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La deforestación se aceleró enormemente en Corea del Norte en 2019

Seúl, 3 mar (EFE).- Corea del Norte ha perdido unas 233.000 hectáreas de bosque en los últimos 20 años debido al uso agrícola de suelo forestal, tendencia que se aceleró enormemente en 2019 posiblemente por la mala situación económica, según datos publicados hoy por una ONG.

Este volumen de deforestación, igual a unos 326.000 campos de fútbol, equivale a una disminución del 4,5% de la cobertura arbórea existente en 2000 en el hermético país asiático, según la red no gubernamental Global Forest Watch.

La cifra, elaborada a partir de imágenes tomadas por satélite, está por debajo de la pérdida del 9,7 % de cobertura arbórea que ha sufrido todo el planeta en su conjunto en los últimos 20 años, y es menor que la de países como España (11 %), México (7,5 %) o la propia Corea del Sur (4,7 %).

No obstante, preocupa el acelerón registrado en 2019, último año del que existen datos y que indican que en Corea del Norte se perdieron unas 27.500 hectáreas, 3,5 veces lo que se deforestó un año antes y el 12 % de toda la cobertura forestal desaparecida en el país desde 2000.

Este incremento tan brusco puede ser un indicativo del empeoramiento de la situación económica en el aislado y empobrecido país, cercado de manera creciente desde 2017 por las sanciones internacionales.

El 80 % de la masa forestal perdida en todo el país en los últimos 20 años corresponde a cuatro provincias, Ryanggang, Chagang, Hamgyong del Sur y Hamgyong del Norte, todas situadas en el vértice nor-noreste del país, el más montañoso y carente de grandes superficies para el cultivo.

Las cuatro fueron las más castigadas por la hambruna que golpeó al país en los noventa y que se cree que pudo dejar más de 3 millones de muertos.

Durante el periodo más duro, entre 1994 y 1998, se deforestaron cientos de miles de hectáreas para la obtención y venta de leña (que aún a día de hoy se emplea para cocinar, calentar casas o como combustible para camiones) y para crear parcelas de cultivo ante la escasez de alimentos.

El súbito incremento de la deforestación en 2019 parece apuntar a un aumento proporcional de estas prácticas, que a su vez hacen que el terreno pierda capacidad de absorción y empeoren enormemente las inundaciones que dejan las lluvias monzónicas cada verano, anegando aún más las ya de por sí escasas superficies agrícolas en los valles.

(c) Agencia EFE