Cinco décadas de poner libros en las manos de los lectores

NO HAY HISTORIA en la que los encuentros y desencuentros no hayan sucedido. Lo hemos leído en las historias del realismo mágico de Gabriel García Márquez, en los ensayos y poemas de Rosario Castellanos o en la entrañable historia de Ana Karenina de León Tolstoi. Además, en Lolita, de Vladimir Nabokov, y con Jorge Luis Borges, Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Virginia Woolf, Elena Garro y Gabriela Mistral. Todos con sus historias han llenado los estantes de las librerías en el mundo.

En este 2021, a un año de los estragos que la pandemia por covid-19 ha dejado dentro y fuera de México, librerías Gandhi celebra 50 años de presencia y evolución en el país y de poner en sus estantes a escritores clásicos, modernos y contemporáneos al alcance de los lectores.

La primera librería Gandhi fue fundada el 24 de junio de 1971 por Mauricio Achar, un librero y apasionado por los libros que revolucionó la manera de vivir la experiencia de visitar una librería y adquirir los libros diversos.

Abrir este concepto en Miguel Ángel de Quevedo, en la Ciudad de México, donde dicha librería lleva el nombre de su fundador, resultó una apuesta que tenía que contar con un espacio de 200 metros cuadrados y donde los visitantes pudieran tener contacto directo con los libros, ya que en esa época el concepto de las librerías era completamente diferente a cómo lo conocemos hoy.

También lee: Tres libros que alientan a la reflexión

Cuenta Alberto Achar, director comercial de librerías Gandhi, que cuando Mauricio Achar decidió emprender esta nueva forma de convivir con los libros, se arriesgó con la idea de poner una librería abierta, algo que en 1971 no era común porque la venta de libros se daba a través de mostrador. Entonces, de alguna manera, poner una librería abierta en un país en donde hay lectores —pero no los suficientes— era una idea sumamente arriesgada.

“Estar en contacto directo con el libro me parece que fue el inicio de esta historia. Además, no se trataba de poner solo el libro a la mano del lector y que pudiera tocarlo, leerlo, decía el fundador, ‘cachondear con el libro’, sino crear un lugar de encuentro alrededor de los libros”, señala Alberto.

Es a partir de esa apuesta que las experiencias para convivir con los libros comenzaron a surgir, como tener un espacio de cafetería con grandes eventos como presentaciones, exposiciones, talleres y obras de teatro. Ofertas que, actualmente, forman parte de la librería y las librerías, en general.

Entre los pensadores que han sido parte de las presentaciones y círculos de diálogo en librerías Gandhi se encuentran Carlos Monsiváis, Óscar de la Borbolla, Jaime Sabines, Gabriel García Márquez, Elena Poniatowska, Rosa Beltrán. “Grandes dispensadores de México”, añade Achar.

COVID-19, EL VILLANO DE LA HISTORIA

Como en toda historia, la tragedia y el drama no pudieron faltar, como sucedió hace un año cuando la propagación de la pandemia por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 se extendió de manera acelerada por el país, obligando a los recintos culturales y de entretenimiento a cerrar sus puertas, hasta nuevo aviso, como sucedió con las librerías.

“Aunque son 50 años llenos de magia y grandes experiencias, uno de los momentos complicados es el que se vive ante la pandemia y que al gremio, no solo librerías Gandhi, sino las tiendas como tal del sector minorista, ha afectado tremendamente”, señala Alberto.

Por ello, a 50 años de esta apuesta por acercar los libros a las personas, vivirlos y disfrutarlos lejos de los estantes, Alberto Achar apunta que este es un festejo de los lectores, de los escritores, de los periodistas y de todos los que creen en la cultura y lectura como mecanismo transformador de la sociedad.

“Es un festejo a la resiliencia y, a la vez, una invitación a todos los lectores a las librerías”, añade.

No te pierdas: Tres narrativas demasiado humanas

Con una audiencia asidua de libros no solo por placer, sino también por consulta, librerías Gandhi cuenta con lectores que van de los 18 a los 57 años de edad, en su mayoría, entre intelectuales, analistas, filósofos, literatos, gente que vive de la lectura y es parte de su vida diaria.

De las personas que asisten a librerías Gandhi, al menos el 56 por ciento lo hace como un pasatiempo, es decir, son personas a las que les gusta estar ligados a la lectura. Otro de los perfiles de lectores que predominan son las personas que acuden por un tema en específico de consulta, quienes llegan a representar el 26 por ciento de las ventas.

Alberto explica a este medio que, cerrar durante cuatro meses y al reabrir en esta pandemia, hizo que nada fuera igual, pues Gandhi llegó a registrar una caída de alrededor del 30 por ciento de la venta.

“Tuvimos que hacer diferentes movimientos de todo tipo para poder estar de pie y nos permitió ver muchas posibilidades de cosas que, anteriormente, no hacíamos. [La pandemia] nos obligó a eso y no solo en librerías Gandhi, donde apenas estamos cercanos a recuperarnos”, añade.

“SEGUIREMOS LLEVANDO LA LECTURA A TODOS LADOS”

Después de que las librerías Gandhi lograron incorporarse en el gusto de las personas surge una nueva apuesta: abrir una segunda sede frente al Palacio de Bellas Artes, como parte de los ideales de su fundador, Mauricio Achar, para convertir a México en un país de librerías, explica Alberto.

Con el tiempo, más librerías se fueron perfilando a lo largo de la república, pero la evolución no se quedó ahí. Gandhi también marcó una evolución en la manera en que las personas consumían los libros para pasar, ahora, a una revolución tecnológica con el libro electrónico y lanzar la plataforma de venta de libros electrónicos que hoy tiene más de 5 millones de títulos en cinco idiomas diferentes.

“La historia de Gandhi ha estado marcada por muchas etapas. Fuimos evolucionando y adaptándonos. Modificándonos”, cuenta.

Para Achar, la marca de librerías Gandhi tiene mucho de ser un observador social, siendo irreverente, que le gusta el humor y es muy mexicana. Con tintes de doble sentido y un poco de sarcasmo como sucede con la campaña de comunicación que se mantiene vigente con frases como: “Menos Face y más book”, “¿Qué más revolucionario que leer?”, “¿En qué nos quedamos?”, “¿Leemos o qué?”, entre muchas otras. Además, están la revista Lee+ y el podcast Desde el librero, el cual lanzaron durante la pandemia, con el entendido de que estos contenidos complementan al libro.

UN OBSERVADOR SOCIAL

Alberto Achar no solo ve en librerías Gandhi un agente que revolucionó la manera de acercar los libros a las personas, sino también como un agente u observador social con la idea de analizar, siempre, lo que sucede alrededor y cómo evolucionan los cambiantes hábitos en los lectores.

Ante esto, es difícil no mencionar las ocasiones en que la sede de Bellas Artes ha sido testigo de múltiples protestas sociales como la ocurrida el pasado 26 de septiembre de 2019, a cinco años de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, Guerrero.

Cuenta Alberto Achar que aquel hecho fue un momento complicado porque no habían visto una agresión como tal a una librería, y eso era una señal triste. Sin embargo, en un momento agridulce “estábamos preocupados por la gente que estaba dentro y eso podría haber acabado en una tragedia. Tuvimos la suerte de que no fue así”. N