Una mala tarde en Estambul destapa el peor Athletic de la temporada

Bilbao, 23 ene (EFE).- La mala tarde que tuvo este miércoles en Estambul, donde cayó estrepitosamente goleado ante el Besiktas por 4-1 en la Liga Europa, destapó sobre el césped del Tüpras Stadyumu el peor Athletic Club de la temporada.

Lo dijo Ernesto Valverde al final del partido. "No ha sido cuestión de acierto", como sí lo fue hace una semana la eliminación de la Copa del Rey en octavos de final ante Osasuna en San Mamés (2-3), sino de juego. "El Besiktas fue mejor" que el Ahletic sin ninguna discusión, admitió el técnico.

Y si Julen Agirrezabala, el meta también ante Osasuna, no recibió más goles fue por varias buenas intervenciones del propio portero o porque los centrales evitaron en el último momento lo que parecía inevitable. Como una espectacular 'salvada' bajo palos de Unai Núñez en la última ocasión previa al 2-1 que decantó ya definitivamente el choque.

En Turquía el Athletic no fue capaz ni de sacar partido de una de esas circunstancias que a veces da el fútbol y que suele resultar decisiva: el empate de Unai Gómez al filo del descanso en el único acercamiento serio de los 'leones' a la meta local en todo el primer tiempo.

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Lejos de animarlo, ese gol pareció relajar al conjunto rojiblanco de cara a una segunda mitad en la que solo en el primer cuarto de hora pudo ser goleado, como acabó siéndolo al final, por un equipo que llegaba al choque al borde del abismo, con muchas dudas y con un entrenador nuevo, el noruego Ole Gunnar Solksjaer.

Ese resultado y el halo que le da el hecho de ser una leyenda del Manchester United seguro que le ayudarán en el futuro inmediato.

Lo peor, el medio campo y la lesión de Galarreta

La tarde negra del Athletic se localizó especialmente en el centro del campo, donde Beñat Prados distó de ser el imparable jugador de área a área que tanto deslumbró la temporada pasada y a Mikel Jauregizar no le dio para sostener y lanzar al equipo como, por ejemplo, hace una semana en Copa.

Para colmo, se lesionó Iñigo Ruiz de Galarreta, la pieza clave en la sala de máquinas del equipo bilbaíno. 'Galaxy' apenas aguantó siete minutos en el terreno de juego tras relevar a Prados a la hora de partido y tuvo que ser sustituido por Mikel Vesga.

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Aunque tampoco fue la tarde de Nico Williams, últimamente un tanto acelerado en sus acciones y con pérdidas de balón que no acostumbraba. La estrella rojiblanca no ha perdido la pujanza, pero sí finura en las acciones decisivas y fiabilidad cuando encara.

No fue, asimismo, el día de los laterales, desbordados tanto Oscar de Marcos como Yuri Bechiche por la velocidad de sus pares, el albanokosovar Milot Rashica y el albanés Ernest Muci, dos balas. También campó a sus anchas en la media punta el portugués Rafa Silva, quien, junto a Rashica, amargó la tarde a un Athletic superado como pocas veces.

El equipo bilbaíno pagó el juego local, inesperado, y la necesidad de Valverde de dar aire a jugadores importantes. Entre ellos el propio Galarreta, Iñaki Williams y Dani Vivian, dos fijos en el once. Además estaba lesionado Oihan Sancet y decidió dar la oportunidad a Agirrezabala de quitarse de encima su mal partido ante Osasuna, en detrimento de Unai Simón.

Derrota, en principio, sin consecuencias

Por suerte para el Athletic ese mal día que todos tienen en algún momento del año, una excepción en un curso sobresaliente, aunque a la baja en 2025, le llegó en una cita sin apenas consecuencias dada su buena trayectoria previa en la competición y la buena clasificación a la que le habían aupado cinco victorias seguidas -un hito en Europa- y 16 de 18 puntos posibles.

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Segundo y colíder aún en la tabla, el Athletic incluso podría asegurarse matemáticamente esta misma noche el pase para octavos de final en función de los resultados que completen esta penúltima jornada de la primera fase. Y si no es así, le quedará otra oportunidad en la última jornada, el jueves próximo en San Mamés ante el Viktoria Plzen.

Lo que tiene seguro es la clasificación para la ronda de dieciseisavos de final. Aunque a Estambul, con eso ya asegurado, viajó con la ilusión de acabar en la primera plaza, y se le ha complicado el liderato, pero no demasiado el Top 8, el objetivo prioritario y relevante.

Porque son los ocho primeros puestos los que evitan los dieciseisavos y, además, dan ventaja de campo en los octavos allanando sobremanera en camino hacia la cita que tiene obsesionado al Athletic esta temporada, la del 21 de mayo. La de la final, que será en San Mamés.

Un partido con el que sigue soñando, pero de cara al cual le convendría no repetir lo de ayer en Estambul. Otra mala tarde así cuestionaría seriamente sus opciones y su credibilidad.

Porque, así como en la mejor es poderoso e intimidatorio, en su peor versión, que para su fortuna no aparece mucho, el Athletic es muy vulnerable. El Tüpras Stadyumu lo dejó claro.

Ramón Orosa

(c) Agencia EFE