¿De dónde sacó Juan Carlos I los 65 millones que le dio a Corinna?

El rey Felipe VI y su padre, el rey emérito Juan Carlos I, durante la ceremonia de traspaso de la banda de capitán general de las Fuerzas Armadas tras la abdicación del segundo, el 19 de junio del año 2014 en el palacio de la Zarzuela, en Madrid
El rey Felipe VI y su padre, el rey emérito Juan Carlos I, durante la ceremonia de traspaso de la banda de capitán general de las Fuerzas Armadas tras la abdicación del segundo, el 19 de junio del año 2014 en el palacio de la Zarzuela, en Madrid

Requerida por la Justicia de Suiza en calidad de investigada por un delito de blanqueo agravado de capitales -penado con hasta cinco años de cárcel-, Corinna Larsen declaró que su examigo Juan Carlos I, a la sazón rey emérito, le realizó una trasferencia de 64,8 millones de euros "por gratitud y amor", de forma que quedara garantizado "su futuro y el de sus hijos".

Una importante suma de dinero que, hasta la fecha, nadie ha explicado de donde proviene. Porque del sueldo del rey emérito, en los últimos tiempos de 194.000 euros al año, ya queda claro que no ha salido. Debería haber vivido 330 años, todos ellos sin gastar ni un euro en otra cosa, para amasar esos 64,8 millones de euros que tan desinteresadamente donó a su examiga Corinna.

¿Entonces de dónde ha salido ese dinero? Pues con un importante desvío de dinero. Así lo ha confesado el abogado Dante Canónica, presunto testaferro del emérito, quien ha relatado ante el fiscal suizo Yves Bertossa que fue el propio rey emérito quien le dio la orden de crear una estructura opaca para intentar ocultar una "importante donación" que iba a recibir del rey saudí. Según avanza El Español, unos 100 millones de euros.

La existencia de esos tejemanejes se intuía desde hace varios años. Y los sacó a la luz el diario The Telegraph en 2019, provocando varias fricciones dentro de la Casa Real. El rey Felipe VI sabía que tenía que cortar amarras, pero esperó hasta encontrar el mejor momento para intentar hacerlo pasar lo más desapercibido posible.

¿Recuerdan lo que ocurrió el 15 de marzo? España entraba en estado de alarma por el coronavirus y se ordenaba un confinamiento masivo nunca conocido en nuestro país. Mientras todos los hogares españoles hacían acopio de víveres y hacían cuentas para ver cómo iban a salir de este parón económico, en la Zarzuela encontraron el momento adecuado para emitir el comunicado por el que Felipe VI rompía con su padre. Rápido e indoloro. Apenas un par de minutos de alocución oficial. Y solo algunos pocos más en informativos y tertulias pues España estaba al borde del caos acercándose a los 1.000 muertos diarios por la pandemia.

Y esto es solo la punta del iceberg. Según la revista Forbes, el rey emérito podría haber acumulado una fortuna cercana a los 2.000 millones de euros gracias a los diversos negocios privados en los que se ha embarcado. Entre ellos el del petróleo que España compró en los 80 y 90 a países del golfo, en donde Juan Carlos goza de tener su mejor red de amigos.

El diario ‘The New York Times’ reparó en que se trata de una cifra muy por encima de lo que cabría suponer tomando en cuenta el presupuesto anual de la Casa Real y decidió investigarlo ante el muro del silencio existente en España. De la herencia recibida no pudo ser, ya que don Juan Carlos accedió al trono sin apenas patrimonio, así que el rotativo norteamericano concluyó que su fortuna se debe a comisiones y regalos tanto del Gobierno español como de otros gobiernos/monarquías.

Ahora se entienden mejor las declaraciones del periodista asturiano Gregorio Morán cuando publicó su libro 'El precio de la Transición': "Juan Carlos I fue el mayor comisionista del país. Lo suyo con la corrupción fue un descaro. Los barcos… Todo, todo. Donde olía dinero, ahí estaba".

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