Dedicó su vida entera a la Sierra Gorda de Querétaro. El resultado es este retrato mágico de un tesoro mexicano

Nota del editor: Llamado a la Tierra es una serie editorial de CNN comprometida con reportar los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta, además de mostrar las soluciones a esos retos. La Iniciativa Perpetual Planet, de Rolex, se ha asociado con CNN para crear conciencia y educación sobre los asuntos de sostenibilidad claves y para inspirar acciones positivas.

Roberto Pedraza Ruiz llegó a la Sierra Gorda, proveniente de la ciudad de Querétaro, cuando era un niño de apenas nueve años. Y allí echó unas raíces fuertes y profundas que lo han convertido no solo en un cuidador de esta área protegida, la más ecodiversa de México, sino en su principal retratador.

Hay conservacionistas y fotógrafos de naturaleza —el doble rol de Pedraza Ruiz— que se dedican a viajar, a recorrer el mundo en busca de paisajes y especies exóticas con las que tal vez soñaban de niños. Pedraza Ruiz hace exactamente lo contrario. “A mí nadie me mueve de aquí. Somos de aquí, aquí está nuestra raíz”, dice en diálogo con CNN en Español. Y eso determina la forma en que aborda su doble trabajo, ya que la “completa pertenencia” al territorio hace que su defensa de la sierra sea algo muy muy personal.

Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz
Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz
Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz
Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz

El resultado de un cambio “radical” de vida

Los padres de Pedraza Ruiz tenían una vida “convecional”, en la que les estaba yendo muy bien, cuando decidieron mudarse a la Sierra Gorda, ahora reconocida por la Unesco como la joya verde del país latinoamericano. “[La sierra] era muy distinta a ahora, entonces era muy agreste, muy silvestre, incomunicada. A algunas personas les parecería que era una vida dura, para nosotros fue lo más normal”, recuerda sobre la decisión que tomaron sus padres en la década de los ochenta, un cambio de vida que califica de “radical”.

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Entonces la madre —Pati Ruiz Corzo, Laureada de los Premios Rolex— se metió de lleno en la educación ambiental y el padre a hacer reforestación en lo que había sido el rancho ganadero de su abuelo. “Imagínate para el pobre de mi abuelo”, dice entre risas, “de ganadero el hijo se le vuelve vegetariano, vende las vacas” y empieza a plantar, bromea, ya que de hecho el abuelo reaccionó de manera muy madura a este cambio en el uso del suelo, según dice.

El padre, entonces, “comenzó a actuar como intermediario entre las instancias oficiales que poseían árboles para reforestación y los vecinos”, cuenta, y eventualmente la pareja, junto con aliados locales, creó el Grupo Ecológico Sierra Gorda. “Nació bien parido”, evalúa, precisamente porque es un movimiento de la comunidad local trabajando por la comunidad local.

Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz
Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz
Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz
Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz

De la reforestación al combate de los incendios

Desde chico, Roberto Pedraza se involucró en la conservación de la Sierra Gorda, ubicada en el corazón de México (uno de los países denominados “megadiversos”, con más de 108.000 especies descritas). “Yo crecí como reforestador”, cuenta: le tocaba cargar las camionetas y repartir los árboles, entre otras tareas. Pero desde entonces el foco ha cambiado.

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“Ahora soy combatiente de incendios forestales, porque la pauta te la va marcando el cambio climático”, dice.

El año pasado la sequía casi los quiebra. Hubo “cientos de comunidades sin agua porque no llueve” y sufrieron olas de calor consecutivas. También se han tenido que enfrentar anteriormente a brotes del gusano descortezador que hace estragos.

El fotógrafo oficial de la Sierra Gorda

Además de su trabajo como conservador, Pedraza Ruiz lleva más de una década retratando la Sierra Gorda.

Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz
Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz

El foco en la fotografía comenzó en un viaje a Londres organizado por un socio británico del grupo que ha cooperado para la conservación de este ecosistema privilegiado.

Estaba haciendo una presentación de PowerPoint, apareció en una diapositiva una foto de un jaguar muy básica, de una cámara trampa, y observó cómo le cambió la cara a los asistentes a la reunión: la imagen los había enganchado.

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Entonces Pedraza Ruiz, que no había incursionado en la fotografía analógica porque tenía reservas con el costo ambiental de los químicos del revelado, se compró una cámara digital y empezó, hace 15 años, a fotografiar su tierra.

“Se ha convertido en una excelente herramienta”, explica, que se retroalimenta con su trabajo de cuidado: “Tengo la fortuna de ser conservacionista desde antes de una organización que da eco y amplifica el efecto de las imágenes”.

“Nadie había fotografiado la Sierra Gorda”, explica, haciendo un repaso de la riqueza de esta área que ha podido captar con su lente: “aquí en mi traspatio tengo desiertos con 65 millones de años de antigüedad, bosques de coníferas, donde nevaba regularmente, y tenemos abetos Duglas, que es el árbol más común en las Montañas Rocallosas de Estados Unidos y Canadá […], tenemos vestigios de los bosques de niebla de este país, el ecosistema más rico y más amenazado de México, dos variantes de bosques tropicales, bosques ribereños”.

“Para mí, ha sido un lujo explorarlos ya con mi cámara, como nativo, que los conozco con la palma de mi mano, y por eso he tenido la fortuna, sin ser botánico ni taxónomo, de encontrar especies nuevas para las ciencias. Porque sí tengo un ojo entrenado”, explica.

Sus raíces le han permitido tener “una mirada muy íntima” de los ecosistemas. “Si quiero hacer guacamayas verdes, ya sé dónde duermen, dónde están ahorita una migración local, llegan a la puerta de mi casa, entonces eso te libera mucho. Y las conoces perfectamente, entonces es más fácil fotografiar”.

Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz
Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz

Poner las imágenes a trabajar

¿Qué mensaje tiene Pedraza Ruiz para aquellos que están interesados en la fotografía y la conservación de la naturaleza? “Que se muevan ya, porque yo como fotógrafo de naturaleza me estoy quedando sin modelo, y lo noto. O sea, si quieres hacer fotos de naturaleza, tienes que hacerla ahorita y poner tus imágenes a trabajar”.

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Y no se trata solo de hacer clic: “Si haces fotos, ponlas a trabajar, [a] darle un sentido de conservación a tus imágenes. Porque si no, incluso la fotografía puede ser una amenaza para especies amenazadas”, dice, apuntando contra el retrato excesivo de ciertas especies que no necesariamente redunda en una mejora de sus posibilidades de supervivencia.

“Cuando es algo tan mercantilizado como los lobos de Yellowstone o los tigres en la India, que es una hilera larga de vehículos con decenas de fotógrafos y la misma foto, ¿qué sentido tiene ese?”, se pregunta.

Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz
Imagen cortesía de Roberto Pedraza Ruiz

Pedraza Ruiz sabe que habla desde un “nicho muy privilegiado” porque es hasta ahora el único dedicado al retrato de la Sierra Gorda.

Cuando se le pregunta qué es lo que más le gusta de su hogar, no demora en responder: “Ser parte como célula de un gran organismo vivo que es la sierra. Y no ser una célula cancerosa, eso me da mucho gusto”.

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