Democracia ecuatoriana bajo asedio del populismo extremo, adiverte ex presidente

Las democracias latinoamericanas son asediadas por una izquierda aristocrática que bajo el formato del populismo busca establecer crueles dictaduras a lo largo del continente, siendo actualmente Ecuador el más nuevo campo de batalla en este enfrentamiento, dijo el ex presidente de ese país, Osvaldo Hurtado.

El ex gobernante, quien se encontraba esta semana en Miami para promocionar su libro sobre la reaparición de las dictaduras latinoamericanas, advirtió que el populismo izquierdista en el Ecuador cuenta con los votos en la Asamblea Nacional para destituir al actual presidente, Guillermo Lasso, pero que por suerte la decisión debe pasar por manos de la Corte Suprema de Justicia, y ésta podría detener la eventual destitución del jefe de Estado.

Esto se produce luego que Ecuador lograra recuperar la democracia tras culminar la presidencia del socialista Rafael Correa, pero sus partidarios siguen siendo una importante fuerza dentro del país andino y actualmente han emprendido una nueva ofensiva para recuperar el poder, dijo Hurtado en una entrevista con el Nuevo Herald.

“En Ecuador afortunadamente logramos recuperar la democracia, pero hoy existe un asedio del correísmo para liquidar la democracia y tomarse el poder por asalto, cuyo primer paso es la destitución injusta e inconstitucional del presidente de la república”, dijo Hurtado, quien presentó su libro esta semana en la Universidad Internacional de la Florida (FIU), en un evento auspiciado por el Instituto Interamericano para la Democracia.

El Consejo de Administración Legislativa de la Asamblea Nacional de Ecuador ratificó el lunes la solicitud de juicio político contra Lasso, y remitió la causa a la Corte Constitucional para que evalué la legalidad de la acusación. De recibir el visto bueno, el proceso pasaría nuevamente a la Asamblea Nacional, donde la destitución requeriría el respaldo de 92 de los 137 asambleístas.

Hurtado, cuyo libro Dictatorships in Twenty-First-Century Latin America ya está disponible en Estados Unidos, comentó que este es el tercer intento de destituir a Lasso, quien ha estado bajo asedio desde que llegó a la presidencia hace menos de dos años.

En el primer intento, las fuerzas al servicio del populismo discutieron su destitución, imputandole la tenencia de fondos depositados en paraísos fiscales. Ese intento no tuvo éxito, dijo Hurtado.

Luego se produjo una violencia generalizada en la región andina del país, organizada por el movimiento indigena. “Le acusaron de ser responsable del caos político nacional, pero también fracasaron”, agregó.

“Este es el tercer intento y ahora le acusan sin base jurídica, sin base real, de haber incurrido en un acto de corrupción que no existe”, dijo. “Y lo van a destituir, pero afortunadamente en este caso requieren de que la corte constitucional”, dijo.

Los encarnizados ataques contra la democracia ecuatoriana son atribuibles, al menos parcialmente, al hecho de que en la mayoría de países latinoamericanos las organizaciones de izquierda no son democráticas, como puede ser visto en países europeos.

Son organizaciones políticas que “usan la democracia para llegar al poder y una vez que se instalan en él, no importan los medios, los procedimientos y las acciones, si son morales, si son éticas o si son criminales, todo es legítimo para conservarse en el poder”, señaló.

Los ejemplos de ésta práctica abundan a lo largo de la región, dijo. Es el caso del chavismo en Venezuela, del orteguismo en Nicaragua, el correísmo en Ecuador, del moralismo en Bolivia y “de alguna manera, esto comienza a suceder en México”, dijo.

Es una situación que está condenando a muchos de los países de la región a años de estancamiento.

“América Latina hoy podría ser un continente desarrollado. En el que no exista la pobreza, donde hayan iguales oportunidades, donde no haya división de clases tan rígidas como existen en el continente latinoamericano”, comentó.

“Pero hoy en Venezuela el 90% de sus habitantes son pobres”, agregó. “En Nicaragua, los clérigos de la iglesia católica son encarcelados o son desterrados y en Bolivia, buena parte de la oposición está en el exilio o está en la cárcel”.