De profesión: ‘despertador humano’

Hoy en día, cuando cualquiera de nosotros tiene que madrugar para ir a trabajar, salir de viaje o cualquier otra tarea que tenga que realizar, tan solo hay que programar el reloj despertador (ya sea de sobremesa o el que viene incorporado en los teléfonos móviles) a la hora que necesitamos levantarnos y nos despertada en el momento que suene. Así de sencillo.

Pero si nos ponemos a pensar en cómo lo hacían en la antigüedad para madrugar cuando no existían los despertadores, o no se tenían acceso a uno, nos encontramos con numerosos ejemplos que nos demuestra el modo en que se las ingeniaban para no quedarse dormidos.

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En la mayoría de casos (y a lo largo de cientos de años) era la propia naturaleza la que los despertaba, a través del canto del gallo (en aquellas zonas rurales) o tras asomarse los primeros rayos de sol que entraban por la ventana. Aunque cabe tener en cuenta que, antiguamente, no todo el mundo tenía un horario establecido para levantarse de la cama, sino que variaba dependiendo de la estación del año en la que se encontraban y la climatología.

No fue hasta el momento en el que surgió la industrialización, y con ella el ir a trabajar la mayoría de ciudadanos a sueldo de un patrón que les exigía cumplir un horario de entrada y salida, cuando empezaron a surgir los primeros problemas al no disponer de un despertador.

Así que, basándose en el antiquísimo ejemplo de cómo lo habían hecho hasta entonces los ejércitos, en el que un soldado se quedaba toda la noche de guardia (lo que comúnmente se conoce como ‘imaginaria’) y al amanecer era el encargado de despertar al resto de sus compañeros utilizando un tambor o corneta, comenzó a surgir en el siglo XIX la figura de los ‘despertadores humanos’.

Unos personajes que se dedicaban ir casa por casa para despertar a aquellos trabajadores que debían levantarse para acudir a sus puestos de trabajo.

Muchas son las poblaciones en las que un ‘knocker-up’ (término con el que eran conocidos en inglés) recorría las diferentes calles e iba avisando de que ya era la hora de ponerse en pie. La mayoría lo hacían llamando directamente a la puerta, pero en el caso de las casas de dos o más plantas que eran compartidas por diferentes familias, se ayudaban de una vara o caña de bambú con las que golpeaban una por una las diferentes ventanas de las habitaciones en las que dormían aquellos que debían ser despertados.

El oficio de ‘despertador humano’ era ejercido por personas jubiladas, policías que mientras realizaban sus guardias podían ganarse un sobre sueldo o algunas amas de casa que, por ejemplo, no habían conseguido un puesto de trabajo en la fábrica local y era una manera de ganarse la vida a cambio de las pequeñas propinas que al final de la semana.

Entre las docenas de peculiares ‘knocker-up’ que han existido podemos destacar a Mary Smith y su particular manera de despertar a sus conciudadanos: utilizando un canutillo en forma de cerbatana con la que disparaba, de un soplido, guisantes secos que impactaban contra los cristales de las ventanas y cuyo ruido despertaba a los que allí habitaban.

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La profesión de despertador humano en el Reino Unido desapareció (oficialmente) a mediados del siglo XX, cuando el precio de los relojes despertador de sobremesa comenzó a venderse por un módico precio y todos los hogares tuvieron uno.

Evidentemente había excepciones y algunas personas seguían prefiriendo ser despertadas por un ‘knocker-up’ con el que acordaba un precio y horario.

En España, por ejemplo, durante las décadas de los años 60 y 70 (del siglo XX) muchos fueron los serenos (cuerpo nocturno encargado de velar por la serenidad y tranquilidad de los barrios y que portaba las llaves de cada uno de los portales para abrir la puerta a aquellos vecinos que se la habían olvidado) que realizaron tareas de despertadores, sobre todo para avisar a aquellos profesionales que debían de levantarse a horas intempestivas (como los panaderos o repartidores) yendo a despertarlos a sus domicilios para que no se quedasen dormidos.

Fuentes de consulta e imágenes: mashable / yaestaellistoquetodolosabe / baldockhistory (pdf) / bbc / 18thcand19thc

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