La debilidad de las corrientes del Atlántico pueden causar un impacto dramático en el mundo

La Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) es un gran sistema de corrientes oceánicas que transporta agua caliente desde los trópicos hacia el norte
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LONDRES.- El calentamiento global ha comenzado a poner en riesgo el sistema de corrientes del océano Atlántico, clave en la regulación del clima del hemisferio norte, el cual podría estar debilitándose hasta el punto de, pronto, provocar grandes cambios climáticos a nivel mundial, según un estudio científico que se dio a conocer este jueves.

La Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) es un gran sistema de corrientes oceánicas que transporta agua caliente desde los trópicos hacia el norte, hasta el Atlántico Norte. A medida que la atmósfera se calienta, debido al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, la superficie del océano retiene más calor. Un colapso del sistema podría tener graves consecuencias sobre los sistemas meteorológicos del mundo.

Los estudios recientes fueron realizados en Alemania y conducidos por el investigador Niklas Boers, del Instituto Potstdam de Investigación del Impacto Climático. Según indican los resultados, la AMOC está en su punto más débil desde hace más de 1000 años, pero no se sabe si el debilitamiento se debe a un cambio en la circulación de agua o si tiene que ver con la pérdida de estabilidad.

Esta última opción, según Boers, implicaría que “la AMOC se acerca a su umbral crítico, más allá del cual podría producirse una transición sustancial y, en la práctica, probablemente irreversible hacia el modo débil”.

El nuevo análisis, publicado en la revista Nature Climate Change, se basa en más de un siglo de datos de temperatura y salinidad del océano para mostrar los cambios significativos en las mediciones de la fuerza de la circulación.

Si la AMOC colapsa, aumentaría el enfriamiento del hemisferio norte, subiría el nivel del mar en el Atlántico y se profundizarían las precipitaciones en Europa y Norteamérica. También, habría cambios en los periodos de tormentas de Sudamérica y África, según la Met Office del Reino Unido, el servicio meteorológico nacional de la isla británica.

Si bien el análisis de Boers no sugiere exactamente cuándo podría ocurrir el cambio, otros modelos climáticos han indicado que la AMOC se debilitará durante el próximo siglo, pero que es poco probable que se produzca un colapso antes de 2100.

“La mera posibilidad de que el punto de inflexión de la AMOC esté cerca debería ser una motivación suficiente para que tomemos contramedidas”, dijo a The Washington Post el físico climático irlandés Levke Caesar, de la Universidad de Maynooth. “Las consecuencias de un colapso probablemente serían de gran alcance”, agregó.

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