Max Verstappen y la habilidad de cocinar a fuego lento
Max Verstappen ha logrado la que ha sido su 27ª victoria en Fórmula 1, con la que iguala a Jackie Steward como el octavo piloto con más triunfos en la historia. Pero este hito seguramente no le da tanta importancia como el paso de gigante que ha hecho para sumar el que sería su segundo título de campeón del mundo. Ha augmentado su diferencia en el liderato 25 puntos porque ha metido tanta presión a Charles Leclerc que el monegasco ha terminado contra el muro.
La dinámica de las últimas carreras indicaba que Ferrari y precisamente Charles Leclerc podían seguir recortando distancias a Verstappen y Red Bull en Paul Ricard y la pole con trabajo en equipo del sábado así lo demostraba. Pero la carrera del domingo no ha tenido nada que ver gracias al primer stint del neerlandés que con una presión asfixiante ha podido con los nervios de Leclerc, algo que no había conseguido en carreras anteriores.
Los duelos entre Max y Charles ya se han producido a lo largo del año con adelantamientos de por medio. Pero esta vez ha sido diferente. Leclerc es experto en aguantar embestidas y Verstappen es el mejor en saberlo. Por eso la táctica ha sido diferente. Ha pasado a atacar a nivel de ritmo. Ha visto que con los medios no tenía suficiente ritmo como para adelantar y junto con el muro ha decidido adelantar con ritmo. Ha puesto las gomas duras y ha empezado a encadenar vueltas rápidas. Leclerc ya había perdido la posición y le han pedido que tirara al máximo. Lo ha intentado y en la curva 11 ha tenido un sobreviraje que le ha mandado al muro.
De esta manera Verstappen ha logrado una victoria a base de paciencia, a fuego lento. Y esto es algo que años atrás era impensable. Las batallas que acabaron mal el año pasado con Hamilton por culpa de precipitación, como en Monza o en Arabia Saudí, no han tenido nada que ver con esta versión más paciente y que a la larga ha dado muchos más frutos.
Si algo diferenciaba a Leclerc y Verstappen es que el de Ferrari sabe mantener mucho más la calma ante la presión pero en Francia se han cambiado los papeles y eso duele en la moral del monegasco. Ya no solo son los 63 puntos sino el golpe moral que esto supone. Estamos en la mitad de campeonato y son tres abandonos los que lleva Charles por uno de Max. Cuando las cosas se complican, el de Red Bull salva los muebles.
El duelo fratricida que mantuvo Verstappen contra Hamilton en 2021 le ha otorgado una experiencia brutal para saber encarar otro duelo para el campeonato con un piloto igual de complicado que el británico. Se está notando en el paso de las carreras la experiencia que tiene uno y otro, y ya no solo los pilotos sino que Ferrari también se ha complicado la vida con estrategias como Silverstone o fallos de fiabilidad como el de Barcelona o Bakú.
Lo único que le faltaba a Verstappen para ser prácticamente imbatible es la paciencia y madurez necesaria para poder atacar cuando toca. Este GP de Francia ha demostrado que este último paso ya lo ha dado y por ello un piloto de la talla de Leclerc está pudiendo con él. Podemos decir sin miedo a ir muy errados que Max a día de hoy es (casi) intocable.
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