De aquí salen todos los productos baratos que luego compras en tu país

Yiwu es una ciudad muy pequeña de China que pasaría desapercibida de no ser porque cada año la visitan más de 400.000 extranjeros provenientes de todas partes del mundo interesados en hacer negocios.

Los 1,2 millones de habitantes del lugar aseguran que hay dos lugares en el mundo donde se puede encontrar al menos una persona de cada país del mundo: en las Naciones Unidas en Nueva York y en Yiwu.

El destino de los visitantes es el mercado de productos básicos de Yiwu, el cual abrió sus puertas en 1982 como el primer mercado de productos de consumo pequeño de China y se ha convertido en una meca para los comerciantes de todo el mundo en la búsqueda de productos baratos para vender en sus países.

Hoy en día es el mercado mayorista más grande del mundo para pequeños bienes de consumo.

Un puesto en el que se veden muñecos de peluche en el mercado de Yiwu. REUTERS/Thomas Peter
Un puesto en el que se veden muñecos de peluche en el mercado de Yiwu. REUTERS/Thomas Peter

La historia del asombroso crecimiento de este mercado muestra también la increíble transformación de China desde cuando hace cuatro décadas atrás decidió abrirse al mundo bajo el gobierno de Deng Xiaoping.

En el extenso complejo de 6,5 kilómetros cuadrados en el cual esta albergado el mercado de productos básicos de Yiwu hay un interminable número de locales comerciales que ofrecen productos de todo tipo, desde piezas mecánicas pequeñas hasta bisutería y atrapasueños.

Se estima que hay 1,8 millones de diferentes clases de productos para compradores de 210 países.

Si un cliente decide pasar cinco minutos en cada una de las 75.000 tiendas del mercado, tardaría cinco meses en visitarlas todas si no se detiene a comer o dormir.

Visitar al mercado es ingresar a un mundo de color y sonido en el que los comerciantes extranjeros y sus agentes locales se mueven de un puesto a otro en busca de gangas y nuevos productos, mientras vendedores de comida estacionan sus cocinas itinerantes para vender frutas y fideos a los comerciantes.

Puesto de productos de Navidad en el mercado de Yiwu, REUTERS/Stringer
Puesto de productos de Navidad en el mercado de Yiwu, REUTERS/Stringer

Como casi todas las metrópolis chinas de hoy en día, Yiwu era hace tres décadas una pequeña comunidad agrícola sin mayor importancia en el contexto internacional.

La reforma económica impulsada por Deng llevó a que en 1982 un grupo de agricultores de la región solicitara al gobierno local un permiso para poder participar en actividades comerciales. Los funcionarios de Yiwu apostaron por apoyar a los campesinos sin saber realmente las implicaciones dado que no era claro el objetivo del gobierno central.

La devastadora guerra de clases y la revolución cultural iniciada por el Partido Comunista en los sesentas y setentas aún estaba muy fresca en la memoria de todos y por eso no era claro si las reformas capitalistas de Deng eran bienvenidas o no.

La apuesta por implementar políticas favorables para los negocios dio sus frutos y permitió a Yiwu convertirse en el centro comercial del mundo.

“Yiwu se desarrolló en gran parte debido a los esfuerzos del gobierno local. No hubo una planificación detallada por parte del gobierno central”, explicó Xun Wu, académico y experto en políticas públicas de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong.

En el mercado de Yiwu se adaptan rápidamente a las necesidades del mercado. Un buen ejemplo es esta foto en la que aparecen dos mujeres en un puesto en el que se vendían telas de apoyo a Donal Trump durante las elecciones del 2016. Foto: VCG/VCG via Getty Images
En el mercado de Yiwu se adaptan rápidamente a las necesidades del mercado. Un buen ejemplo es esta foto en la que aparecen dos mujeres en un puesto en el que se vendían telas de apoyo a Donal Trump durante las elecciones del 2016. Foto: VCG/VCG via Getty Images

La guerra comercial actual entre China y Estados Unidos preocupa a esta pequeña ciudad que basa su economía en los productos de exportación y más aún siendo el mercado estadounidense el más importante para la localidad después de la India.

Yiwu exportó bienes por un valor cercano a los 800 millones de dólares a Estados Unidos en el primer semestre de 2018.

Sin embargo, el centro comercial del mundo aún no se ha visto afectado por la guerra comercial arancelaria entre las dos principales potencias económicas, según aseguran los comerciantes de la localidad.

“Nuestro negocio de exportación ha mejorado desde el año pasado”, precisó Chen Zewei, un proveedor de adornos navideños que asegura que al menos el 10 por ciento de sus clientes son de Estados Unidos.

El comerciante agregó que muchos de sus colegas recibieron más pedidos en 2018 desde Estados Unidos, posiblemente porque temen que la guerra comercial continúe escalando y los aranceles puedan subir más.

“Las exportaciones desde Yiwu hacia Estados Unidos son en su mayoría artículos pequeños que se requieren para uso diario, por lo que, incluso si tienen que pagar impuestos de importación más altos, la gente tendrá que comprar los productos de todas formas”, indicó el South China Morning Post Girdhar Jhanwar, un empresario de la India que se mudó a esa ciudad del este de China hace más de veinte años y cuya empresa ayuda a los clientes a encontrar productos en Yiwu.

Imagen del puerto de Yiwu, CHINA-EUROPE/SILKROAD REUTERS/Stringer.
Imagen del puerto de Yiwu, CHINA-EUROPE/SILKROAD REUTERS/Stringer.

El empresario de la India estima que los aranceles del 10 por ciento impuesto por Estados Unidos a los productos chinos ha llevado a un aumento del 2 al 3 por ciento en los costos para los importadores, pero la caída en el valor de la moneda china ha ayudado a compensar ese incremento.

Sin embargo, es pesimista sobre la posibilidad de que Estados Unidos y China logren llegar a un acuerdo antes de marzo para detener el aumento de los aranceles y estima que si aumentan en un “25 por ciento, tendrá un impacto”.

Falsificaciones

Los productos que se venden en el mercado de Yiwu son un testimonio mismo de uno de los puntos centrales en la disputa comercial entre Washington y Pekín: los derechos de propiedad intelectual.

Un breve paseo por el mercado permite ver una gran variedad de productos, la mayoría de los cuales son sospechosamente similares a los de las prestigiosas marcas internacionales, pero no originales.

“Yiwu es un modelo económico exitoso, pero su éxito económico se basa en una actividad ilegal”, señaló el experto en temas legales de la Universidad Estatal de Ohio Daniel Chow al South China Morning Post.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico estimó que en 2013 más del 60 por ciento de los productos falsificados a nivel mundial se fabricaban en China.

Desde el gobierno central se ha prometido en múltiples ocasiones que se controlarán y reprimirán a las empresas que hagan falsificaciones, pero en la práctica la economía local de Yiwu tiene muy pocos incentivos para acabar con las violaciones de propiedad intelectual y continuará haciéndolo mientras haya clientes dispuestos a comprar.

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