Demencia: cómo reconocer las primeras señales, qué hacer para reducir el riesgo y cuál es la fuerte advertencia de la OMS

No hay prevención para la demencia, pero sí hay maneras de reducir el riesgo de desarrollarla
No hay prevención para la demencia, pero sí hay maneras de reducir el riesgo de desarrollarla - Créditos: @Getty Images

WASHINGTON.- En el mundo hay más de 55 millones de personas que viven con demencia, y para 2050 ese número se multiplicará casi por tres: serán 150 millones, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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Hace unos meses, por ejemplo, le diagnosticaron demencia a la exprimera dama norteamericana Rosalyn Carter, de 95 años.

Ante ese aumento de los casos, los especialistas recomiendan tomar la iniciativa y dar pasos para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. Entre esas sugerencias, se destacan la actividad física sostenida en el tiempo, un estilo de vida saludable, y la socialización y el contacto con otras personas, según un artículo de 2020 publicado en la revista científica The Lancet.

¿Puede prevenirse la afección?

No hay prevención para la demencia, pero sí hay maneras de reducir el riesgo de desarrollarla. En ese sentido, el artículo de The Lancet recomendaba:

  • Actividad física sostenida a lo largo de la vida

  • Control de la presión arterial y la diabetes

  • No fumar

  • No tener sobrepeso

  • Restringir el consumo de alcohol

  • Evitar exponerse a la contaminación

  • Mantenerse socialmente activo

Hay alguna evidencia de que la vacuna contra ciertos virus —el de la gripe, por ejemplo—, reduce el riesgo de Alzheimer, señala el neurólogo Paul E. Schulz, autor de uno de esos estudios y director del Centro de Desórdenes Neurocognitivos de la Escuela de Medicina McGovern de la Universidad de Texas en Houston.

Según las investigaciones de Schulz, tres dosis anuales de vacuna contra la gripe reducen un 20% el riesgo de demencia en los próximos cuatro a ocho años. Con seis dosis anuales, dice Schulz, ese beneficio se duplica al 40%.

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¿Qué es la demencia?

El termino demencia refiere a una pérdida de la función cerebral que afecta la memoria, el pensamiento, el lenguaje, la capacidad de juicio y el comportamiento, y que en determinado momento hace que la persona sea incapaz de valerse por sí misma. Estos síntomas son características de varias enfermedades cerebrales degenerativas, como el Alzheimer, tal vez la más extendida.

“Las personas pierden funciones cognitivas previamente adquiridas, como la memoria, el juicio, o la conciencia espacial”, dice Gill Livingston, profesora de gerontopsiquiatría de la University College de Londres y una de los autoras del artículo de The Lancet. Para calificar como demencia, esa perdida “tiene que ser lo suficientemente grave como para afectar las actividades de la vida diaria, como manejar dinero, ir de compras, cocinar, o funcionar socialmente”, apunta.

Los síntomas son resultado del deterioro de la sinapsis neuronal y posterior muerte de las células cerebrales, según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, Estados Unidos. Todo el mundo pierde neuronas con el tiempo, pero en los pacientes con demencia esa pérdida es más extendida.

El riesgo de demencia aumenta significativamente después de los 65 años, pero no es un resultado inevitable del envejecimiento.

“La demencia no es el envejecimiento normal”, explica Christine Kistler, profesora adjunta de medicina geriátrica y familiar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte. “La demencia es una enfermedad”.

Además, la exprimera dama Rosalyn Carter recién desarrolló demencia a los 95 años, “pero la mayoría de las personas no viven hasta esa edad”, dice Livingston. “La demencia suele presentarse antes, alrededor de los 80 años, pero también puede darse en personas jóvenes y en personas muy ancianas.”

En Estados Unidos, hay unas 200.000 personas menores de 65 años que sufren de Alzheimer precoz, o de “inicio temprano”.

El expresidente Jimmy Carter y su esposa, la ex primera dama Rosalynn Carter, que padece de demencia
El expresidente Jimmy Carter y su esposa, la ex primera dama Rosalynn Carter, que padece de demencia

¿Cuáles son las primeras señales y los primeros síntomas?

A medida que envejecemos, recordar o recuperar información requiere más tiempo y esfuerzo, y a veces necesitamos un ayudamemoria o una pista, dice Andrew Budson, profesor de neurología en la Universidad de Boston y jefe de neurología cognitiva y conductual del Boston Healthcare System.

“Deja de ser normal cuando no nos acordamos algo que conocíamos bien y nos dan pistas para ayudar a recordarlo”, dice Budson. “En este último caso, las personas suelen repetir las mismas preguntas o le cuenten la misma historia a la misma personas una y otra vez.”

Estos cambios en la capacidad o la personalidad “suelen darse de manera sutil, y muchas veces la persona con demencia no se da cuenta, pero sí quienes los rodean”, indica Livingston.

La demencia no es lo mismo que el “deterioro cognitivo leve” (DCL), la etapa temprana de la pérdida cognitiva y de la memoria que por lo general no es lo suficientemente grave como para afectar la vida diaria de una persona.

Algunas personas con DCL luego desarrollan demencia, pero un porcentaje muy grande no, señala Schulz. Una persona puede mostrar deficiencia en un área, pero eso no afecta su funcionamiento cotidiano: alguien con pérdida de memoria de corto plazo, por ejemplo, que sigue yendo a trabajar.

Según Kistler, alrededor de un 25% de esas personas vuelven a la normalidad.

¿Cómo se diagnostica?

Ante la sospecha, sea de uno mismo o de un familiar, hay que ser evaluado por un médico, dice Kistler. “También hay pruebas de memoria y otros diagnósticos que son más completos, varias horas de pruebas cognitivas intensas, que realizan los neurólogos.”

