América Latina está marcada por conflictos entre hermanos: Tola

GUADALAJARA, Jal., mayo 27 (EL UNIVERSAL).- El mal absoluto para América Latina no es un enemigo exterior, como en Europa fue el nacismo, dijo el escritor y ensayista Raúl Tola citando al narrador Héctor Abad Faciolince, y aseguró que la actualidad de Europa está marcada por las guerras, por los conflictos entre dos países o entre varios países, sin embargo, "la actualidad en América Latina no está marcada por los conflictos entre naciones distintas, sino por los conflictos entre hermanos; es decir, la violencia en América Latina se genera dentro de los países".

Durante el diálogo "La guerra y la guerrilla: Europa y América Latina en el espejo", en el marco de la tercera jornada de la V Bienal Mario Vargas Llosa que se desarrolla en Guadalajara, dijo que en Iberoamérica nos matamos entre hermanos básicamente "y, digo Iberoamérica porque creo que este fenómeno se extiende a España que vive todavía las consecuencias de la guerra civil española, se sigue debatiendo, y se escribe más que antes sobre la guerra civil española, a partir de 'Soldados de Salamina' y luego Almudena Grandes".

El escritor que sostuvo un diálogo con Giovanna Pollarolo, Carlos Granés y Rosa María Palacios dijo, que hay una narrativa nacida de esa violencia, en Perú, "Abril Rojo", de Santiago Rocangliolo, e "Historia de Mayta", de Mario Vargas Llosa.

Citó además que en el caso de Colombia, que es una violencia interna, una violencia que tiene arraigo de esos 50 años hasta los acuerdos de Paz, ha generado novelas como "Rosario Tijeras", de Jorge Franco; "El olvido que seremos", de Héctor Abad Faciolince; o "La virgen de los sicarios", Fernando Vallejo, con toda esa literatura sobre el narco, la guerrilla y los paramilitares.

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"En el caso de México, está el crimen organizado que controla el 40% del país y ha causado centenares de miles de muertos en los últimos años y que ha producido novelas como 'Los trabajos del reino', de Yuri Herrera, y muchísima literatura sobre el narco y violencia generada por el crimen organizado", señaló Tola.

El autor de "Flores amarillas" y "La noche sin ventanas", aseguró: "tenemos en América Latina una realidad muy marcada por esta forma de conflicto, que si bien no tiene los números atroces y horripilantes de la Segunda Guerra Mundial, que tuvo entre 50 y 60 millones de muertos, se trata de otra forma de violencia, una forma de violencia que no enorgullece a nadie, que claramente no hay vencedores ni vencidos dentro de estos procesos, porque nos hemos estado matando entre hermanos. Es esta realidad tan terrible y tan latinoamericana".

Esto a propósito del planteamiento de la periodista peruana Rosa María Palacios, quien aseguró que en su país vivió una guerra armada interna que duró 20 y que dejó 65 muertos y que terminó con el triunfo de la democracia sobre la subversión y el totalitarismo y con vencedores y vencidos, y en el caso de Colombia con 50, 60 años que termina con un proceso más bien de paz, donde no hay ni vencedores ni vencidos, y ante esa realidad la pregunta fue ¿qué efecto ha tenido en nuestra literatura?

Para Carlos Granés, el tema de la violencia ha estado muy presente en la literatura colombiana, "creo que más incluso que la violencia guerrillera ha sido la violencia que se desató con el asesinato de Gaytán en 1948 y que dio inicio a una primera ola de violencia y de barbarie descomunal y que metió a Colombia en un bucle de intolerancia, de violencia brutal del que no hemos salido".

Dijo que la violencia de Colombia se diferencia de muchos países de la región porque no inicia en el 59, con la eclosión de todas las guerrillas en el continente, que se dieron en esa fecha bajo el hechizo de la revolución cubana, y que esa violencia ha dado pie a mucha literatura, entre la de García Márquez, quien se nutre muchísimo de la literatura que se hace en esa época y que seguido con la que Héctor Abad Faciolince llama la "sicaresca antioqueña" que produjo un sinfín de novelas con protagonistas de la violencia producida por el narco. La última escrita por Juan Gabriel Vásquez, "El ruido de las cosas al caer".

Por su parte, Giovanna Pollarolo, aseguró que la violencia de género fue tremenda en la época de Sendero Luminoso, de los dos lados, “tenemos en verdad una literatura bastante abundante que da cuenta de esto. Yo diría que no es novela, pero un libro que me parece bastante útil es un estudio que se llama 'Entre prójimos', de Kimberly Theidon, una guerra atroz de la que la literatura, el cine y las artes en general se están dando cuenta bastante temprano".