Matthias Sindelar, el 'Mozart' del fútbol que se atrevió a rechazar al nazismo
Matthias Sindelar es el mejor futbolista austríaco de la historia y uno de los mejores de todos los tiempos. Su muerte, generalmente atribuida al nazismo, acrecentó su popularidad y lo convirtió en leyenda.
El Mozart del Fútbol u Hombre de Papel, tal y como se lo conocía por la ligereza y elegancia de su juego y su capacidad para dejar en el camino a cuanto rival se le cruzase en su camino al gol, era el capitán y el principal referente de la selección de Austria que, dirigida por Hugo Meisl, maravilló a propios y extraños durante la década del '30. El 'Wunderteam' ('Equipo Maravilla') ganó una Copa Internacional de Europa Central, la medalla de Plata en los Juegos Olímpicos de Berlín y, además de golear a selecciones como Alemania, Hungría o Italia, cosechar una racha de 14 partidos sin perder y alcanzar las semifinales de la Copa del Mundo de 1934, donde cayó ante la selección italiana que lideraba Luis Monti, sentó las bases de lo que muchos años después se conocería como 'Fútbol Total'.
Cuando Austria fue anexada por Alemania, el fútbol austríaco desapareció y el 'Wunderteam' se disolvió. Todos los jugadores de aquel equipo, excepto uno, pasaron a formar parte de la selección alemana. Matthias Sindelar, que ya se encontraba en el tramo final de su carrera, no quiso saber nada al respecto. Antes de la Copa del Mundo de 1938 y con el objetivo de consolidar la anexión demostrando que los pueblos de Alemania y Austria podían convivir sin ningún tipo de problema, se organizó un encuentro amistoso entre la 'Mannschaft' y un combinado de futbolistas austríacos. Según las crónicas, los austríacos no solo jugaron mejor y ganaron 2 a 0, sino que además dieron la sensación de haberse contenido seguramente siguiendo órdenes. Matthias Sindelar, demostrando su condición de mejor futbolista del momento, humilló una y otra vez a los defensores alemanes y dispuso de numerosas ocasiones para marcar. Cuando finalmente lo consiguió, lo celebró bailando frente al palco en el que se encontraban las autoridades nazis. El gesto no gustó y aquel fue el último partido que disputó en su vida.
La muerte de Matthias Sindelar, acontecida varios meses después, causó conmoción en Viena. Sindelar fue encontrado muerto junto a su mujer en la cama de su hogar y si bien la versión oficial señaló que su deceso se había debido a la inhalación de monóxido de carbono, pronto se suscitaron todo tipo de teorías. La más extendida es la del asesinato a mano de las SS y de la Gestapo, brazos armados de la Alemania Nazi. Según esta teoría, a los nazis no les habría sentado nada bien lo acontecido en el encuentro amistoso previo al Mundial de Francia ni la supuestamente conocida animadversión del Mozart del Fútbol, al que se había tildado de judío, para con el nacionalsocialismo. Hubo incluso quienes aseguraron que su novia, a la que había conocido hacía solo unas semanas y que todavía respiraba cuando los encontraron, había sido la responsable. Otra teoría, mucho más poética y patriótica, indica que Matthias Sindelar, un hombre tímido, introvertido y bohemio, habría decidido quitarse la vida antes que aceptar y soportar el contexto político de aquel momento. Nada más alejado de la realidad.
Mathias Sindelar no era judío, sino católico. Además, y como la mayoría de los jugadores de fútbol, lejos estaba de interesarse por lo que sucedía a nivel político en su país. Lo más probable es que su muerte haya sido accidental y se haya debido, como tantas otras que se producen en época invernal, al mal funcionamiento de una estufa. El funeral de Matthias Sindelar fue multitudinario y celebrado con honores. No era para menos.
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