Bombazo en el polo: los Castagnola y los Cambiaso jugarán juntos en 2025 en un equipo familiar, algo que comenzó como un sueño...
La frase que cambió todo fue pronunciada hace una semana: “Quiero jugar con el tío” . Nadie la esperaba. Y a pesar de que se avecinaban modificaciones de equipos, esa particularmente era una movida novedosa. Sólo faltaba la invitación, que llegó. El deseo de Jeta Castagnola estaba en marcha. Aunque la historia comenzó hace un tiempo...
La primera vez que Adolfo Cambiaso habló del tema fue en diciembre de 2019. Todavía ni existía la pandemia. En una celebración anual del Comité Olímpico Argentino en la que fue distinguido junto a otros deportistas, el crack repasaba lo que había sido la conquista de su título 16° del Abierto de Palermo, el 13° con La Dolfina. Una pregunta recurrente para un archiganador, a esa altura con 44 años, es “¿Y ahora qué sigue?” . Justo en ese Argentino Abierto se había dado la presentación de sus sobrinos, Camilo y Barto Castagnola , con 16 y 18 años. La Natividad había reventado de público la cancha 2 de Palermo. Desde los tiempos de Indios Chapaleufú con los cuatro hermanos Heguy que no se generaba tamaña expectativa. Era un nuevo fenómeno que ya vemos hasta dónde llegó, con tres conquistas en Palermo en seis participaciones. Y aquella vez lo dijo ilusionado, pero como un deseo: “Me gustaría jugar con mi hijo Poroto y mis sobrinos. Con los tres. Yo iría de back, no tengo problema”.
No fue una frase al aire. El deseo estaba, pero era de él: sus sobrinos no se habían expedido sobre la eventual cuestión. Poroto tenía entonces 14 años. Adolfito quería jugar con él sí o sí. Lo de los Castagnola era más difícil. La vieja pelea con Lolo no había cicatrizado (aunque sus efectos fueron mejorando). Y aunque la relación de Cambiaso con Barto, sobrino y ahijado, era y es buena, resultaba difícil imaginar esa unión familiar. El menos convencido era precisamente Jeta.
Pasaron los años, La Natividad ganó un título en Palermo, perdió la final de 2022, convocó a Facundo Pieres y Pablo Mac Donough y metió el bicampeonato. Pero antes de la temporada ya se olfateaban cambios a futuro. Cualquiera fuese el resultado, habría un golpe de timón. Que para todos, incluía a Poroto Cambiaso. Hace rato que los primos proyectan jugar juntos. Son amigos, tienen química, se divierten y se admiran. Sus padres siempre apartaron la disputa personal, nunca involucraron a sus hijos. Y además viven todos en Cañuelas, separados por una calle.
La historia era el “cuarto elemento”. Sonaron muchos nombres, entre ellos, Lukín Monteverde, amigo íntimo de Poroto, y Antonio Heguy, revelación de Indios Chapaleufú (una de ellas). La historia de jugar con la leyenda parecía haber quedado en el camino. “¿No se van a arrepentir alguna vez tus hijos de no haber jugado un año con el tío famoso?” , le preguntamos varias veces a Lolo. “Ellos deciden con quién juegan”, dijo una y otra vez el cuñado de Adolfito, con quien ganó 7 veces el Argentino y fueron hermanos de la vida hasta que la separación en 2010 (cuando Lolo salió de La Dolfina con Lucas Monteverde) los distanció. Parecía imposible que Cambiaso, ya orillando los 50, pudiera jugar al menos una vez con la misma camiseta que sus sobrinos. Ello, pese a que en los últimos días el rumor existía. “Imposible”. “No lo creo”. “No lo veo”. Todas frases que se escuchaban por estas horas.
Lo cierto es que, a partir del deseo de Jeta Castagnola, Adolfito Cambiaso cumplirá aquel viejo anhelo que deslizó en 2019. Dijimos que podría haber cambios en el campeón y subcampeón de Palermo, hace unas horas nomás. Pues bien, para 2025 habrá equipo 100 por ciento familiar. Hombre soñador si los hay, Cambiaso pasó por formar su propio club, hacerlo ganador, armar el equipo de los sueños, clonar, llenar un palenque con clones de su mejor yegua (Cuartetera), jugar con su hijo, salir campeón con su hijo. Y ahora, poder dar acaso el último paso de su carrera, a los 50, con Poroto, Jeta y Barto .
No fue sencillo el tema, aunque el obstáculo mayor estaba subsanado: la posibilidad de jugar juntos . Pero los aspectos paralelos que en una negociación futbolística son secundarios, cuando se dice “faltan detalles” para concretar la operación, tuvieron sus bemoles. De por medio estaban otras cuestiones: nombre del equipo, camisetas, colores y hasta los sponsors. Hablamos de La Natividad y de La Dolfina, dos equipos muy codiciados en todo sentido. Y esos puntos requirieron de charlas varias.
