De por qué podría ser bueno que los delfines viesen Bob Esponja

Delfín viendo la tele desde la ventana de su cubículo. (Crédito imagen Zoo Biology).
Delfín viendo la tele desde la ventana de su cubículo. (Crédito imagen Zoo Biology).

Justo el mismo mes en que las cenizas de Stephen Hillenburg (el creador de Fondo de Bikini y de todos sus habitantes, entre los que destaca Bob Esponja) han acabado en ese océano que tanto amaba, un rápido vistazo a la revista Science me ha provocado una sonrisa triste, pero sonrisa al fin y al cabo.

Y es que apuesto a que al malogrado Stephen le habría encantado saber que su colorida serie de dibujos ha captado la atención de millones de seres inteligentes en todo el planeta, entre los que incluyo también a los delfines mulares (Tursiops truncatus). Tan inteligentes son estos cetáceos, que sin una actividad “motivante” se aburren como ostras en cautividad, pese a adaptarse a ella mejor que otras especies (razón por la que solo se ven mulares en los delfinarios).

Pues bien, para salvarlos del aburrimiento en los tiempos muertos, investigadores del Dolphins Plus Marine Mammal Responder en Cayo Largo, Florida, han colocado una gran televisión pegada a una de las ventanas submarinas del vaso que los acoge, y les han mostrado una serie de vídeos para ver qué pasaba.

El público acuático, consistente en 11 delfines mulares y cinco delfines de dientes rugosos (Steno bredanensis), asistió por grupos a las proyecciones. Entre los programas que les mostraron había documentales de naturaleza (de la serie de la BBC “Planet Earth”) y también algunos capítulos protagonizados por el famoso cocinero del Crustáceo Crujiente, y sus típicos pantalones cuadrados. La idea era observar si los delfines preferían espectáculos oceánicos más o menos naturalistas.

Mientras los delfines veían la tele, los investigadores observaban su comportamiento en busca de señales de interés, tales como apretarse contra el cristal, balanceos de cabeza o señales de agresión tales como cierres bruscos de mandíbula o movimientos espasmódico al nadar.

¿Les gustó algo de forma especial? te preguntarás. Pues no, la verdad es que los delfines no mostraron preferencias por nada en concreto. No parecían tener un programa favorito sino que simplemente mostraban interés por la televisión, independiente de lo que se mostrase en ella. Incluso aquellos delfines que sufrían problemas de oído prestaron atención al aparato, lo que indica que lo que encontraban interesante en realidad eran las figuras en movimiento. Curiosamente, algunos animales (particularmente los machos) reaccionaron de una forma más agresiva a las imágenes.

Los cuidadores de los delfines participantes en el experimento, creen que este enfoque podría servir como estimulante para aquellos delfines que no son aptos para la liberación. Además creen que ponerles la tele a estos cetáceos podría tener otro beneficio potencial: estudiando sus respuestas podríamos obtener más información sobre el modo en que piensan.

El trabajo de Kelley A. Winship y Holli C. Eskelinen acaba de publicarse en Zoo Biology.

Me enteré leyendo Science.