Pumas rescatan una noche especial

CIUDAD DE MÉXICO, julio 28 (EL UNIVERSAL).- La noche de este miércoles, Ciudad Universitaria tuvo dueño. Dani Alves se presentó ante más de 35 mil aficionados auriazules, que se dieron cita en el estadio Olímpico Universitario con un solo objetivo: ver a su nuevo refuerzo.

El resultado, sólo por esta vez, pasó a segundo plano. Si bien, no fue el esperado y Mazatlán FC apagó por momentos la algarabía auriazul, todo giró en torno a la leyenda brasileña. El equipo del Pacífico, sin merecerlo, consiguió un empate (1-1) y pudo ser triunfo de no ser por el agónico remate del capitán Nicolás Freire (89’). Bello adelantó a los mazatlecos (75’), cuando el cuadro capitalino era superior.

La fiel afición universitaria asistió a su territorio con una alegría e ilusión distintas. Por fin verían al nuevo ídolo, quien no tardó ni siete días en mostrarse con su nueva gente. Dani Alves fue ovacionado, entonó el himno universitario, escuchó los primeros Goyas, saludó a todos lados y se dirigió al medio campo. Su inseparable banda derecha tenía que esperar. El brasileño disputó sus primeros 90 minutos desde el medio campo.

Gritos de frustración al árbitro, órdenes a sus compañeros, rabietas... Alves ya es uno más de su nueva familia. El refuerzo felino hablaba y todos atendían. Pumas buscó en todo momento el triunfo. Dani mostró su compromiso, corrió, gritó, alentó a los suyos... Pero no ganó.