Argentina y el Mundial 2022: una lista sin polémicas y un calendario lleno de trampas
Vaya si será extraño Lionel Scaloni que, en el país de las grietas, vuelve a reunir consensos: no hay grandes ausentes en la lista que irá a Qatar. No hay polémicas. No está el Maradona de Menotti ‘78, ni el Ramón Díaz de Bilardo’90, o el Caniggia de Passarella ‘98, o los Saviola-Riquelme de Bielsa 2002, o el Verón de Pekerman 2006, los Zanetti-Cambiasso de Maradona 2010, el Tevez de Sabella 2014 o el Lautaro de Sampaoli 2018. Se cortó una secuencia de castigados. Afectivamente, Ángel Correa se había ganado un lugar, premio a su silencioso y dedicado compromiso con la selección. Gio Simeone, de feroz presente, también podía estar porque N° 9 de área, de área subrayado, sólo aparece Lautaro Martínez. Y punto. La elección no habilita más consideraciones con nombre propio.
A primera vista, sí, sobran defensores. Nueve parecen excesivos. Pero el cuerpo técnico se cubre porque dos piezas encierran intrigas: ‘Cuti’ Romero (distensión muscular) y Marcos Acuña (persistente pubalgia). Y aquí surge la auténtica preocupación de la lista: los ‘tocados’. Casi todos tienen el alta médica, ninguno terminará de recuperarse en Doha. Pero, pero… un lote no se encuentra al 100% de sus condiciones. Ni físicas ni futbolísticas. Nada grave, pero desembarcarán en Qatar sin el rodaje adecuado. ¿Quiénes son? Acuña, Guido Rodríguez, Exequiel Palacios, Di María, Paredes, Pezzella, Foyth… que apenas han reaparecido en estos días, algunos de lesiones importantes y otros leves. Pero se perdieron partidos. Y ‘Cuti’ Romero, Dybala y Nico González todavía ni regresaron a la cancha.
Una sensación de miedo invadió a todas las selecciones. El calendario, definitivamente, tendió una trampa. Si se creía que el Mundial en noviembre sería beneficioso porque encontraría a todos los jugadores con ritmo en plena competencia, ha sido un perjuicio porque al comprimirse tantos partidos, las sobrecargas musculares, las lesiones y el pánico alcanzaron todos los rincones. Este sábado habrá acción en la Premier League, y si Pep Guardiola lo desea, podrá contar con Julián Álvarez en City vs. Brentford. Como Simeone podría usarlos a Molina-De Paul en la Copa del Rey ante Almazán... Y jugarán Villareal, y Leverkusen. Y todavía mañana habrá partidos en algunas ligas, sí, una semana antes del encuentro inaugural Qatar-Ecuador… En Italia, salvo que reciban una licencia, ‘correrán riesgos’ Lautaro Martínez, Joaquín Correa, Paredes, Di María y Dybala. Y en Portugal, Enzo Fernández y Otamendi. Y en Francia, sí, la Ligue1 tiene programado un partido del PSG de Messi, Mbappé y Neymar contra Auxerre. ¿Jugarán en el club de dueños qataríes?
Y acecha otro peligro: el amistoso del miércoles próximo contra Emiratos Árabes Unidos, en Abu Dhabi. Incómodo compromiso comercial de la AFA, casi un estorbo a 96 horas de la Copa del Mundo. Prácticamente irrelevante a esta altura, con las cartas jugadas, para sumar horas de vuelo; y por otro lado, un riesgo latente frente a un adversario que aun sin mala intención, sino por torpeza o brusquedad, puede disparar alguna alarma. ¿Qué hace Scaloni, cuida o prueba? ¿Qué posición adopta el futbolista, acelera o regula? Todos desean un amistoso de consumo inmediato, 90 minutos decorativos y hasta la próxima. Caja y adiós.
El 15 de mayo de 2002, Marcelo Bielsa caminaba por las paredes en la concentración de la selección, ya instalada en Japón, porque contaba con 22 jugadores, pero le faltaba uno: Diego Placente, que esa tarde disputaba la final de la Champions Legue con Leverkusen ante Real Madrid. Al técnico le parecía un atropello, casi un atentado a la preparación... y faltan 18 días (2 de junio, 1-0 a Nigeria) para el estreno en el Mundial. Ni se imaginaba que la situación solo podía empeorar.