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Demócrata: El comportamiento "demencial" de Trump promueve un proyecto de ley para crear un panel que podría destituirlo

El presidente Trump y el miembro de la Cámara de Representantes, Jamie Raskin. (Foto ilustrada de Yahoo Noticias, fotos: AP, Getty)
El presidente Trump y el miembro de la Cámara de Representantes, Jamie Raskin. (Foto ilustrada de Yahoo Noticias, fotos: AP, Getty)

WASHINGTON – Un demócrata de la Cámara de Representantes describe el comportamiento reciente del presidente Trump como “completamente extraño y demencial” y asegura que está consiguiendo nuevos apoyos para aprobar una legislación que cree un panel designado por el Congreso con potestad para declarar al presidente psicológicamente incapacitado y destituirlo del cargo bajo la Vigésimo quinta Enmienda.

Si bien la medida propuesta sigue siendo una posibilidad remota, los eventos de los últimos días han “estimulado” el interés en el proyecto de ley de la Vigésimo quinta Enmienda, que ahora cuenta con 65 copatrocinadores, dijo en una entrevista para el podcast de Yahoo Noticias “Skullduggery” el demócrata por Maryland y miembro de la Cámara de Representantes desde hace un año Jamie Raskin, quien presentó el proyecto de ley.

“Las personas que rodean al presidente afirman que su comportamiento es completamente inestable, errático e impredecible”, dijo Raskin. “Incluso hay quienes presumen de socavar las órdenes del presidente porque son demenciales. Me parece suficiente evidencia de que existe un problema muy serio de capacidad para ejercer satisfactoriamente su poder y los deberes del cargo”.

La idea de invocar la Vigésimo quinta Enmienda recibió un nuevo impulso esta semana después de que un ”alto cargo” anónimo de la administración Trump escribiera un artículo de opinión en el New York Times afirmando que durante los primeros días de la administración hubo “comentarios de gabinete” sobre la posibilidad de invocar la disposición pero que los potenciales rebeldes no siguieron adelante por temor a precipitar “una crisis constitucional”.

Raskin presentó su medida por primera vez en abril de 2017 para destacar un error que pasó desapercibido en el Congreso sobre la implementación completa de la Vigésimo quinta Enmienda. La enmienda, ratificada en 1967 para abordar cuestiones de la sucesión presidencial, creó nuevos mecanismos para forzar la destitución de un presidente por motivos médicos o psiquiátricos. Se trata de un proceso completamente independiente a la moción de censura al presidente por “grandes crímenes y faltas menores”.

Conforme a la Vigésimo quinta Enmienda, si la mayoría del gabinete junto con el vicepresidente concluyeran por escrito que el presidente es “física o mentalmente incapaz de cumplir con los deberes y obligaciones de su cargo”, él o ella puede ser destituido y reemplazado por el vicepresidente. Si el presidente impugnara la decisión, el Congreso tendría potestad para mantener la destitución, siempre que lo ratifiquen dos tercios de la Cámara y el Senado.

Sin embargo, Raskin, ex profesor de derecho constitucional y miembro del Comité Judicial de la Cámara, notó que, además de facultar a la mayoría del gabinete para realizar la designación inicial de incapacidad, la Vigésimo quinta Enmienda también autoriza a “cualquier otro cuerpo que el Congreso autorizara por ley” a hacerlo. Sin embargo, en los 51 años de vigencia de la Vigésimo quinta Enmienda, el Congreso nunca ha creado un organismo de este tipo.

El proyecto de Raskin llenaría ese vacío creando una “Comisión para Supervisar la Capacidad Presidencial”. Sería un panel no partidista designado por los líderes del Congreso y formado por cuatro médicos, cuatro psiquiatras y otros tres miembros, como antiguos presidentes, vicepresidentes u otros altos funcionarios de los Estados Unidos. Si el Congreso se encargara de dirigir la comisión a través de una resolución conjunta, ésta incluso estaría facultada para examinar médicamente al presidente y “determinar si está incapacitado mental o físicamente”.

Raskin le reveló a “Skullduggery” que las declaraciones recientes, es decir, el artículo de opinión del New York Times, que también se refirió a la existencia de altos funcionarios dentro de la administración que frustran las iniciativas del presidente debido a sus preocupaciones por su comportamiento errático, así como el nuevo libro del legendario reportero Bob Woodward que detalla los arrebatos aparentemente irracionales de Trump, solo han subrayado la necesidad de que el Congreso actúe en consecuencia.

“Cuando explicamos este asunto por primera vez, muchas personas decían: ‘¿Cómo te atreves a hablar sobre la salud mental del presidente en público?’”, contó Raskin. “Pero en realidad no lo estábamos haciendo. Hablábamos de incapacidad, que es una cuestión diferente. Ahora todo el país dice: ‘Dios mío, ¿qué vamos a hacer?’”

Comentó además que uno de los indicios más inquietantes de la incapacidad del presidente es la inclinación de Trump por “buscar pelea con ciudadanos individuales, pelearse con líderes de países extranjeros, poner sobrenombres, insultar, abusar de forma impulsiva e impetuosa de las personas y provocar constantemente a los demás. Eso me parece un comportamiento completamente extraño y demencial”.

Michael Isikoff