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Djokovic dedica una mirada matadora a un aficionado de Federer durante su partido


El debut de Novak Djokovic en Roland Garros fue más que satisfactorio: venció en tres sets rápidos (6-0, 6-2 y 6-3) al sueco Mikael Ymer (80 del mundo) y avanzó a la segunda ronda en París después de una hora y media de partido en el techo cerrado en la cancha Philippe Chatrier. Pero a pesar de su gran partido, el número uno del mundo vivió una nueva situación de tensión en la que implícitamente otra vez estuvo involucrado Roger Federer, quien no volverá a jugar en todo el año por la rehabilitación de su rodilla derecha.

Tan sólo diez días atrás, el tenista serbio ya había tenido una tarde a puro nerviosismo en el ATP Masters 1000 de Roma, que luego conquistó. En el duelo de cuartos de final ante el alemán Dominik Koepfer, le gritó a una jueza que le corrigió una bola, se molestó con el umpire que lo llamó "Federer" al concluir un juego y estrelló una raqueta contra el polvo de ladrillo. Ahora, tras su debut victorioso en Roland Garros, el suizo volvió a aparecer sin quererlo en el camino de Djokovic: en un duelo que dominó sin problemas de principio a fin, se encaró y se molestó con un fan de Roger en la grada que celebró un punto en contra del serbio.


Claro que no fue lo único en derredor del serbio. En primer lugar, en el tercer set, con un 3-2 a su favor, Nole recibió un punto que ya está siendo catalogado como uno de los mejores del torneo: una espectacular "Gran Willy" de espaldas de Ymer que lo dejó boquiabierto. El serbio respondió con aplausos, felicitando al rival. Pero las buenas ondas le duraron poco. En el siguiente juego se cruzó con un aficionado de la tribuna que llevaba una gorra de Federer y festejó un error suyo que dejó el marcador 30-30.

Djokovic le clavó la mirada durante varios segundos sin decirle nada y lo pudo divisar fácilmente ya que hay un tope de 1000 espectadores por jornada en las instalaciones parisinas. Así, mientras se pegaba raquetazos sacudiendo la tierra de sus zapatillas, el número uno del mundo miró desafiante al hombre de la grada, que se sonreía, y luego, tras quebrar el saque de su rival y ponerse 4-3 en el último set, le lanzó un beso de forma irónica.

Finalmente, el serbio, después de conquistar el primer set con un contundente 6-0 en 20 minutos en el que sólo le dejó hacer siete puntos a su rival, alcanzó sin problemas su victoria número 32 en 33 partidos esta temporada, después de ser descalificado durante el US Open por lanzarle un pelotazo a una juez de línea.

"Evidentemente no es un Roland Garros normal, pero es realmente un placer jugar ante el público", comentó Djokovic, a pesar de un nuevo incidente en el que, sin quererlo, Federer volvió a cruzarse en su camino.