Dallas Cowboys, el popular equipo de la NFL que ya solo vive de glorias pasadas
Los Dallas Cowboys, aquel equipo que capturó la atención y enamoró a aquellos aficionados pertenecientes a la llamada ‘Generación X’, es decir quienes tienen edades que oscilan entre los 56 y los 40 años, al ganar tres Super Bowls (1992, 1993 y 1995) en un lapso de cuatro años, de la mano de entrenadores como Jim Johnson y Barry Switzer y con glorias en el campo como Emmitt Smith, Troy Aikman o Michael Irvin, ahora navega en el limbo.
Después de consumarse la derrota por 23-17 el domingo ante los San Francisco 49ers, ya son 27 años desde la última vez que Dallas se proclamó campeón de la NFL en un Super Bowl y con ello la desazón, el enojo y la frustración de los fieles, pero exigentes aficionados de los Cowboys ha alcanzado un nuevo nivel.
Al terminó del partido de comodines del domingo en AT&T Stadium, parece que el dueño del equipo, el señor Jerry Jones, habló por todos los aficionados de los Cowboys después de que se consagró el nuevo capítulo de decepción para la franquicia.
“Estoy extremadamente molesto y sorprendido”, dijo Jones. “Jamás imaginé que podíamos terminar de esta manera. Después de ver el desempeño en el campo, el marcador ni siquiera refleja lo que sucedió. Al final debo dar crédito a que los muchachos no se rindieron y pusieron el juego más competitivo. Pero ya estaba perdido”.
Cuando el equipo iba saliendo del campo por los túneles hacia los vestidores, al término del juego, algunos aficionados no controlaron su ímpetu y arrojaron objetos a los jugadores. En los últimos 12 años Dallas apenas ha ganado un par de juegos de postemporada, para poner en contexto el exabrupto de los fanáticos.
#Cowboys fans throwing things at their own players. Got this sent to me by one. Be better fans wow! pic.twitter.com/mlVttbFlpg
— Jane Slater (@SlaterNFL) January 17, 2022
Durante el receso de la temporada 2021, Jerry Jones decidió otorgarle a su quarterback Dak Prescott el contrato más alto en la historia de la franquicia, un pacto por cuatro años y 126 millones de dólares en dinero asegurado, alcanzando los 160 mdd con bonificaciones. Esta decisión no estuvo exenta ni de críticas ni de cuestionamientos.
Aunque el desempeño de Prescott en la campaña regular de 2021 no fue nada despreciable, lanzando para 4,449 yardas (la segunda mejor cosecha de su carrera), 68.8 % de pases completos y 37 pases de anotación (siendo ambas cifras sus máximos totales en la NFL), sus números el domingo fueron el extremo opuesto.
Prescott completó 23 de 43 pases para 254 yardas con un pase de touchdown y otro interceptado, fue capturado en cinco ocasiones y acabó el partido con un 69.3 de rating de pasador. Además, corrió para otra anotación.
Para poner más sal en la herida, Prescott comandó el drive que pudo haberle dado la victoria al equipo en los segundos finales del últmo cuarto, pero sin tiempos fuera por pedir, las cosas se complicaron. El pasador optó por correr por el centro del campo quedando 14 segundos para acercarse a la zona roja e intentar una última jugada que pudiera lograr el milagro.
Dak Prescott ran a QB draw with 14 seconds left and handed the ball to the center, who placed the ball himself.
However, the ref is supposed to spot the ball.
The move cost Dallas a chance at a game-winning play. The 49ers advance.
🎥 @NFL pic.twitter.com/1LifgBFDAj— The Athletic (@TheAthletic) January 17, 2022
Sin embargo, en lugar de entregarle el balón al umpire, es decir, el encargado de colocar el ovoide para la reanudación, lo quiso colocar él, lo cual ocasionó que el árbitro chocara con el centro de Dallas y titubeara a la hora de colocar el balón para que Prescott lo azotara en el piso, el reloj se detuviera y llegara la última oportunidad. Eso no sucedió, el juego se acabó y de nuevo la pesadilla se apareció.
El corredor Ezekiel Elliott, los receptores CeeDee Lamb y Amari Cooper conforman un respetable combo de jugadores ofensivos para complementar el talento de Prescott. Por eso Jones no se mordió la lengua a la hora de expresar su frustración por el resultado.
“Cuando tienes esta combinación de jugadores juntos, debes tener éxito”, expresó el propietario de los Cowboys.
Después de casi una decada con Jason Garrett al mando como head coach (con un total de tres viajes a la postemporada y dos triunfos), de 2010 a 2019, y también con un relativo hastío porque el equipo se estancaba en la misma instancia del Playoff Divisional, Jones optó por un cambio de timón al echar mano de un entrenador que ya se sabía la ruta para levantar el trofeo Vince Lombardi.
Con la idea de repetir la fórmula Mike McCarthy llegó a Dallas para 2020, cuyo máximo logro en su currículum era haber guiado a los Green Bay Packers a coronarse en el Super Bowl XLV en 2010 cuando derrotaron a los Pittsburgh Steelers aquella vez.
Después de una primera temporada de fracaso, con marca de 6-10, ocasionada en buena medida por la lesión que le puso fin a la campaña de Prescott en la Semana 5, la de 2021 se presentaba como la gran oportunidad de redención para McCarthy, además con su estelar quarterback contento y enfocado con su nuevo –y oneroso– contrato.
Con marca de 12-5 en la campaña regular, Dallas supo aprovechar la ‘pobreza’ en cuanto a nivel de sus rivales en la División Este de la Conferencia Nacional, al grado de ganar seis de los seis duelos ante Washington, NY Giants y Philadelphia. Pero eso solo fue un disfraz que no resistió ante los 49ers.
Dallas fue el equipo más castigado de la NFL en la fase regular, cometiendo un total de 127 infracciones, a razón de casi siete y media por juego y con más de mil yardas (1,103) de penalización. Pero ante San Francisco nada hizo el equipo por remediar eso y acabó con 14 castigos, otra razón que abonó para una nueva eliminación.
¿Cuándo llegará ese momento en el que los Cowboys trasciendan nuevamente en una postemporada de la NFL? A ciencia cierta nadie lo sabe, pero lo que es una realidad, es que el frasco de la paciencia del dueño y el de muchos aficionados del equipo se está vaciando.