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Delirio por el fútbol: matrimonios rotos, bodas arruinadas, tumbas en estadios y otras locuras por culpa de la pelota

En estos días se hizo viral en la redes, particularmente entre los amantes del fútbol, un divertido video de una pareja argentina ficticia que recoge las tensiones familiares que genera el fútbol en general, y el Mundial en particular.

Al pobre protagonista se le cae el mundo cuando se da cuenta de que la boda del primo de su media naranja cae en medio de la cita mundialista. Ella no acaba de entender cuál es el problema si ese día ni siquiera juega Argentina, sino que hay un México-Corea del Sur. La discusión en que se enzarzan no tiene desperdicio y le sonará muy familiar a los amantes del balompié, así como a sus sufridos parientes, a los que a menudo les toca sufrir la locura que genera la pasión por la pelota de cuero.

Lo que puede parecer una caricatura parece un episodio sacado de la vida real para organizadoras de boda como Pilar Rosas, una de las responsables de la firma de papelería nupcial Mylola en Barcelona. Recuerda muy bien unas nupcias que ayudó a preparar en 1994 y que coincidió inesperadamente con la jornada en que se decidía el título de campeón de la Liga española entre el FC Barcelona y el Deportivo de La Coruña.

“Esa es la primera prueba de fuego de la pareja: ella te va diciendo ‘nada de fútbol por favor’ y él te va diciendo ‘al menos que podamos saber cómo va el partido’”, contó.

Asegura que la ceremonia fue muy bien, pero cuando empezó el banquete la atención se fue desviando al fútbol. Aunque la novia había vetado la entrada de radios portátiles –es la era premóviles– en las mesas se podían ver. Hasta el punto de que en un momento crucial, cuando un jugador del Deportivo falló un penalti que le dio el campeonato a los blaugrana, la mitad de los invitados saltaron de alegría.

“Se acabó la boda. No pastel, no baile, no nada. La novia enfadadísima porque pidió que no hubiera fútbol en su boda y la verdad es que el protagonismo de su boda se lo llevó el partido”, recordó Rosas.

Esa pareja, sea por el fútbol o por otra razón, ya no sigue casada.

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Algunos novios que comparten pasión por el balón o los ceden a las presiones de la pareja para que acomode su afición deciden casarse en un estadio. Así se puede hacer en el del RDC Español, en Barcelona, cuyas magníficas instalaciones han sido escenario ya de varios enlaces con trasfondo futbolero.

Judit Ibáñez, una de las responsables de marketing del club blanquiazul, contó que se han celebrado ceremonias y banquetes en medio del terreno de juego, y los posados para el fotógrafo oficial se realizaban en el marco de la portería, para simbolizar que marcaban “el gol de sus vidas”.

En particular recuerda una boda que se celebró el mismo día de la final de la Champions de 2016 que se disputaron el Real Madrid y el Atlético de Madrid. Los invitados, al llegar al banquete, preguntaron si había una pantalla de televisión, contó.

“Al llegar la hora del banquete, los camareros no tenían a quién servir. Todos los invitados se habían ido a una salita en la que había una televisión”, señaló. “Lo más fuerte, lo peor es que hasta el novio se fue [allí]”.

Eso no fue todo. “Pero lo peor, peor de todo, es que cuando llegó el momento del baile nupcial, la novia estaba sola en la mesa. Cuando salió el pastel para cortarlo con el novio, la novia estaba sola en la mesa. No es que desapareciera el novio, es que desapareció la madre del novio, el padre del novio, la madre de la novia, el padre de la novia y los hermanos”, recordó.

Para empeorarlo, el partido fue a la prórroga y luego a penalties, en los que ganó el Real Madrid. “Siguen casados, y han tenido un bebé muy mono. Me consta que esa noche el novio durmió en el sofá”.

El estadio del Español no solo acoge bodas, acto o congresos. También puede ser el último lugar de reposo de los fanáticos más fieles del club catalán. En una de las puertas de acceso a las gradas, se ha construido un columbario en el que reposan las cenizas de socios de la entidad.

El individual cuesta unos $3,500, mientras que el familiar asciende a $5,800. Para los simpatizantes menos acaudalados, hay una zona comunitaria en la que se pueden depositar las cenizas del ser querido por unos $1,404.

“Aquí lo que nos mueve no es un jugador que cobre 200 millones de euros ($234 millones), es el sentimiento”, puntualizó Ibáñez. “Cuando falleces [reposan tus restos en el estadio] y uno de los días más bonitos de tu vida también lo quieres celebrar en el estadio”. Eso es pasión.