Jannik Sinner y un doping sin suspensión: responsabilidades, suspicacias, trato complaciente y diferencias cuando “el show debe continuar”

Polémica en el tenis: el italiano Jannik Sinner, número 1 del mundo desde junio pasado, dio positivo en dos pruebas de dopaje pero no será suspendido
Polémica en el tenis: el italiano Jannik Sinner, número 1 del mundo desde junio pasado, dio positivo en dos pruebas de dopaje pero no será suspendido - Créditos: @HENRY NICHOLLS

Mínimamente, el caso de Jannik Sinner, con una doble prueba de dopaje positiva, apelación de por medio y rápido perdón por no tener “ninguna culpa o negligencia”, según la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA), mostró un tratamiento poco claro y con un criterio dispar del que tiene la mayoría de los mortales del tenis. Al jugador N° 1 del mundo se le encontró clostebol, un esteroide anabólico prohibido, en una prueba realizada el 10 de marzo en Indian Wells. Un segundo análisis, efectuado fuera de competencia ocho días más tarde, también detectó un metabolito de clostebol.

Generalmente, los atletas reciben suspensiones provisorias automáticas luego de ser notificados por la violación de las normas antidopaje y no compiten mientras dura el proceso de apelación y las distintas audiencias. Pero el italiano Sinner, que llegó a la cima del ranking el 10 de junio pasado y en enero ganó el Abierto de Australia, recibió un trato complaciente de las autoridades que despertó suspicacias, fuertes reacciones de varios colegas del circuito y, una vez más, dejó flotando la sensación de que el tenis profesional es un deporte con varios niveles en el que no todos son iguales frente a las mismas reglas.

Jannik Sinner en marzo pasado, en Indian Wells, torneo en el que se produjo el doping
Jannik Sinner en marzo pasado, en Indian Wells, torneo en el que se produjo el doping - Créditos: @FREDERIC J. BROWN

Sinner argumentó que la sustancia prohibida ingresó en su cuerpo en forma accidental a través de las manos de su fisioterapeuta (Giacomo Naldi), que se había colocado un producto en aerosol (de venta libre en Italia) para curar un corte en un dedo meñique. Dicha crema cicatrizante, Trofodermin, comprada en una farmacia de Bolonia por el preparador físico de Sinner (Umberto Ferrara), contiene clostebol. Según la versión oficial, durante aquellos días del Masters 1000 que se disputa en el desierto de California, Naldi le aplicó masajes y le vendó los pies a Sinner. El tenista, asimismo, sufre una afección cutánea, llamada dermatitis psoriasiforme, en los pies y la espalda, que le provoca picazones y pequeños cortes al rascarse. Sinner y su equipo argumentaron que había sufrido una “contaminación transdérmica” a través del tratamiento que recibió del fisioterapeuta, que no utilizó guantes.

Según la ITIA, a Sinner se le aplicó una suspensión provisional del 4 al 5 de abril, poco después de que ganara el torneo de Miami, y del 17 al 20 del mismo mes, antes del Abierto de Madrid. Pero en ambos períodos, muy cortos, la ITIA creyó en el planteo legal de Sinner y no se opuso a las apelaciones del jugador, levantándole las suspensiones provisionales sin que la información se hiciera pública (algo que no suele ocurrir). Sin embargo, se resolvió que el jugador sí debía devolver los puntos (400) y el dinero (US$ 325.000) ganados por su participación en Indian Wells, donde alcanzó las semifinales.

En marzo, en Miami, Sinner sonríe en una charla con su fisioterapeuta Giacomo Naldi (remera blanca), luego de golpearlo entre las piernas en un intento de devolución; justamente el integrante de su equipo quedó en la mira por el doping
En marzo, en Miami, Sinner sonríe en una charla con su fisioterapeuta Giacomo Naldi (remera blanca), luego de golpearlo entre las piernas en un intento de devolución; justamente el integrante de su equipo quedó en la mira por el doping - Créditos: @AL BELLO

Los deportistas profesionales son responsables de cualquier sustancia que ingresa en su cuerpo, por más mínima que sea; son conscientes de ese compromiso y firman un documento cada año. La reacción dominante en el mundo del tenis al conocerse la noticia de Sinner fue de irritación. “No puedo imaginar lo que sienten ahora mismo todos los demás jugadores que fueron sancionados por sustancias contaminadas”, escribió en la red social X el canadiense Denis Shapovalov, actual 105°, 10° en 2020. “Muchos jugadores pasan por lo mismo y tienen que esperar meses o AÑOS para que se declare su inocencia” , aportó el británico Liam Broady, actual 286° y 93° en 2023. “Es ridículo, ya sea accidental o planeado. Te hacen dos pruebas con una sustancia prohibida (esteroides)... Deberías estar fuera durante dos años”, sentenció el australiano Nick Kyrgios, inactivo desde junio de 2023.

“El caso de Sinner es interesante por la rapidez con la que se ha resuelto en comparación con otros casos que han llevado muchos más meses y años. ¿Cómo se acepta y se resuelve tan rápidamente? El sistema debe funcionar mejor para todos los actores, no solo para los mejores” , escribió el británico Greg Rusedski, 4° en 1997 y finalista del US Open ese mismo año.

Más allá de si se concuerda o no con los distintos protagonistas que levantaron la voz, existen suficientes razones para asumir con sorpresa la forma en que se absolvió a Sinner. Hay numerosos casos de tenistas más modestos y con menor jerarquía del italiano que no recibieron el mismo trato. La británica Tara Moore (145° del ranking en 2017), por ejemplo. En mayo de 2022, con 29 años, fue suspendida provisionalmente al dar positivo por los esteroides anabólicos prohibidos de boldenona y nandrolona en un torneo en Bogotá. La jugadora fundamentó que se había contaminado por una carne consumida en los días previos a la recolección de muestras. Pero fue recién en diciembre de 2023 cuando la ITIA la exoneró, coincidiendo con su afirmación de que había comido carne de ganado con alta dosis de esteroides.

