Argentina, con expectativas en la Olimpíada de ajedrez de Budapest

Candela Francisco, ajedrecista argentina, presente en las Olimpíadas de Budapest
Candela Francisco, ajedrecista argentina, presente en las Olimpíadas de Budapest - Créditos: @Santiago Cichero/AFV

La Olimpíada de ajedrez se disputa en Budapest, capital de Hungría, un país de una larga tradición ajedrecística. Prácticamente desde los comienzos del ajedrez competitivo organizado, siempre hubo maestros húngaros de primer nivel mundial. Tal vez, la mayor hazaña de Hungría como país ajedrecista ocurrió en Buenos Aires, en la Olimpíada de 1978, que se disputó en las instalaciones de River Plate. Recuerdo haber ido como espectador a la última fecha. Ese día Hungría logró lo imposible: rompió la racha de doce Olimpíadas consecutivas ganadas por la Unión Soviética (todas en las que había participado).

Liderados por el eminente Lajos Portisch, los húngaros rompieron todos los pronósticos. La irrupción de las hermanas Polgar en los ochenta fue otro hito del ajedrez húngaro. Ahora hacen las veces de organizadores, y abren sus brazos al mundo del ajedrez. La FIDE decretó la exclusión de Rusia, como viene siendo habitual en las competiciones ecuménicas. Me parece absurdo.

En este caso con el agravante de que Rusia es el país ajedrecístico por excelencia. De este modo, el favorito es Estados Unidos, que cuenta entre sus filas a un filipino, So; a un cubano, Domínguez, a un armenio, Aronian. El dinero lo compra todo. Por nuestra parte,  Argentina, preclasificada 33, presentó un equipo masculino debilitado por la ausencia del primero del ranking, Sandro Mareco, y recordando que Alan Pichot representa a España. Son de la partida: Fernando Peralta, confiable primer tablero; Rubén Felgaer, jugador de calidad, pero que es una incógnita porque vuelve de una larga inactividad; y luego Leandro Krysa, Diego Flores, y Tomás Sosa, de muy buenas prestaciones en España, y que hace su debut olímpico.

Pasadas tres rondas, los resultados fueron los previsibles: triunfos ante la Isla de Man y Nueva Zelandia; y derrota ante Polonia. El equipo femenino pinta bien; están Candela Francisco, un cheque al portador; María José Campos y Anapaola Borda, dos jugadoras de calidad; la veteranísima, y leyenda del ajedrez argentino, Claudia Amura; y Belén Sarquis. Empezaron con categóricos triunfos por cuatro a cero ante Marruecos y Venezuela; y un meritorio empate ante Azerbaiyán, equipo muy superior en ranking al argentino. Pero la Olimpíada no es como empieza, sino como termina. Así que los ánimos deben estar templados, el nivel de juego debe fortalecerse con el correr de las rondas, y que la suerte sea favorable.