Quedó claro en estos años, consagrándose en tres de cuatro temporadas en Palermo, que los Castagnola son la cara de una nueva era del polo. Que se valen por sí mismos. Que son de lo mejor que hay. Cada uno de ellos con su estilo: Jeta, el “sicario del gol”, el hombre incontrolable. Barto, el equilibrio, la distribución, la fuerza incontenible desde el fondo. Los chicos que hacen volar 100, 130 yardas la bocha casi sin hacer fuerza. Los carismáticos de la nueva generación. Y ahora serán parte de un equipo que es casi de video juego. Vuelve la dupla Cambiaso-Castagnola, Castagnola-Cambiaso. Por partida doble. Cuatro talentos juntos. Tres con mucho camino por recorrer. Uno, con toda la gloria encima y siendo uno de los mejores de la historia, un emblema del deporte. ¿Las posiciones? Lo hablarán, pero todo indica que Adolfito irá de 4 o de 3 y Poroto de 2, Jeta de 1 y Barto de 4 o de 3.
Para los hermanos Castagnola, que son los que propician esta unión de familias, será también una novedosa experiencia. Alguna vez han jugado con Cambiaso en otros torneos y cuando eran más chicos, pero hacerlo en una Triple Corona es distinto. Implica convivencia, acopio de experiencias, sentir desde adentro cómo se moviliza una organización de este calibre.
Apenas ha terminado la temporada 2024 y ya todos se empiezan a imaginar la 2025. Que incluirá no sólo este bombazo mediático-deportivo, sino también un reordenamiento. Justo a horas de haber concluido una de las Triple Corona más atractivas de los últimos tiempos. Por resultados sorpresivos. Por partidos equilibrados. Por organizaciones más parejas. Es cierto: la final la jugaron los dos equipos de 40 goles, ahí no hubo sorpresas. Pero fue un año intenso, cambiante y con grandes apariciones. Muchos pensaban “qué bueno, qué lindos equipos se armaron para darles continuidad a los proyectos”. Bueno, eso no se cumplirá. Esto es barajar y dar de nuevo. Puede pasar, como se da en esta oportunidad.
¿Y el movimiento de los demás?
Cuando se empezó a hablar de que en 2025 Poroto se iría a jugar con los primos Castagnola, y el nombre que más circulaba para el cuarto lugar era el de Lukín Monteverde, existía el trascendido de que el viejo La Dolfina podría tener su segunda etapa, es decir, con el regreso de Pablo Mac Donough por Poroto. Eso quedó desactivado con la salida de Adolfito junto a su hijo.
Luego de la final, Juanma Nero había anticipado el “fin de ciclo” , y dejó en claro que tenía ganas de asumir un nuevo desafío. Ya lo tiene: unirá filas a Polito Pieres (9), Tomás Panelo (9) y Lukín Monteverde (8) . Es decir, un nuevo equipo que reúne partes de tres de los de 2024: La Dolfina, La Hache y Ellerstina. Y con lazos familiares también: Polito y Nero son concuñados, y Polito a la vez es primo hermano de Panelo. Sin que se hayan hecho las modificaciones finales de handicaps, hoy tiene 36 goles.
Y a la hora de movimientos, luego de dos temporadas en La Natividad, Facundo Pieres (10) volverá a jugar junto a su hermano mayor Gonzalito (10). Con ellos, dos de Indios Chapaleufú que confirmaron su ascenso: los primos Cruz (8) y Antonio Heguy (7). Al igual que el anterior, son componentes de tres formaciones distintas de este año y suma 34 goles, aunque se presume que tendrá al menos uno o dos goles más. ¿Cómo puede funcionar todo esto? Sin menoscabar la materia prima ni las organizaciones personales, habrá que ver directamente en la cancha. Desde ya, nadie arma equipos para perder o para que no funcionen. Pero tampoco existe algo garantizado. Son apuestas a la renovación, curiosamente de equipos que habían rendido muy bien. Una búsqueda, también, a dar un salto de calidad.
Otro de los conjuntos que ya tiene forma es La Hache-La Irenita: con dos de La Hache, Hilario Ulloa (9) y Francisco Elizalde (9) , a quienes se suman Pablo Mac Donough (10) (ex La Natividad) y Nachi Du Plessis (9) (ex Ellerstina). Por ahora, totaliza 37 de handicap.
Mientras tanto, a través de las redes y a puro agradecimiento, Pelón Stirling (10) comunicó que se baja de la Triple Corona l uego de aquel primer Abierto que jugó con Chapa II en 2009. Se va con 10 títulos del Argentino ganados. Un crack de la era dorada de La Dolfina, incondicional de Cambiaso y el motor del equipo por más de una década.
Hay más rumores circulando, sobre todo porque quedan muchos nombres sueltos. Pero el impacto en sí ya está generado y cuando ni siquiera conocemos las modificaciones de handicap que se realizan cada fin de año. Pero así como en 2024 estaba identificado (y ratificado) que había cuatro equipos fuertes para dar pelea por los títulos, el 2025 va armando su rompecabezas con una certeza: cuál será el equipo más taquillero, el más comercial y el que muchos más (no sólo Cambiaso) imaginaron alguna vez y que creyeron que nunca irían a ver. Como que sería sólo un sueño, en el que estaba incluido hasta el patriarca Adolfo, el padre de Adolfito y el abuelo de Jeta, Barto y Poroto, que alguna vez nos preguntó: “¿Vos creés que los chicos alguna vez me darán esa alegría de estar todos juntos en el mismo equipo?” . Como dicen los expertos, los sueños están para cumplirse.