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Dólar. Alarma en las empresas por el "supercepo" impuesto por el Gobierno

Las alarmas se encendieron en las últimas horas en las empresas argentinas. La Copal, que nuclea a las grandes compañías alimenticias llamó a una reunión urgente de comité ejecutivo y junta directiva. Adefa, que reúne a las automotrices que fabrican en el país, juntó a sus principales referentes ayer cerca de las 17. Algunos fabricantes del sur del país pidieron información más detallada a sus asesores económicos en Buenos Aires. Varias grandes empresas tuvieron en la tarde de ayer acaloradas conversaciones con el Banco Central (BCRA), autor intelectual del nuevo motivo de preocupación: la extensión del cepo cambiario a territorio comercial.

En el mundo empresarial todos creen que la medida tomada el jueves por la noche por la entidad que dirige Miguel Pesce, el "supercepo", tendrá consecuencias graves en la producción. Tan complicadas para el funcionamiento de las compañías argentinas que, afirman, el BCRA tendrá que revisarlas, algo que el propio Pesce dejó trascender ayer puede ocurrir -siempre y cuando- haya una resolución positiva de la reestructuración de la deuda.

Más cepo. Tras las nuevas medidas hubo problemas para comprar dólares

Las implicaciones en la economía cotidiana no serían menores. Empiezan por una suba de precios que puede provocar la falta de acceso a dólares oficiales para el comercio. Sigue con el desabastecimiento de productos. A lo que se le suma una posible restricción en los insumos básicos para producir, lo que impacta en el empleo.

Pero, más en detalle dentro de la operatoria de las empresas, amplifica la relación de desconfianza con proveedores y financistas del exterior que venden a grandes productores argentinos, y elimina coberturas. "Nos van a cobrar el factor incertidumbre. Una garantía por si no podemos pagar", explica a LA NACION un fabricante que tiene un gran porcentaje de su materia prima en Asia. "En 2001 hubo muchos quebrantos por descalce de monedas", recuerda un industrial, sobre las firmas que toman créditos en el exterior y que no pueden hacer frente al pago sin acceso a compra de divisas en el mercado.

Créditos a empresas a tasas bajas (y a veces al 0%), emisión récord, pocas herramientas de ahorro en moneda local, desplome de la demanda de pesos, expectativa de devaluación, incentivos a adelantar importaciones y frenar exportaciones, búsqueda de coberturas cambiarias, más demanda de dólar alternativo, brecha cambiaria, pérdidas de reservas y reestructuración de la deuda en impasse interminable son la base del "supercepo", según los empresarios privados que siguen de cerca el acontecer de la economía local.

"No vas a tener acceso a dólares. Va a generar un mayor costo para todos y te a sumar restricciones a las importaciones", afirmó Miguel Acevedo, presidente de la UIA.

En la entidad fabril creen que si se mantiene sin cambios la medida oficial se complicarán fuertemente las operaciones de cobertura generando, a su vez, ruidos difíciles de revertir en la operatoria empresarial. "Los precios se van a ajustar al contado con liquidación en momentos en el que te obligan a congelar con Precios Máximos, va a haber rubros desabastecidos, y quebrantos por descalces de moneda. Van a tener que corregir esto porque puede generar problemas en la producción", advierten en la UIA.

Un ejemplo para tiempos de pandemia mundial. En el sector farmacéutico, el 50% de los insumos -principios activos- son importados. El impacto puede ser grande.

Tras un mes de intentar en vano calmar el dólar, el Banco Central ajusta el cepo

"Hay preocupación en los 37 sectores que integran Copal", afirmó a LA NACION, Daniel Funes de Rioja, presidente de la coordinadora de empresas alimenticias más grande del país. "Obviamente, esto complica y es nuestra intención solicitar modificaciones", indicó. En ese sector importan por US$1500 millones, pero "muchos son insumos que condicionan la producción y que te pueden complicar", explicó el abogado también de la UIA.

Un informe de la Fundación Capital que dirige el economista Martín Redrado, ex superior de Pesce en tiempos de trabajo conjunto en el BCRA durante un período kirchnerista, estimó en las últimas horas que "un número importante de empresas, particularmente multinacionales y con fuerte concentración en el sector automotriz, prepagaron importaciones que todavía no han ingresado al país. La entidad monetaria estima que este tipo de operación asciende a US$6000 millones. La mencionada circular solicita una declaración jurada que certifique que las empresas que soliciten acceso al MULC, no tienen importaciones pagadas y no ingresadas".

En la industria defendieron al sector automotriz. "Atacan las consecuencias y no las causas. Para cualquier empresa es importante tener cobertura. Así podés planificar. Si te sobran pesos, te sobreestockeas. Pero, en definitiva, importás lo que vas a vender".

"Por otra parte, las autoridades del BCRA detectaron operaciones de personas jurídicas en el mercado de CCL (contado con liquidación) por un total de US$2000 millones en los últimos 90 días. Para lograr una oferta de estos dólares en este mercado, el BCRA prohíbe el acceso al MULC de aquellas empresas que hayan realizado este tipo de operación en los últimos tres meses. La intención de esta medida es incentivar a que se vuelquen al mercado CCL esos US$ 2000 millones y de esta forma acotar la brecha cambiaria", explicó además la consultora del ex presidente del BCRA.

"El no acceso al mercado de cambios oficial va a generar problemas de desabastecimiento y de empleo", dijo un directivo sureño. "Sin producto no podés poner en marcha las líneas y cuando demorás los pagos al exterior el proveedor se cubre frente a la demora. A muchas les van a hacer caer las líneas de financiamiento. Si persiste es grave", aclaró.

En Adefa, donde se reúnen las terminales automotrices, explican que los dólares que las firmas tienen afuera funcionan como reservas en base a la normativa penal cambiaria, "por si no te ingresan los dólares de alguna compra". Allí estiman además que esta medida oficial va a generar una caída de actividad mayor y probablemente va a implicar menos exportaciones de autos. "No podemos operar contado con liquidación por temas de compliance, pero si nos dejaran no podríamos producir. Comprar insumos a dólar alternativo, fabricar y liquidar al oficial. Esa opción no existe", indicaron.

En la industria ayer aceptaban incluso una administración de comercio más estricta por parte de las autoridades que conocen el sector productivo entendiendo que la demora en la reestructuración de la deuda activa la incertidumbre por la falta de dólares. Algo ya habían aceptado "sin chistar" con las regulaciones surgidas de la Secretaría de Industria al comienzo del gobierno de Alberto Fernández y, más, con los cambios en los precios de referencia (que regulan la relación entre las firmas y sus casas matrices) en los últimos días.

Sin embargo, en las empresas privadas creen que estas medidas demuestran la existencia, nuevamente, de un problema de "falta de coordinación" entre el BCRA, Desarrollo Productivo y el Ministerio de Economía, entre otros actores gubernamentales. Algún directivo incluso rememoraba con cierta nostalgia esta mañana la gestión de Axel Kicillof en Economía. "Axel quería que ganáramos menos, controlaba nuestra rentabilidad, pero entendía la ley de gravedad. Y, por lo menos, manejaba toda la botonera junta", se apenaba.