Tras destaparse el caso Sinner, Moore, también a través de X (antes, Twitter), se desahogó: “Solo quiero aclarar que no tengo ningún problema con Jannik. Me alegro de que haya recibido una respuesta tan rápida en su caso. Cualquiera que haya pasado por esto sabría lo horrible y brutal que es este proceso. No solo destruye tu carrera, sino también tu autoestima como ser humano. Hablé con jugadores que también pasaron por este proceso y todos compartimos el mismo sentimiento: tristeza. ¿Por qué no nos trataron con la misma confianza y respeto que a un jugador de mayor rango? ¿Por qué tenemos que gastar tanto dinero en defensa?”.

Moore, además, puso la lupa en el equipo de abogados que defendió a Sinner: Onside Law, con sede en Londres. Según la web oficial del estudio, uno de sus clientes es la Agencia Internacional de Integridad del Tenis, la misma entidad que juzga a los tenistas.

No son pocos en el mundo de las raquetas que vincularon la supuesta protección que recibió Sinner con el peso que tiene Italia en la cúpula de la ATP. El poder que históricamente tuvieron los anglosajones en el tenis, de cierta manera, pasó a manos de los italianos. El presidente (Andrea Gaudenzi) y el CEO (Massimo Calvelli) son de ese país. Cuando se conoció la noticia, la ATP emitió rápidamente un comunicado celebrando que no se haya “encontrado ninguna falta o negligencia” en Sinner. “¿Las críticas de los compañeros contra Sinner? Vienen de los más idiotas y frustrados, de aquellos que tenían a su disposición más medios técnicos que Sinner para convertirse en el número uno del mundo y que, en cambio, fracasaron estrepitosamente”, sentenció Ángelo Binaghi, presidente de la federación italiana de tenis, según La Gazzetta dello Sport.

El italiano Andrea Gaudenzi, presidente de la ATP, entregándole el trofeo a Sinner tras haber alcanzado el número 1 del mundo
El italiano Andrea Gaudenzi, presidente de la ATP, entregándole el trofeo a Sinner tras haber alcanzado el número 1 del mundo - Créditos: @Instagram @atptour

El positivo por clostebol de Sinner se sumó a otros casos de dopaje en el deporte italiano. En los últimos años, casi cuarenta atletas de ese país dieron positivo por este esteroide, según publicó el portal Honest Sport, del periodista Edmund Willison, especializado en la medicina en el deporte. “Un esteroide anabólico que se administraba a los atletas de Alemania del Este y del Oeste ha vuelto a aparecer en el deporte de elite italiano (…) Entre 2019 y 2023, 38 deportistas italianos dieron positivo en las pruebas de detección de clostebol, a pesar de que las compañías farmacéuticas apenas lo producen en forma oral o inyectable. Los futbolistas de la Serie A, los tenistas y los atletas olímpicos de Italia han tenido que explicar cómo el esteroide llegó accidentalmente a sus cuerpos”, publicó el portal, señalando casos de tenistas italianos que no corrieron con la misma suerte de Sinner.

En Europa también es conocido el caso de la patinadora Laura Barquero, española, pero con base de entrenamientos en Italia. En una prueba realizada en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022 se le encontró clostebol; la atleta dijo que la presencia de este componente en su orina se debió a una “contaminación accidental” con Trofodermin, la misma pomada que afectó a Sinner. Primero fue sancionada por cuatro años, se le redujo la pena a un año, pero todavía sigue sin competir.

En enero pasado, Sinner conquistó su primer Grand Slam, en Australia; fue el gran impulso que necesitaba para llegar a la cima del ranking
En enero pasado, Sinner conquistó su primer Grand Slam, en Australia; fue el gran impulso que necesitaba para llegar a la cima del ranking - Créditos: @WILLIAM WEST

En 2005, en un suplemento especial en LA NACION a partir de los casos de doping de los tenistas argentinos Mariano Puerta (en la final de Roland Garros), Guillermo Cañas y Mariano Hood, el respetado doctor Carlos D’Angelo, ya fallecido, pero por entonces coordinador del área de prevención y control antidoping de la Secretaría de Deporte de la Nación, confirmó la teoría sobre la diferencia entre un “doping de Primer Mundo y otro de Tercer Mundo”. Aquel concepto sobre productos elaborados en laboratorios de países desarrollados, que tardan más tiempo en ser descubiertos mediante la cromatografía, y las sustancias que se fabrican en países más pobres, puso sobre la mesa de debate los dos mundos que existen para un mismo tema. Hace unos años, en el diario La Tercera de Chile, el talentoso pero irascible Marcelo “Chino” Ríos, número 1 del mundo en 1998, aseguró que el estadounidense Andre Agassi dio positivo “cuatro veces” durante su carrera deportiva, pero que a la ATP le interesó taparlo porque si no “el tenis se iba a la mierda”.

El caso Sinner, desde otro lado, sacudió el mundo del tenis, un deporte que desde hace años es parte de una gran industria del entretenimiento. Lo ocurrido con el talentoso jugador italiano volvió a despertar la discusión sobre las diferencias que hace el sistema y el peso de los sponsors y las corporaciones. Que una estrella como Sinner se vea involucrada en un caso de doping, claramente, afecta la imagen del deporte y, también, del negocio. Desde el lunes próximo en Nueva York, el italiano de 23 años partirá como el primer preclasificado del US Open. Algunos entienden que “el show debe continuar”.