Las tomografías del cerebro y otros análisis, de sangre y de líquido cefalorraquídeo, pueden detectar cambios evidentes en el cerebro e identificar la presencia de ciertas sustancias relacionadas con la demencia. Pero los resultados pueden ser engañosos, dice Kistler.

“En algunos pacientes las neuroimágenes dan muy mal, pero no hay manifestaciones externas de demencia, y hay otros cuyos cerebros parecen estar bien, pero tienen síntomas evidentes de demencia. Esas estudios son útiles, pero no son garantía de nada.”

¿Cuáles son los factores de riesgo?

  • Proteínas cerebrales e inflamación: en la enfermedad de Alzheimer, que representa hasta el 80% de los casos de demencia, se produce una acumulación anormal de las proteínas naturales (placas amiloides y Tau) que alteran la función celular. Las neuronas pierden sus conexiones y eso dificulta el envío de mensajes a otras regiones del cerebro.

  • Eda: el riesgo aumento con la edad, especialmente a partir de los 65 años. Para el Alzheimer, el riesgo se duplica cada cinco años, y casi un tercio de las personas mayores de 85 corren riesgo de desarrollar la enfermedad.

  • Antecedentes familiares: las personas con un pariente de primer grado —padre, madre, hermano— con Alzheimer tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad, un riesgo que aumenta cuando están afectados varios miembros de la familia.

  • Genes: los científicos han identificado alrededor de 30 variantes genéticas vinculadas a la demencia, cada una con un riesgo de alrededor del 1%. Genes como el APOE-e4 y mutaciones como la del precursor de las proteína amiloides (APP), presenilina-1 (PSEN1) y presenilina-2 (PSEN2) son marcadores de riesgo de desarrollar Alzheimer.

  • Factores ambientales: cada vez hay más evidencias de que la exposición a la contaminación del aire es uno de los principales coadyuvantes de la demencia. Algunas investigaciones también han analizado la incidencia de los metales tóxicos, los pesticidas y la deficiencia de vitamina D.

  • Lesiones cerebrales traumáticas: suelen ser resultado de un golpe, una caída —las personas mayores son especialmente vulnerables—, o de accidentes de tránsito. Los estudios sugieren que sufrir una lesión cerebral traumática de moderada a grave puede aumentar las probabilidades de desarrollar demencia. Entre esos riesgos, entonces, quedan incluidos los deportes de choque, que pueden causar encefalopatía traumática crónica, una patología asociada a los jugadores de fútbol.

  • ACV: tener uno o varios accidentes cerebrovasculares o cualquier otro tipo de hemorragia que interrumpa el flujo de sangre al cerebro puede provocar demencia vascular.

  • Hipoacusia y aislamiento social: algunos expertos creen que la pérdida de audición aumenta el riesgo de demencia porque genera aislamiento social, y que el uso de audífonos anula ese riesgo. Sin embargo, Kistler aclara que “en realidad no sabemos qué viene primero: si la pérdida auditiva conduce a la demencia o si la demencia conduce a la pérdida auditiva”.

  • Síndrome de Down: muchas personas con síndrome de Down desarrollarán Alzheimer precoz en la mediana edad. Las autopsias han revelado que a los 40 años, el cerebro de casi todas las personas con síndrome de Down tienen altos niveles de placas de beta-amiloide y ovillos de proteínas Tau, sello inconfundible de la enfermedad de Alzheimer. Los científicos también están estudiando los factores genéticos, específicamente la influencia del precursor de la proteína amiloide.

¿Cuáles son los diferentes tipos de demencia?

  • Enfermedad de Alzheimer: inicialmente, el daño ocurre en partes del cerebro responsables de la memoria, la corteza entorrinal y el hipocampo, luego, más tarde, en áreas de la corteza cerebral, incluidas las asociadas con el lenguaje, el razonamiento y el comportamiento social, según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.

  • La demencia frontotemporal o FTD, a diferencia del Alzheimer, es más frecuente entre los adultos de entre 45 y 64 años, y es producto del daño neuronal en los lóbulos frontal y temporal del cerebro. La sintomatología suele presentar actitudes inusuales, trastornos emocionales, imprudencia o temeridad, problemas en el trabajo y dificultad para comunicarse.

  • La “demencia con cuerpos de Lewy” está asociada con cúmulos anormales de la proteína alfa-sinucleína en el cerebro, llamados cuerpos de Lewy, que producen cambios en las sustancias químicas, con alteraciones motrices, en el pensamiento, el comportamiento y el estado de ánimo. La enfermedad de Parkinson, un trastorno común del movimiento, es un factor de riesgo para la demencia con cuerpos de Lewy, al igual que el trastorno de conducta durante el sueño REM (TCSR), una alteración en la que el cuerpo sigue activo durante el sueño.

  • La demencia vascular es causada por trastornos que afectan los vasos sanguíneos del cerebro, como una trombosis o un derrame cerebral. Alrededor del 10% de todos los casos de demencia están relacionados con ACV o alguna otro problema que afecta el flujo sanguíneo al cerebro.

  • La demencia mixta se da, por ejemplo, cuando una persona con Alzheimer sufre un derrame cerebral, resultando en una demencia vascular. Las personas mayores de 80 años son especialmente vulnerables a una combinación de demencias.

  • Efectos secundarios de algún medicamento. Hay muchas enfermedades y efectos secundarios de medicaciones que pueden producir síntomas similares a los de la demencia, pero una vez identificados suelen ser reversibles.

¿Hay tratamiento para la demencia?

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha aprobado varias drogas para tratar el avance y los síntomas de la demencia, incluido un fármaco para tratar la agitación vinculada con la demencia. Pero todos esos medicamente, advierte Kistler, “pueden causar significativos efectos colaterales”.

Por Marlene Cimons

(Traducción de Jaime Arrambide)