Neza 86, el histórico estadio del futbol mexicano que ahora vive en el olvido absoluto

Estadio Neza 86. (Héctor Vivas/Jam Media/LatinContent via Getty Images)
Estadio Neza 86. (Héctor Vivas/Jam Media/LatinContent via Getty Images)

El Estadio Neza 86 se quedó suspendido en el tiempo. Solo habitan los recuerdos de épocas en las que todo fue mejor. Inaugurado en 1981 con el nombre de "Estadio José López Portillo", este recinto, ubicado en el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl fue elegido como sede para la Copa del Mundo de México en 1986. En total se jugaron ahí tres partidos del grupo E (compuesto por Dinamarca, Alemania, Uruguay y Escocia).

Parece imposible imaginarlo, pero en ese estadio que hoy se cae a pedazos estuvieron presentes Rod Stewart y Maradona como espectadores. No era para menos: todo campo que alberga un Mundial pasa a santuario del futbol para siempre. Incluso cuando todo jugaba en contra. Por algo Rafael Lebrija, directivo integrante del Comité Organizador, pidió al municipio de Neza que le ayudaran a "cubrir" la miseria que había en la zona: pintaron vallas enfrente de las casas y pusieron aserrín verde en las calles de tierra para simular que era pasto.

“Me tocó ver cuando (Stewart) baja de una camioneta. Al palco metió unas cajas con botellas de whisky así que los escoceses se acercaban y él les regalaba una playera de Escocia y una botella de Old Parr", contó Germán Aréchiga, cronista de Neza, para Chilango. Después del sismo de 1985, la organización del Mundial pendió de un hilo, pero finalmente salió adelante y Neza brindó su apoyo para esos tres partidos de la fase grupal. Su césped, sin embargo, todavía esperaba por un momento estelar propio.

Una década después, una pandilla de locos —bien entendido el término— cautivó al futbol mexicano con su estilo desinhibido y folclórico hasta la médula: los Toros Neza de Mohamed. Pasan los años y ese equipo sigue eternizándose en la memoria de quienes lo vieron y de quienes no. El motivo es simple: jugaban a golear o ser goleados. El espectáculo estaba garantizado, pero también tenía una fecha de caducidad: el equipo descendió en 2000, luego de deshacerse progresivamente de cada una de sus estrellas.

Desde entonces, el Neza 86 solo ha vivido del recuerdo y de futuros que no se concretan. El Atlante jugó durante una breve etapa como local ahí (2002-2003), pero pronto se marchó al Estadio Azteca. También tuvieron al Atlante UTN en Liga de Ascenso y, de 2010 a 2013, al Neza FC, propiedad de Grupo Salinas, que significó la última luz de esperanza para ver futbol de Primera en esta plaza.

Atlante fue el último equipo de Primera que jugó en Neza. (ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)
Atlante fue el último equipo de Primera que jugó en Neza. (ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)

En 2013, Eruviel Ávila, entonces gobernador del Estado de México, prometió una inyección económica de 100 millones de pesos para remodelar el inmueble. No pasó nada. El Neza FC, equipo heredero de los Toros, perdió la final por el ascenso contra La Piedad y todas las expectativas se vinieron abajo. En caso de haber conseguido la vuelta a Primera División, el Neza habría jugado sus primeras campañas en un estadio rentado (seguramente el Azul o el Azteca), mientras su casa era acondicionada para cumplir con los lineamientos del máximo circuito. 

Ha habido un par de intentos por devolver el futbol al Neza 86, ambos sin éxito. El equipo que representa a Ciudad Neza en Liga de Balompié Mexicano, el Neza Futbol Club, jugó un par de partidos en ese recinto en 2020, pero ahora funge como local en el Deportivo Cartagena (ubicado en otro municipio, Tultitlán). Por otro lado, el Leviatán FC de la Segunda División intentó jugar ahí de local, pero les fue negado el permiso (compiten en el Estadio Jesús Martínez "Palillo"). La capacidad inicial del Neza 86 era de 35 mil aficionados, los hundimientos en el suelo han obligado a que el aforo se reduzca a 20 mil. Las desatenciones y la falta de actividad han condenado al olvido a un recinto histórico.

No se ve forma alguna de que el futbol de Primera División (o al menos profesional) pueda volver a Nezahualcóyotl a corto ni mediano plazo. Además se debe tomar en cuenta la política restrictiva de la Liga MX, que incluso ha impedido el paso a equipos que se habían ganado su lugar deportivamente. No hay otra opción que apelar a la nostalgia como bálsamo.

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