, fue la lectura de Gago. Para Jorge Almirón, entrenador xeneize, el juego no tuvo ese tono por una propuesta cautelosa de la Academia sino por virtud de Boca: “Le quitamos la iniciativa de juego a Racing, no especuló. Nosotros lo obligamos a jugar así. Vamos a ir a Avellaneda con la misma postura”.

¿Será distinto el semblante académico el próximo miércoles a las 21:30? En los planes, sí. La presencia de Roger Martínez, que alterna entre el gimnasio, kinesiología y algunos movimientos suaves en el campo para recuperarse de una molestia muscular, le puede dar otra fuerza al ataque. Juan Nardoni, también en rehabilitación tras un desgarro sufrido hace 20 días, podrá estar disponible. No habrá muchas más novedades porque tampoco dispone de más opciones el cuerpo técnico. Acaso más minutos para los refuerzos Quintero y Almendra. No jugará la presión de La Bombonera, pero sí habrá tensión: para la Academia está la posibilidad de llegar a una semifinal de América por primera vez desde 1997.

La manera que tiene de generarse confianza este equipo es juntando pases, como se vio en algún tramo del segundo tiempo en el partido de ida. Más allá de los nombres y del posible esquema que otra vez formará parte del juego en la previa, esa será la búsqueda inicial para poder hacer lo que no logró casi nunca en La Bombonera: pisar el área rival con varios hombres. Esa será la fórmula.